TAMARA CROW: LE APLAZARON UNA SENTENCIA JUDICIAL PARA PODER PARTICIPAR EN UNOS JUEGOS OLÍMPICOS
El 16 de febrero de 2003 fue una fecha que tuvo mucho que ver con los Juegos Olímpicos que se celebrarían un año y unos meses más tarde en Atenas. Lo ocurrido esa fecha entre las localidades estadounidenses de Walnut Creek y Dodge Ridge pondría en un brete a todo el Comité Olímpico de ese potente país. Ocurrió que ese día, a primerísima hora de la mañana, se estrelló un coche contra dos pinos tras perder su conductora el control del vehículo. La conductora era Tamara -Tammy- Crow, componente del equipo nacional de natación sincronizada (así se denominaba por aquel entonces) y de resultas del hecho murieron sus dos acompañantes: su novio Cody Tatro y el niño de doce años Brett Slinger, alumno de aquél y a su cuidado ante la ausencia de sus padres.
Antes de detallar cómo fueron los hechos adelantemos la polémica posterior: pese a recibir una pena en el juicio a la que fue sometida, a la deportista se le permitió cumplirla a su vuelta de los Juegos Olímpicos, lo que fue considerado un claro caso de favoritismo.
El hecho es que Brett quiso quedarse los días en que el incidente ocurrió en casa para poder jugar al béisbol mientras sus padres realizaban una corta escapada para esquiar aprovechando el fin de semana de San Valentín. Cody Tatro, su profesor, se ofreció para cuidarle. Tatro le pidió a su novia que le acompañara, pero Crow estaba de celebración de varios cumpleaños con unas compañeras de la sincro. Hasta la 1.30 de la madrugada Crow no se reunió con Tatro en su casa. Una hora más tarde ella se acostó, algo que no hizo Cody. Poco después, apenas tras dos horas de sueño, Cody despertó a Tamara para ir a recoger al chico de la casa de su abuela. Conducía ella, pues Cody había bebido demasiado.
Cuando la policía llegó y trasladó a Tamara al hospital tras el accidente también encontró los cuerpos de los dos fallecidos. La nadadora despertó días más tarde, había sufrido lesiones en un brazo, que se rompió, y en la espalda, pero no estaba preparada para el impacto de la noticia cuando le dijeron que sus acompañantes habían muerto. Su novio en el momento del accidente se había quitado el cinturón para coger algo del asiento de atrás mientras que Brett, que sí tenía el cinturón puesto, estaba sentado justo en la parte que chocó contra los árboles, por lo que recibió el mayor impacto. Es cierto que el análisis reveló que Crow no excedía los límites permitidos de alcohol para conducir, pero sí es verdad que, aparte de las escasas horas de sueño que tenía, había bebido tres copas durante la noche anterior.
Lo que siguió, además del trauma y del cargo de conciencia, fue el juicio. Tamara no tenía claro qué hacer pero, aconsejada por su abogado, se acogió a “no contestar” en el mismo pensando que eso la eximiría de una pena de cárcel. La cantidad de alcohol que había consumido parecía ser garantía de que no podían acusarla de negligencia. Crow no quiso declararse culpable porque sería algo que “no soportaría”. Pensó que si se declaraba directamente inocente el juicio se alargaría hasta impedirle entrenar, competir y poder acudir a los Juegos de Atenas.
Finalmente Tamara Crow fue sentenciada a realizar servicios durante 90 días (además del pago de una multa a la familia de Brett) pero la polémica fue que se le permitió hacerlos a su vuelta de los Juegos. Los padres del niño fallecido manifestaron su descontento, considerando que fue un claro gesto de favoritismo. Crow afirmó no haber pedido dicho trato. Mientras tanto, las autoridades deportivas estadounidenses se vieron en el brete de qué hacer al respecto: ¿permitir formar parte del equipo olímpico a una condenada por la Justicia? ¿dejarla competir, como parecía ser la intención del juez ante su sentencia?
En efecto, Crow llegó a participar en los Juegos de Atenas…en los que ganó la medalla de bronce por equipos. Su inclusión también fue contestada por algunos medios. En todo momento de los Juegos se acordó de Cody y de Brett y les dedicó su actuación, aunque los padres del malogrado niño no querían que le involucraran -ni siquiera que se mencionara su nombre- en los Juegos y pidieron que no se le permitiera participar en los Juegos.
Tamara se había recuperado físicamente a una velocidad sorprendente, pero nadie se ocupó de cómo le había afectado mentalmente todo el asunto y el juicio que se celebró no ayudó precisamente a estar en el mejor momento para una cita deportiva tan importante. Aun así, consiguió plaza y medalla, no sin recibir críticas.
Un comentario
Virginia
Con lo fácil que es no beber y más siendo deportista de élite. Que manera tan tonta de destrozar familias.