STEVE REDGRAVE: «HA SIDO MUY DIFÍCIL SER DEPORTISTA DE ÉLITE SIENDO DIABÉTICO»
Nadie duda de que Steve Redgrave es una leyenda del remo, de los Juegos Olímpicos y del deporte británico. Ganador de cinco oros y un bronce olímpicos, durante años fue el deportista de su país más galardonado en Juegos, algo de lo que, como nos confesó en esta entrevista, no fue consciente durante un tiempo: “No llegué a saber que era el británico con más medallas olímpicas. Durante los Juegos de Pekín 2008 se me acercó un periodista británico para decirme que si Bradley Wiggins ganaba alguna medalla me superaría como británico más condecorado. Yo por entonces no sabía que era en ese momento el que más medallas tenía. En realidad, ni siquiera contaba las medallas que tenía. Sí conocía el gran historial que siempre ha tenido el remo de mi país, con grandes campeones. Resultó que Bradley no llegó a ganar esa medalla que me superaría, así que tuve otros cuatro años siendo el británico con más medallas en Juegos. Para mí es un honor haberlo sido”.
Habiendo participado en cinco ediciones olímpicas (todas desde Los Ángeles 84 hasta Sídney 2000) a este exremero le cuesta elegir el mejor momento vivido en ellas, aunque sí nos reconoce que “de todas mis medallas la más difícil de lograr fue la primera, supongo. Es además la que más recuerdas, más que ninguna otra. Es extremadamente complicado elegir entre todos mis recuerdos olímpicos y experiencias en cada cita olímpica que disputé cuál es mi preferido porque, siendo padre de tres hijos, no puedo querer más a uno de ellos. “Políticamente” tienes que decir que los tres son iguales. Pero la primera medalla puede que sea la que mejor recuerdo porque tenía ese sueño de convertirme en campeón olímpico y la primera es la que convierte ese sueño en realidad. Todas las demás son especiales por razones diversas y la última, por el reconocimiento que recibí por ella. Cuando gané el primer oro olímpico aún no me había proclamado nunca campeón del mundo, así que estar en el podio escuchando el himno de mi país fue muy especial. Fue un momento icónico de alivio por haber hecho lo que fuiste a hacer, fue muy emotivo”.
En la actualidad estamos acostumbrados a ver al Team GB colocado entre los mejores países del medallero final de los Juegos, cuando no entre los tres primeros, pero a Redgrave le tocó vivir en sus comienzos una época en la que no era precisamente así para Gran Bretaña, hasta el punto de que su oro en Atlanta 96 resultó ser el único para su país: “Cuando gané el oro en Atlanta no fui consciente hasta más tarde que resultó ser el único oro de mi país. El remo se disputa en la primera semana. Tras terminar y pasar un par de días en la villa olímpica me fui a Orlando con mis hijos. Gran Bretaña suele tener malos comienzos en los Juegos Olímpicos y tiende a mejorar según se desarrollan. Fue una gran decepción el resultado que tuvimos en Atlanta. Justo antes de esos Juegos empezamos a tener la ayuda económica de la lotería nacional, pero era para proyectos, no para becas para los deportistas y eso fue determinante. Yo personalmente no estaba decepcionado con mi resultado en Atlanta 96, pero a nivel general sí. El posterior apoyo económico al deporte británico ayudó a su crecimiento y crecimos mucho desde entonces”.
Como vemos, por sus cinco participaciones olímpicas (se llevó de todas ellas al menos un oro) su carrera deportiva fue larga y prolífica, aunque cuando empezó la planificación que tenía en la cabeza era bien diferente: “Cuando empecé en mi deporte pensé que llegaría a poder disputar tres Juegos Olímpicos y posiblemente ganar una medalla. Pensé que iría a los Juegos de Moscú, de Los Ángeles y de Seúl y que en Seúl podría llegar a ganar una medalla. Fui seleccionado para Moscú, pero a causa del boicot de ciertos países occidentales no pude ir. A los británicos nos permitieron ir, pero como perdimos mucha financiación no todos pudimos ir. Mi objetivo seguía siendo ganar una medalla en Seúl pero resultó que llegó cuatro años antes. A pesar de ello seguía pensando en retirarme antes de lo que lo hice pero pensé que aún era joven y decidí continuar”.
A sus éxitos deportivos hay que unir un honor que se repitió y además de forma consecutiva: ser el abanderado en la ceremonia de inauguración de los Juegos tanto en la cita de Barcelona 92 como en la de Atlanta 96: “La verdad es que no me esperaba haber sido abanderado en ninguna de las ocasiones en las que lo fui. Cuando me lo notificaron la primera vez me sentí profundamente honrado y no me esperaba en absoluto serlo de nuevo de forma consecutiva en los siguientes Juegos. Realmente fue un sorpresón para mí, ni siquiera pensaba que repetiría el mismo deporte, menos la misma persona”.
A todo esto, no debemos olvidar que a Steve Redgrave le diagnosticaron diabetes antes de su última participación olímpica donde, lo han adivinado, volvió a colgarse una medalla de oro. ¿Cómo pudo compaginar ser un deportista de élite de éxito con esa enfermedad? Nos lo cuenta: “Ha sido muy difícil ser un deportista de élite siendo diabético. Mi abuelo era diabético, así que podía llegar a heredarlo, pero no pensaba que lo fuera, siendo un deportista de élite. Me surgió a tres años de los Juegos de Sídney y pensé que significaría el final de mi carrera. Tuve una larga charla de tres horas con mi especialista para que me dijera si debía dejar el deporte y me dijo que no veía razón para pensar que no podría lograr lo que quería lograr tres años más tarde. Me dijo, no obstante, que sería muy difícil el proceso. Charlé con una serie de expertos en diabetes y uno me dijo que había sido muy afortunado. Nosotros podemos cambiar nuestro destino”.
Un comentario
Virginia
Otro ejemplo más de fortaleza y determinación, los deportistas olímpicos son ejemplos y poco valorados en muchos casos.