LA LUCHA DE LA SELECCIÓN HAUDENOSAUNEE DE LACROSSE POR PARTICIPAR DE FORMA INDEPENDIENTE EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE LOS ÁNGELES 28
En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 28 puede darse una paradoja, algo insólito, una excepción: la participación de un país que no es país. Bueno, en realidad esto no es tan insólito porque el Comité Olímpico Internacional reconoce no países, sino Comités Olímpicos Nacionales y, de esta manera, participan en Juegos delegaciones que no son reconocidas por la ONU o incluso un equipo compuesto por personas de diversos países que en realidad ya no tienen país, como es el Equipo de Refugiados Olímpicos, creado en los Juegos de Río 2016.
Pero la participación de la llamada nación iroquesa -que lo haría en un único deporte, el lacrosse- se ha convertido ya en una lucha para este pueblo nativo de Norteamérica que comprende en sí misma seis pueblos o tribus. La nación iroquesa (que ahora se denomina Haudenosaunee) cuenta con una población de unas 120.000 personas distribuidas entre el noreste de Estados Unidos (principalmente en el estado de Nueva York) y Canadá (sobre todo en Ontario y Québec). Tienen pasaporte propio, pero no está reconocido a nivel internacional. Ellos crearon en el siglo XII este deporte que posteriormente los franceses llegados a Norteamérica se encargaron de dar a conocer y para ellos el lacrosse es mucho más que un deporte, pues comporta un carácter espiritual.
Los iraqueses veneran los árboles de cuya madera están hechos los palos con los que juegan. Desde su nacimiento hasta su muerte están vinculados al lacrosse, puesto que al nacer se coloca un palo de lacrosse en sus cunas y cuando mueren al lado de su ataúd. En sus orígenes, el lacrosse lo jugaban a campo abierto en un terreno que llegaba a ocupar cientos de metros. El objetivo era llevar una pelota hasta un extremo del campo mediante palos, pudiendo alargarse el juego incluso días tomando parte en cada equipo un centenar de jugadores. Para ellos era “El Juego del Creador”, una suerte de combate entre tribus rivales que pagaban sus discrepancias en el campo de juego, en lugar de en una batalla. Eso sí, empleando mucha violencia y sin dejar de lado el provocar lesiones.
La lucha de los iroqueses se centra ahora en poder participar con su propia selección en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. No es la primera vez que tienen que hacerlo, puesto que fueron excluidos de un Mundial de 2010 que se celebró en Reino Unido al no admitir este país los pasaportes de la Nación Haudenosaunee. En esa ocasión se tuvo que llegar a la solidaridad de otra selección para que los iroqueses pudieran participar. Fue Irlanda, el país al que dieron la plaza que no pudo ocupar en un principio los entonces llamados Iroquois Nationals, quien se retiró de la competición para que se les permitiera participar a los legítimos dueños de la plaza, como finalmente ocurrió. Y eso que desde 1983 la Federación Internacional reconoció su equipo nacional y desde 1987 los admitió como federación de pleno derecho.

En todos estos años no han dejado de cosechar éxitos, más su selección masculina que la femenina, todo hay que decirlo. Compitiendo contra países con millones de habitantes donde el lacrosse ha calado y cuenta con muchos participantes (sin ir más lejos se estima que hay unos 850.000 en Estados Unidos) la selección de los creadores de este deporte no ha dejado de ganar medallas en competiciones internacionales, situándose en el tercer puesto mundial. Insistimos, para ellos se trata de mucho más que un deporte: es simplemente, un regalo del Creador, estiman. Mediante el lacrosse se presentan ante el resto del mundo; es una forma de reafirmar su independencia, su identidad.
En su página oficial la selección Haudenosaunee pide que el resto del mundo se una a su causa, su cruzada: ser reconocidos para jugar independientemente en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, bajo su propia bandera. Afirman que el lacrosse es para ellos una tradición sagrada, una “celebración de la salud, la fuerza, el valor, el liderazgo, el juego justo y la espiritualidad como una ‘medicina’”. Ya han tenido apoyos al más alto nivel. Para empezar, Joe Biden pidió, durante su presidencia, que les dejaran participar de forma independiente: “Sus antepasados inventaron el juego. Se les debería dar una excepción para presentar a su equipo en los Juegos Olímpicos”, dijo públicamente. Al fin y al cabo, sin ir más lejos Puerto Rico, que no es un país independiente, puede participar en los Juegos. Y no es el único caso.

La decisión final la tiene que tomar el COI. A día de hoy rechazaría la petición, puesto que sólo admite para participar en Juegos Olímpicos a Comités Olímpicos Nacionales y la nación Haudenosaunee no tiene uno propio. El caso podría arreglarse si se ponen de acuerdo los Comités Olímpicos Nacionales de Estados Unidos y Canadá (países implicados al estar situadas en sus territorios las tribus iroquesas), la Federación Internacional y las Federaciones Nacionales de los países implicados. El propio Comité Organizador de Los Ángeles 28 ha expresado su apoyo a la inclusión de la selección Haudenosaunee y, lo que puede tener incluso más peso, el 15 de enero de 2025 los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá hicieron pública una declaración pidiendo que el COI permita la participación de la Confederación Haudenosaunee en los Los Ángeles 28 en el deporte del lacrosse.
“Es nuestro deporte, es nuestro regalo al mundo. No buscamos caridad”. Esta es la determinación de los creadores del lacrosse para estar presentes en la vuelta de este deporte a unos Juegos Olímpicos.
Un comentario
Virginia
Ojalá lo consigan, son los inventores y son los verdaderos norteamericanos, ¿qué más necesitan?