ALEX ZANARDI: SER CAMPEÓN OLÍMPICO POR UN ACCIDENTE
Alex Zanardi no tendría que ocupar espacio en estas líneas puesto que se dedicó intensamente a un deporte, sí, pero muy lejos de las disciplinas olímpicas: el mundo del motor. Fue piloto de Formula 1 y del circuito Indy norteamericano. Empezó despuntando en la Formula 3, lo hizo igualmente en la categoría CART. Tras su paso en la Formula 1 en los equipos Jordan, Minardi, Lotus y Williams (sería finalmente reemplazado por un tal Jenson Button…) se pasó a las competiciones automovilísticas norteamericanas.
¿Qué tiene que ver un deportista que se mueve entre motores con los deportes olímpicos? La fatalidad. El 15 de septiembre de 2001 sufre un gravísimo accidente durante una carrera de la CART en el Euro Speedway Lausitz. Casi pierde la vida, pero logró salvarse. La pérdida de control de su coche hizo que otro le impactara de costado, partiendo el vehículo por la mitad y con él las dos piernas de Zanardi, que fueron amputadas por encima de la rodilla debido al impacto.
Alex demostró poseer grandes dosis de determinación. No se rindió nunca. Su cabezonería le haría acabar la carrera en el mismo circuito una vez “recuperado”, completando las trece vueltas que le faltaban ¡a una velocidad de 311 km/h! Corrió y ganó carreras en el Mundial de Turismos hasta que finalmente dejó el automovilismo a los 41 años.
Y en ese momento llegó su cambio de deporte, a un deporte que le brindaría dos oros olímpicos. Alex descubrió en esos últimos años el ciclismo de manos que le permitió no solo participar en los Juegos Paralímpicos de Londres, sino que llegó a lo más alto del podio en las pruebas de contrarreloj individual H4, y la segunda en la prueba de ruta categoría H4, llegando a ganar una tercera medalla, de plata. La casualidad ha querido que disputara su oro en el circuito automovilístico de Brands Hatch, donde años ha daba vueltas sobre otro tipo de vehículo. Zanardi, que había diseñado él mismo sus propias prótesis de titanio (él lo llama “personalizar mis piernas”) afirma que quiere correr ahora las 500 millas de Indianápolis, de nuevo sobre un coche. Ya con 14 años el ingenioso Alex había construido con sus propias manos su primer kart con ruedas, barriles y tubos reciclados. Todo un ejemplo de superación gracias al deporte.