SU YIMING: EL INESPERADO HÉROE LOCAL DE PEKÍN 2022
China se preparó como nunca en deportes de invierno para los Juegos Olímpicos que acogió en 2022 en su capital. Indiscutible potencia mundial en deportes de verano, los de invierno no eran precisamente el “fuerte” de esta inmensa nación. Para realizar un buen papel no solo confió en la contratación de los mejores excampeones del mundo para que ejercieran de entrenadores, también contaban con una estrella ‘local’ (llegó a competir por Estados Unidos anteriormente) – Ailing Eileen Gu- pero quizás no contaba con la gran aportación que acabó realizando un jovencito de 17 años por aquel entonces: Su Yiming.
Este snowboarder había sido un actor prometedor con una carrera que inició muy pronto, siendo la estrella infantil del film “The Taking of Tiger Mountain” junto al célebre actor Tony Leung, así como de varias series de éxito. Aunque Su Yiming aún espera pode combinar su carrera como actor con el deporte, decidió -posiblemente en vistas a la preparación de cara a unos Juegos Olímpicos que iban a desarrollarse en “casa”- apartar momentáneamente su prometedora carrera actoral para dedicarse en cuerpo en alma al snowboard.
El sacrificio valió la pena, pues se convirtió en el primer deportista chino en pisar un podio en la Copa del Mundo y, lo que es mejor, el primero en ganar un oro olímpico en la prueba de Big Air. Comenzó en esta modalidad deportiva con tan solo cuatro años animado por sus padres. Quién le iba a decir por entonces que poco tiempo después se convertiría en todo un héroe nacional, en el ‘chico del poster’ en su país y para los seguidores del snowboard, en el campeón olímpico en Juegos de invierno más joven de China, en protagonizar un hashtag durante los Juegos de Pekín 2022 que tuvo 50 millones de visionados y en ser el inspirador y promotor de su deporte en su extenso país.
En los Juegos de Pekín 2022 ganó dos medallas: el oro del Big Air y una plata en la prueba de slopestyle que fue más que polémica. Como en todo deporte dependiente de la nota de jueces, la subjetividad o incluso los errores humanos sin mala intención pueden aparecer. El caso es que los jueces no llegaron a apreciar un ligero error en el que se convertiría en campeón olímpico, el canadiense Max Parrot, al no ver que éste no llegó a agarrar su tabla sino su rodilla en uno de sus trucos. Al parecer el ángulo de visión que se mostró a los jueces de ese momento no les permitió ver la sutil diferencia que le tendría que haber supuesto al canadiense unos dos o tres puntos menos. Los suficientes para que Su Yiming le hubiera superado en la puntuación total. Al desarrollarse los Juegos además en el país de Yiming las protestas del público fueron mayores. Iztok Sumatic, el jefe de los jueces en esos Juegos, admitió posteriormente el fallo. Parrot mismo reconoció su error pero aun así declaró que la técnica empleada en su ronda le hacían merecedor del oro. La sorpresa del público chino ante el resultado final fue mayor al haber realizado su compatriota un truco de 1800 grados, siendo el único competidor en hacerlo.
En cualquier caso pocos días más tarde ganó el oro que el destino le tenía preparado -eso sí, después de mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio y de haber superado diversas lesiones- cumpliendo así su sueño de la infancia: “Desde que era niño siempre quise convertirme en campeón olímpico”, y lo dice un niño que ya conocía las mieles del éxito, en su caso el cinematográfico.
Un comentario
Virginia
Al final se perdió un actor y se ganó un medallista.