LINA CHERYAZOVA: LAS TRAGEDIAS DE LA PRIMERA CAMPEONA OLÍMPICA DE AERIALS
La desgraciada noticia de su reciente muerte, a la temprana edad de 50 años, ha hecho que conozcamos algo más de una campeona olímpica prácticamente desconocida y que, sin embargo, entró en la historia de los Juegos por haber sido la primera deportista en proclamarse campeona en ellos -en su caso, los de invierno de Lillehammer 94-, en una especialidad que debutó en el programa olímpico en dicha edición. Ello hizo que la uzbeca Lina Cheryazova entrara en los anales olímpicos para siempre. Su deporte: la modalidad de aerials dentro del esquí freestyle. Su historia es digna de contarse.
Lina, nacida en Tashkent, se había dedicado en sus comienzos a la gimnasia y al trampolín, especialidades ideales para desarrollar el deporte por el que pasara a la historia. En los aerials los esquiadores bajan una empinada rampa y saltan hacia arriba realizando giros para aterrizar en la nieve. La preparación gimnástica es pues, fundamental. Cheryazova no se dedicó al freestyle hasta 1987, con casi 20 años, debutando en la Copa del Mundo dos años después de iniciarse en él. Le costó sólo tres años más proclamarse campeona apabullando a sus rivales al ganar seis de las ocho competiciones. En la temporada 93-94 volvió a ganar. Eso fue justo antes de los Juegos del debut de la especialidad.
Todos esperaban en Lillehammer que Cheryazova se proclamara campeona, puesto que, además de ser la vigente campeona mundial, era la única mujer capaz de aterrizar el triple flip. Para temor de sus rivales, justo antes de los Juegos la uzbeca había ganado cinco pruebas consecutivas de la Copa del Mundo. Pero no todo iba a resultar tan fácil para Lina en la localidad noruega: entrenando ya en la sede olímpica se golpeó durante un entrenamiento y quedó inconsciente. De las series clasificatorias pasarían a la final doce esquiadoras y Cheryazova marchaba en 16º lugar después de dos saltos. Acabaría subiendo hasta la 12ª plaza, la última de acceso a la final. A estas alturas ya sabrán que se recobró con creces y acabó ganando el oro. Lo haría por menos de un punto de diferencia con su más inmediata perseguidora.
Pero la historia de Cheryazova no acaba con su oro olímpico. Horas más tarde de haberlo ganado le hacen entrega de una carta. Procedía de su padre y decía “Abrirla después de que Lina consiga el oro”. Se trataba del último deseo de su madre. En realidad, justo cuando se bajó del podio de vencedoras a Lina le habían comunicado la noticia de la muerte de su madre, ocurrida 22 días antes. La madre había pedido que no se informara de ello a su hija hasta una vez finalizada la competición olímpica. La causa de la muerte de Svetlana Cheryazova, madre de Lina, es aún más tétrica: las paupérrimas condiciones económicas de Uzbekistán por aquella época hicieron que Svetlana Cheryazova muriera por no haber podido acceder a un antibiótico que no solo era caro para los estándares uzbecos, sino que no se encontraba en el país. Svetlana se había herido pocos días antes al pillarse su ropa en una máquina de la fábrica de tractores en la que trabajaba. Su herida se gangrenó. Lo irónico del asunto es que, como premio por su oro olímpico, Lina recibió por parte del Gobierno de su país 10.000 dólares (además de un coche), más que necesario para haber obtenido el antibiótico que hubiera podido haber salvado a su madre.
No acaban ahí las tragedias para Lina Cheryazova: en el verano de 94 -es decir, meses después de su triunfo olímpico- la campeona se lesionó de gravedad durante un entrenamiento en Estados Unidos. Se golpeó el cráneo, lo que le produjo tener que pasar más de un mes en coma. Se recuperó, aunque sólo pudo volver a competir pasado más de un año, en el otoño de 1995. Lina acabó retirándose tras no conseguir la clasificación para la siguiente cita olímpica de 1998.
Una vez retirada Cheryazova se trasladó a vivir a Rusia, dada la traumática situación económica que vivía su país. En Rusia se dedicó a buscar fondos para ayudar a jóvenes esquiadores, especialmente de su modalidad del freestyle, y a aparecer en actos del gobierno que popularizaban el deporte. Lina Cheryazova sigue siendo no solo la primera medallista de Uzbekistán en Juegos Olímpicos de invierno, sino la única hasta ahora. También tiene el honor de ser la única mujer de su país en haber ganado un oro olímpico, tanto en Juegos de invierno como de verano.