MAIALEN CHOURRAUT: “CUMPLÍ EL SUEÑO DE RÍO, AHORA VIENEN MÁS SUEÑOS”
Se dio a conocer para muchos cuando puso al minoritario deporte en España (en torno a 400 licencias tan solo) del slalom -modalidad del piragüismo en aguas bravas- en el mapa, o a España en el mapa del slalom en los Juegos de Londres. Su nombre, que entonces nos parecía casi impronunciable y ahora nos viene enseguida a la cabeza cuando pensamos en las triunfadoras del deporte español, corresponde a una menuda y musculosa donostiarra símbolo de lucha y tenacidad. La de Maialen Chourraut, empeñada en ser campeona olímpica y en ser deportista de élite habiendo sido madre.
Respecto al primer empeño ya se ha desquitado en Río 2016, ocho años más tarde de no lograr alcanzar la final en su primera experiencia olímpica, la de Pekín 2008, de donde se vino con un decimosexto lugar “un desastre”, según sus propias palabras. Maialen tenía claro que algún día sería campeona olímpica. Pensó en cumplir ese sueño ya en Londres, donde acarició el oro pero se llevó el bronce (primera medalla para España en su especialidad, por cierto). Para la piragüista no era suficiente: “A Londres iba a por el oro y gané un bronce. No es que me decepcionara mi medalla en Londres, pero no me llenó. Era una medalla olímpica pero no iba a por una medalla olímpica: iba a por el oro”.
Es por ello que su capacidad de lucha tomó un impulso aún mayor tras su paso por la cita olímpica en la capital británica. Había que hacer todo lo posible para lograr el objetivo en los siguientes Juegos. Si hay que entrenar duramente pese a pasar por un embarazo, se entrena. Porque famosos son los entrenamientos de Maialen Chourraut, que muestra incluso en sus redes sociales. Si compite en un deporte muy duro de por sí más mérito tiene haciéndolo embarazada, tras dar a luz y con un bebé a cargo (aunque hay que destacar la labor de Raquel, cuidadora de Ane, la hija de la deportista). Su faceta de “campeona-mamá” ha sido subrayada hasta la saciedad por la Prensa, pero es ella misma la que muestra orgullosa a su hija, con la que viaja a todas las competiciones. “Remé hasta dos días antes de dar a luz. No tiene nada que ver la intensidad de entrenamiento durante el embarazo que sin estar embarazada pero para mí era importante no perder la sensibilidad con el agua, seguir navegando y lo mantuve hasta el final”.
Y llegó el “examen final de carrera”: los Juegos de Río. Ahí sí que por fin Chourraut consiguió el oro perseguido, un oro que le “quitó la espina” de Londres. La piragüista nos narra cómo vivió su experiencia dorada en la ciudad brasileña: “El sueño era el oro, iba a por el oro pero en mi deporte es dificilísimo acertar una quiniela. Íbamos a por ello pero no sabíamos con qué íbamos a volver. La preparación durante el ciclo olímpico fue buena, cada año progresando. Llegamos al punto al que queríamos llegar. La espera se hizo larga hasta que por fin llegó el día. El objetivo era pasar los cortes e ir a por la final. Me costó un poco pasar las rondas clasificatorias. Tuve algún problema pero una vez pasado pasé también el corte a la semifinal. En la final hice una bajada muy rápida con un buen tiempo y por fin la gloria olímpica”. El ansiado oro lo quiso compartir enseguida Maialen con su hija, con su marido y entrenador Xabier Etxaniz -que había sido olímpico en Barcelona y Atlanta- y con todo el resto de su equipo, que Maialen siempre ha tenido a bien destacar: “Para llegar a una medalla olímpica no llegas solo, hay mucha gente detrás, muchísima gente”.
La garra de Maialen quedó demostrada, años ha, cuando superó operaciones en sendos hombros. Trabaja, trabaja y trabaja. Solo así puede vencer a esas bravas aguas contra las que tiene que palear, a veces a contracorriente. Siempre está “buscando los detalles de mejora, siempre busco evolucionar”, sin ni mucho menos dormirse en los laureles tras el oro olímpico. Se limita a hacer su trabajo, sin meterse en valorar la organización de eventos: “Yo no espero que todo mi entorno esté ideal para que yo compita de la forma más ideal posible. Sí busco que mi piragua esté en la mejor forma posible, que mi piragua, mi pala, mi material lo tenga todo como a mí me gusta. Y a lo demás me tengo que adaptar y me adapto”.
Ha vivido dos cuatrienios olímpicos bien distintos: “Han sido dos Juegos Olímpicos con ciclos olímpicos totalmente diferentes, pero he llegado a un punto de forma muy óptima en ambos casos. En Londres fue todo ideal excepto el resultado final y en Río todo fue muy bien porque volví con la medalla de oro, que era con lo que soñaba cada día”. Ahora le espera Tokio 2020, donde el reto será revalidar el oro. Lejos de haber dado por realizado su labor en este, su deporte, quiere más. “Cumplí el sueño de Río, ahora vienen más sueños”.
Actualización: En los Juegos de Tokio 2020 Maialen Chorraut logró la medalla de plata.