MOMENTOS OLÍMPICOS MÁGICOS 40: LA FINAL DE 110 VALLAS DE ATENAS 2004 QUE HIZO HISTORIA POR LA MARCA DE LIU XIANG
Otra final épica. Y, lo que es mejor, con sorpresa. La de los 110 vallas masculinas celebrada en los Juegos de Atenas 2004 ha pasado a la historia de momento como la más rápida pero no solo por su espectacular marca. Su ganador fue el primer asiático en ganar en esa categoría y el primer chino (hombre) en ganar un oro olímpico en atletismo. Curiosamente, si Liu Xiang se estaba fogueando para su objetivo final (conseguir un oro en casa, en la siguiente edición olímpica), se adelantó para sorpresa de propios y extraños cuatro años antes…mas no consiguió ni disputar la final de los que tendrían que ser “sus Juegos” por un problema físico producido antes de la final de Pekín 2008, pero esa es otra historia.
24 de agosto de 2004. Estadio olímpico de Atenas. En escena, para la final de los 110 vallas, los mejores especialistas del momento. El francés Ladji Doucouré había conseguido el mejor tiempo en las baterías previas, incluyendo las semifinales. Letonia tenía una seria aspiración de medalla en las piernas de Stanislavs Olijars. Por otra parte también imponía el cubano Anier García, el entonces vigente campeón olímpico, donde había vencido sobre Terrence Trammell. Junto a ellos, un jovencísimo Liu Xiang, que acababa de cumplir 21 años.
Xiang había saltado a la palestra internacional solo dos años antes, cuando aún contaba 18. En la reunión atlética de Lausana batió el récord asiático y ganó la prueba. Primera llamada de atención que sería solo el comienzo de una brillante carrera. A Atenas llegaba tras ganar meses antes la plata en el Mundial en pista cubierta de la prueba correspondiente indoor: los 60 metros vallas. Pero, sinceramente, nadie contaba con él para subirse a lo más alto del podio. Si acaso, conseguir alguna medalla, pero no la de oro y con la marca con que lo hizo.
Comienza la final. Pese a la igualdad del inicio, Liu Xiang siempre estuvo en cabeza o al menos a la par que los líderes. El letón sale muy bien. De hecho, en la cuarta valla iba en primera posición. Justo después es superado por Xiang, pero da la sensación de que no se le va a escapar la plata a Olijars. Un par de vallas más y el francés Doucuré casi alcanza al chino. No es hasta la antepenúltima valla cuando queda claro que la victoria va a caer del lado del asiático. Detrás de él, estalla la guerra para los otros dos puestos del podio. Hasta la última valla parecía claro que se la iban a disputar el francés y el letón, pero por la derecha hasta tres atletas se igualan. El último obstáculo resulta fatal para Doucouré, que tropieza en él y cae hasta la última plaza. Un rival menos para dos puestos de medalla. Quedan cuatro hombres para colgarse una medalla olímpica: Olijars, los mencionados Trammell y García, más el jamaicano Maurice Wignall. A falta de tan solo cinco escasos metros los cuatro están igualados. Cruzan la línea de meta a la par. ¿Qué dictará el cronómetro y la foto-finish? Pues que si Olijars y Wignall hubieran corrido tan solo una centésima más rápidos habrían empatado con el tercer clasificado, el cubano Anier García y, de esta manera, se habrían entregado tres medallas de bronce. A su vez, por dos centésimas menos, el estadounidense Trammell logró la plata.
El cronómetro también dictó la victoria incuestionable, esa sí, de Liu Xiang, con una marca que además igualó el récord mundial. 12.91 para un hombre que, según confesaría más tarde, nunca jamás había bajado de los 13 segundos “ni en entrenamientos”. En la grada, comentando la carrera para la BBC, se encontraba Colin Jackson, defensor del récord mundial. Confesó su sorpresa, pues se podría haber esperado un nuevo récord, pero nunca por parte del chino. La técnica de Xiang fue impecable, pasando con absoluta limpieza por cada una de las vallas, salvo un ligero toque en la sexta. Ganó con una ventaja aplastante: unos tres metros. La marca que consiguió no había sido igualada en once años. El público heleno pudo disfrutar de una final de las que hacen historia.