KAORI ICHŌ: CUATRO VECES CAMPEONA OLÍMPICA DE LUCHA LIBRE SUPERANDO ACOSO LABORAL
Nadie en Japón, donde es una leyenda del deporte, podría haber imaginado que la brillantísima carrera de la luchadora Kaori Ichō podría vivir unos momentos finales como los que está viviendo. No solo para sus compatriotas representa un monumento de su deporte, sino también para todos los amantes de la lucha libre. Ichō hizo historia en los Juegos de Río logrando su cuarto oro olímpico consecutivo, algo que nadie había hecho antes. Sus cuatro participaciones olímpicas han resultado oros, desde Atenas 2004. Además, hay que sumar diez oros en Mundiales. La nipona, de 33 años, se plantea ahora si participar o no en la próxima cita olímpica, ya que será en su país, pero los últimos meses –en realidad, años- no ha tenido precisamente facilidades para llevar a cabo su carrera deportiva.
Al finalizar los Juegos de Pekín 2008 -donde consiguió su segundo oro- empezaron los problemas. La campeona decidió cambiar su lugar de entrenamiento, pasando a hacerlo en Tokio a las órdenes de Chikara Tanabe. La cuestión es que Ichō pasaría a entrenar únicamente junto a hombres, los componentes del equipo olímpico de lucha libre, que ya entrenaba Tanabe. Su lugar de entrenamiento habitual serían las instalaciones que les proporcionaba la Policía Metropolitana. Kaori Ichō, ya una gran campeona, estaba convencida de que entrenar junto a hombres beneficiaría la efectividad en su entrenamiento. Pero esta decisión al parecer dio lugar a un acoso laboral por parte de un directivo de la Federación, en concreto Kazuhito Sakae, director de desarrollo de dicha Federación. A Sakae no le gustó que Ichō entrenara con hombres y empezaron sus intentos para impedirlo. Para empezar, le dijo a Tanabe que dejara de entrenar a Ichō, ya que ésta no había obedecido sus órdenes de no entrenar con hombres. Testigos afirman que Sakae llegó a exigir del entrenador a voz en grito “¡Si no haces lo que te digo, márchate!”. La Federación, entre tanto, le urgía a Tanabe a dedicarse a entrenar a los hombres por encima de todo, por encima de la súper campeona Ichō. Si incluir a Ichō en los entrenamientos interfería su deber para con el equipo masculino su cargo podría estar en peligro.
No faltaron amenazas del directivo Sakae directamente contra la campeona, como cuando durante un entrenamiento de la selección le dijo a la luchadora “¿Cómo te atreves a entrenar frente a mí?”. Ichō siguió sufriendo presiones de forma ya práctica, no sólo de palabra. No fue seleccionada, sin ir más lejos, para los Juegos Asiáticos de 2010. En el Mundial que se celebraría ese mismo año en Rusia le exigió ya sin tapujos a su entrenador que dejara de entrenarla. Cuando él se negó, le urgió a que dimitiera.
A pesar de todos estos impedimentos –y de, es posible, muchos más que no han salido a la luz-, Ichō siguió ganando oros para su país, con el mérito añadido de estar sufriendo presiones, las cuales se han conocido sólo años más tarde.
Pero llegó un día en que se desató el escándalo al hacerse público este acoso laboral por parte del directivo. Una tercera parte –al parecer, tres luchadores olímpicos, ninguno de ellos la propia Ichō-, enviaron una carta detallando la cuestión a la Comisión del Interés Público de la Oficina del Gabinete. La propia Federación japonesa de lucha quiso defenderse de las acusaciones alegando que “nunca obstruyeron o limitaron los entrenamientos de Ichō” y Sakae, el aludido directo, afirmaba desconocer a qué se debía este embrollo, ya que “la había ayudado a conseguir cuatro medallas olímpicas”. Kaori Ichō afirmó categórica y públicamente que ella no había mandado la carta pero que hablaría sobre la cuestión a las autoridades si éstas realizaban una investigación formal.
Tras la investigación oficial que se llevó a cabo, Kazuhito Sakae tuvo que dimitir al determinarse que se produjo acoso laboral sobre la campeona. Incluso el ministro de deportes nipón se pronunció sobre el tema apoyando las medidas tomadas por la Federación sobre la dimisión de su directivo. Entretanto, la afectada se ha iniciado como entrenadora, concretamente con un grupo de mujeres en Irán adonde acudió para una concentración y se está pensando aún si competir o no en los Juegos de Tokio 2020. Esta triste historia nos permite saber que ni siquiera los grandísimos campeones internacionales tienen abiertas todo tipo de facilidades para seguir entrenando y compitiendo. Una leyenda del deporte como esta ha sufrido obstáculos y los ha superado de la mejor forma posible: continuando a ganar oros. Honor a Kaori Ichō.