BRYONY PAGE, ORO EN PARÍS 2024: “TENGO MUCHO MÁS QUE OFRECER EN EL TRAMPOLÍN”

Ya hemos hablado de Bryony Page en estas páginas, sobre sus problemas de salud que le impidieron ofrecer todo el potencial que tenía. Llegaron a ser tan graves que un síndrome le impedía recordar los movimientos de su programa, algo esencial en su deporte (gimnasia de trampolín). Superados estos problemas surgieron otros en forma de lesiones, pero tras dos medallas olímpicas -plata en Río y bronce en Tokio- por fin consiguió en los Juegos Olímpicos de París el ansiado oro. Y eso a pesar de recientes lesiones que le hicieron cambiar su ejercicio: “Desde el Mundial mi objetivo era ganar el oro en París, pero me lesioné y esa medalla ya parecía más difícil de alcanzar. Tuve que hacer algunos cambios. Quería estar en los Juegos para ofrecer mi rutina. He cambiado básicamente la parte de dificultad de mi rutina. Todo atleta pasa por lesiones en algún momento. Hemos luchado contra el tiempo, hemos cambiado de planes”.

Pese a sus 33 años Page quiere estar en los Juegos de Los Ángeles: “Sigo con la idea de ir a los Juegos de Los Ángeles porque siento que aún tengo mucho que dar. Todo lo que haga a partir de ahora lo sentiré como un bonus. Me encanta este deporte; me vais a seguir viendo”. Entre medias de París y Los Ángeles Bryony sigue empeñada en cumplir otro sueño que tiene desde niña: actuar en el Circo del Sol: “Mi sueño desde hace mucho tiempo es actuar en el Circo del Sol. No voy a ser más joven con el paso del tiempo, así que debo tomar una decisión. Sigo sintiéndome fuerte y sana. Tengo mucho más que ofrecer en el trampolín. Tengo más habilidades en el trampolín que completar. Si me pueden permitir [el Circo del Sol] tener un contrato temporal antes de los Juegos de Los Ángeles sería estupendo. Me encanta la idea de actuar, de vestir disfraces, de ponerme maquillaje y ser parte de un grupo”.

La gimnasta reconoce que “el síndrome te deja cuestiones”, pero que pensó, de cara a los Juegos de París, “por qué acabar quinta si puedo acabar primera. El trampolín es un deporte en el que los menores errores te cambian. Hay que intentar superar el temor porque el trampolín es algo excitante pero a ello hay que sumar un tanto de valentía y de temor. En París sentí mucho apoyo del público, entre el que estaba mi familia y amigos, aunque mi abuela, que está en casa, ha sido mi mayor apoyo”. Ella, que ha tenido que lidiar como ninguna otra con cuestiones mentales reconoce que “en la final de París quizás haya pesado la parte mental en un 75%; he intentando situarme en la correcta preparación mental. Me he quedado muy satisfecha de mi rutina”.

Una vez acabada su actuación no quiso seguir la del resto de sus rivales, aunque “podía figurarme lo que pasaba con los gritos del público y escuchaba las puntuaciones. Era consciente de qué puntuación tenía que conseguir. Me mentalicé para hacer la rutina que quería hacer. No sabía incluso si podría llegar al podio. Cuando me vi que estaba en lo más alto de la tabla de puntuación creía que ya era la ganadora, olvidando que quedaba otra participante”.

No podemos dejar de alegrarnos por la superación de esta deportista, que ha llegado al cénit de su carrera tras padecer un síndrome que parecía que acabaría con su carrera deportiva.