Momentos Olímpicos Mágicos

MOMENTOS OLÍMPICOS MÁGICOS 65: LOS 100m MASCULINOS DE MÚNICH 72: EL MAYOR DESPISTE DE LA HISTORIA OLÍMPICA

Hay muchas formas y causas para perder una medalla, una final…y luego está el “método Robinson-Hart”, dolorosísimo episodio olímpico que cambió muy posiblemente la composición final del podio de la carrera reina de los Juegos Olímpicos (naturalmente, los 100m lisos) en este caso de la edición disputada en Múnich en 1972.

Pocos meses antes de los Juegos los estadounidenses Rey Robinson y Eddie Hart habían batido el récord mundial en los Trials de su país con un tiempo de 9.9 segundos, lo que les ponía sin duda de favoritos para los inminentes Juegos. Ya en la ciudad bávara ambos pasan su primera batería de clasificación sin ningún tipo de problemas. Eso ocurrió durante la mañana, mientras que la siguiente carrera habría de correrse esa misma tarde, no antes de las 18h, según les informó su entrenador Stan Wrigh, encargado de los horarios de los atletas. Relajados, se encontraban por la ciudad cuando, hallándose en un local a las 16:15, vieron una carrera masculina de los 100m en un televisor. En un principio se creyeron que se trataba de la repetición de las primeras series matinales, pero al darse cuenta de que se trataba de una transmisión en directo corrieron, junto a un tercer atleta en discordia y compañero de equipo -Rober Taylor-, hacia el estadio en taxi. Literalmente a toda carrera. Al llegar al estadio tuvieron que pasar una serie de protocolos (seguridad, presentación de acreditaciones, etc.) lo que les retrasó aún más la llegada al tartán para poder participar en las series. Sólo Rober Taylor lo hizo a tiempo, apresuradamente, sin calentar ni realizar los habituales ritos previos a cada carrera. Taylor, por cierto, acabaría ganando la medalla de plata, detrás del entonces soviético Valeriy Borzov.

Rey Robinson y Eddie Hart no llegaron a tiempo y fueron descalificados. El trabajo de años tirado a la basura por culpa de un error. Stan Wright se culpó a sí mismo de ser el causante del error (había mirado unos horarios desfasados y no los actualizados). Lo cierto es que igual el entrenador no fue tan responsable del desaguisado. Los horarios habían sido cambiados con poca antelación pero lo más sangrante es que Wright había contrastado los mismos con los oficiales alemanes encargados, que le habían confirmado que eran correctos los que tenía el americano. Aun así, Wright afirmó ser el responsable del fatal error que impidió lo que muy posiblemente iban a ser las medallas de oro y plata ya que el tiempo del ganador final fue de 10.14, lejos de los 9.90 que poseían tanto Robinson como Hart pocas fechas antes de los Juegos. Además, ambos habían batido en sucesivas ocasiones -sin ir más lejos en los previos Trials- al atleta que lograría la plata, el ya citado Robert Taylor. Es decir, en toda lógica Robinson y Hart o Hart y Robinson -tanta era la igualdad entre ambos- tenían todas las papeletas para hacerse con los dos medallas más preciadas.

Eddie Hart corriendo los relevos 4×100. Foto de AP

No acabaron aquí los males para Rey Robinson. No fue escogido para correr la carrera de relevos 4×100. Entre eso y, sobre todo, el fiasco de la carrera individual, Robinson regresó tras los Juegos desmotivado y desencantado y abandonó el atletismo. Un despiste, un fallo humano, dio al traste con la carrera del hombre más veloz del planeta. Lo más triste es que acabó fregando suelos y sirviendo hamburguesas, entre otros trabajos precarios indignos del que tenía todas las papeletas para convertirse en medallista olímpico, si no campeón. Pero cuatro años más tarde regresó al atletismo. Ya era tarde. Había perdido los mejores cuatro años de su potencial carrera. Lo suficiente como para dejarle en un pobre 6º puesto en los Trials para los siguientes Juegos, en la final de los 100m. Tras ello se dedicó a entrenar a velocistas exitosos, como el doble medallista olímpica Walter Dix.

Por su parte, Eddie Hart sí entró en el equipo de relevos 4×100. En ellos corrió como un poseso, empujado por su ansia de revancha. Le tocó correr a la par que Borzov…y Hart, junto a su trío de compañeros, batió el récord mundial. Una marca que duró media década.

Otro dato curioso es que el vencedor final de la prueba individual, el citado Borzov, casi se pierde a su vez la misma carrera a la que llegaron tarde sus máximos rivales. En el caso del ucraniano, por estar echándose una siesta en el mismo estadio hasta que fue despertado violentamente por su entrenador, justo cuando le iba a tocar encaminarse hacia los tacos de salida.

100m masculinos de Múnich 72: la carrera más imprevisiblemente loca de unos Juegos Olímpicos.

 

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