LA BOLIVIANA ÁNGELA CASTRO, LA MARCHADORA QUE NOS ROBARÁ EL CORAZÓN EN RÍO 2016
La marchadora boliviana Ángela Castro puede convertirse fácilmente en una de las reinas (de corazones) de Río 2016, así que váyanse aprendiendo su nombre. No ganará, no subirá al podio, pero su participación tiene tanto o más mérito que las campeonas.
Ángela no debería dedicarse al deporte. Es más: los médicos se lo prohibieron. Aún nadie se explica cómo ha conseguido llegar a tener la mínima para unos Juegos Olímpicos, pues su nacimiento y posterior desarrollo físico en ningún momento hacían presagiar que consiguiera semejante logro. Castro nació mal, con una displasia de cadera. En su nacimiento la sacaron mal, rompiéndole costillas y, sobre todo, estropeando sus caderas de por vida. Desde el primer momento Ángela encontró problemas de psicomotricidad, hasta que con ocho meses la llevaron al médico. Ya era tarde; para arreglarle lo dañado tenía que haber sido llevada a los tres meses. Se imponía entonces una cirugía que los padres de Ángela no podían pagar, así que no se la hicieron.
Recurrieron a soluciones momentáneas y la niña fue mejorando, pero la mejora total no era posible por la tardanza en la aplicación de la metodología y al no haber sido operada. Con la prohibición expresa de los médicos de practicar deporte Ángela decidió desoír el consejo, demostrando una fuerza de voluntad que, sin duda, le ha llevado hasta su clasificación olímpica en Río. Ella atribuye su espíritu de lucha a sus padres, que le han transmitido esos valores. No es extraño, pues, que haya elegido una de las modalidades más duras y sacrificadas del atletismo, como es la marcha.
Luchando, luchando, no ha dejado de rebajar su marca desde que en marzo lograra la mínima para Río. A los primeros Juegos en su continente no va solo a competir, sino que además tendrá el orgullo de ser la abanderada de su país. Un país, Bolivia, que ha más que duplicado su cuota de participantes, pasando de los cinco que presentó en Londres 2012 a los doce que irán a los Juegos de 2016. El 19 de agosto, aparte de las favoritas, habrá que seguir con atención el dorsal de esta boliviana. Acabar la carrera será otra meta más conseguida en su recorrido vital, puede que una de las más fáciles, comparado con lo que ha tenido que superar.