LOS HISPANOS RAÚL ENTRERRÍOS Y VÍCTOR TOMÁS: “FUE MUY DURA LA DERROTA EN LA SEMIFINAL DE PEKÍN 2008, QUE NADIE ESPERABA”
Raúl Entrerríos y Víctor Tomás componen dos de las bazas más importantes de la selección española de balonmano. Se trata de dos de los más experimentados Hispanos y como tales han vivido los mejores y los peores momentos de una España que va desde lo más alto –campeona del mundo- hasta el peor momento, cuando no pudo clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río (algo que Víctor Tomás calificó a priori como “un fracaso, pues una selección como la nuestra tiene que tener como objetivo estar en Río”).
Entrerríos ejerce, además, de capitán de la selección. En ella ha participado desde 2003. En común con Tomás tiene haber vivido dos ediciones olímpicas: la de Pekín 2008, en la que obtuvieron la medalla de bronce y la de Londres 2012, en la que no subieron del sexto puesto. Pekín 2008 tiene que estar, por tanto, entre los mejores recuerdos de ambos: “Fue una experiencia increíble. Fueron mis primeros Juegos Olímpicos. Fue todo muy especial y el resultado final fue el colofón de todo. El vivirlo dentro de la villa olímpica como deportista, ver el ambiente que se respira en unos Juegos Olímpicos es una experiencia la verdad que inolvidable”, contó a Rincón Olímpico Víctor Tomás. El capitán comparte la opinión: “Para mí es algo difícil de olvidar. Yo siempre he tenido una ilusión tremenda por disputar unos Juegos Olímpicos, desde pequeñito cuando los veía por la tele y el poder hacerlo por primera vez en Pekín y volver a casa con una medalla olímpica es algo que jamás puedes olvidar”.
La medalla olímpica ganada en la capital china puede que suponga el mejor momento vivido en la carrera de estos dos deportistas. Raúl Entrerríos: “Para mí sin duda es la medalla que más valor tiene por todo lo que significa y por lo complicado que es estar ahí”. Su compañero de club y de selección corrobora la culminación de sueño olímpico que supuso el metal ganado en la capital china, aunque no se conforma con un bronce: “El ganar una medalla olímpica es el sueño de todo deportista hecho realidad. Está claro que muy poca gente en el mundo tiene una medalla olímpica en su casa pero el metal de la que está hecha, pues me encantaría que fuera de oro. Ganar el bronce es un sueño cumplido pero creo que es un sueño mejorable. Evidentemente no es algo con lo que me conforme”. Raúl Entrerríos, sin embargo, ha vivido toda la vida tan imbuido en el espíritu olímpico que ya el participar en unos Juegos colma su sueño: “Haber cumplido mi sueño como deportista es simplemente el haber participado [en unos Juegos]. Yo he tenido la suerte de hacerlo en dos ocasiones. Si a esto le sumas conseguir una medalla es algo increíble. Por encima de medallas que tenga de campeonatos de Europa o del Mundo para mí esa medalla tiene un valor especial porque no es fácil estar en una competición que se celebra cada cuatro años, en la que hay una competencia por estar, por poder participar, así que la tengo bien guardadita”. Algo que se demostró en la última edición olímpica, de la que faltaron, por poco, los Hispanos debido a esa competencia tan aguerrida de la que nos hablaron estos dos emblemáticos jugadores de la selección.
Como tantos y tantos deportistas olímpicos que han tenido la fortuna de repetir experiencia olímpica, estos dos balonmanistas diferencian en mucho sus particulares dos vivencias. Según el central asturiano “la primera vez que vas no cabe duda de que es más ilusionante porque no conoces lo que te espera, no sabes cómo se va a desarrollar, dónde vas a dormir, etc. y eso hace que todavía cada momento sea más especial. Además coincidió que fue en una ciudad como Pekín, que hace que todo sea más diferente, una cultura diferente, con todo un país volcado para esos Juegos Olímpicos, pero a su vez también los JJ.OO. de Londres también fueron increíbles. Pero yo me quedo con los de Pekín, por la medalla y por cómo era todo: mucho más a lo grande, era un país más exótico. Creo que los recuerdos son todavía más inolvidables”. Para su compañero”vivir en la villa olímpica es un gustazo. A mí me gusta mucho seguir muchos deportes, soy muy aficionado al deporte. La verdad es que estar comiendo y darte cuenta de que estaba Yelena Isinbayeva por ejemplo, en la mesa de al lado; en Pekín El Gerrouj, Usain Bolt, las grandísimas estrellas…Rafa Nadal…Siempre hay un día en que vienen los jugadores de la NBA, que normalmente están fuera pero siempre están paseando por la villa y la verdad es que para mí que soy un aficionado al deporte es un gustazo. Bajo mi punto de vista la villa olímpica estaba un poquito mejor la de Londres que la de Pekín y evidentemente la temperatura también fue mejor en Londres que en Pekín. Fueron esas las diferencias dejando aparte el resultado deportivo”.
En esa villa olímpica los olímpicos viven siempre anécdotas debido a sus encuentros con deportistas famosos. Como esa casi “persecución” a la que sometieron a la estrella de la NBA Kobe Bryant y que nos cuenta divertido el capitán de los Hispanos: “Nos enteramos que estaba Kobe Bryant por allí y salimos en su búsqueda. Le conseguimos encontrar pero se metió en un edificio y tuvimos que estar un buen rato esperando a que saliera, pero finalmente lo conseguimos. Tienes la suerte de ver a estrellas como él y tienes que aprovecharlo”. Una suerte que contrasta con la de no poder acudir a las famosas fiestas en la villa, debido a que el balonmano se disputa desde el comienzo hasta el fin de los Juegos. Víctor Tomás se “lamenta”: “Todo el mundo habla mucho de las fiestas de la villa olímpica pero yo, sinceramente, no las he visto. El balonmano es un deporte en el que se compite desde el inicio hasta el final, así que yo ni las he visto ni las he vivido, así que en ese aspecto hay mucha leyenda urbana. En Pekín hicimos una fiesta tras ganar la medalla en la que no los pasamos muy bien, con los jugadores de baloncesto también, con más deportistas españoles…Acabamos unos cuantos en la piscina de la villa, osea que, bueno, fue una noche para recordar”.
Pero unos Juegos Olímpicos no es solo la vida en la villa olímpica, que podríamos definir de casi artificialmente idílica, llena de comodidades para los olímpicos y de encuentros con sus estrellas del deporte. Batirse en la cancha en duros partidos también –principalmente- forma parte de la experiencia olímpica. Porque, en palabras de Víctor Tomás “[en Pekín 2008] fue muy dura la semifinal contra Islandia. En la preparación habíamos jugado contra ellos y les habíamos ganado bien, cómodamente. Fue muy duro el batacazo que nos dimos en esa semifinal; nadie esperaba esa derrota, quizá fue por eso por lo que perdimos. Pero nos repusimos más rápido que Croacia. Siempre se dice que el que antes se repone es el que gana la medalla de bronce. Para nosotros fue un reto que fuera Croacia, que es una grandísima selección. Hicimos un gran partido; todos nos dimos cuenta del gran premio que nos esperaba si ganábamos esa medalla de bronce y así fue, conseguimos hacerlo”. El capitán remata el comentario: “En unos Juegos Olímpicos la competitividad es máxima entre todos los equipos y todos quieren llegar arriba, En Londres nos enseñaron esa lección, por lo menos a mí y ves que está carísimo conseguir una medalla”.