Camino a París

CHASE BUDINGER: DE LA NBA A SER OLÍMPICO EN VOLEY PLAYA EN PARÍS 2024

Chase Budinger era el clásico chico alto (1.98m) al que le gustaba practicar deportes, algo que tenía presente en su día a día al ser varios miembros de su familia amantes del deporte. Nada nuevo bajo el sol. Unimos esos datos a ser bueno no ya en la universidad, sino desde el instituto ubicado en California y obtenemos un deportista de élite en potencia. Cuando vivía en el oriental estado americano jugaba al voley en la playa y al baloncesto en el instituto. Su equipo de voleibol del instituto (pues durante esos años combinó el basket con el voley indoor) juntó a buenos jugadores y, así, ganaron tres campeonatos estatales. Chase fue nombrado Jugador del Año por la revista “Volleyball Magazine” ya por entonces.

Pero llegó el momento de la universidad y de escoger deporte. Chase eligió el de la canasta aunque llegó a recibir ofertas de un par de universidades para que en ellas jugara tanto al baloncesto como al voleibol, algo que simplemente los horarios y desplazamientos para partidos parecían imposibles. Apenas había empezado la universidad cuando ya se hablaba de que podía entrar en el draft de la NBA, pero Budinger prefirió permanecer en el (por otra parte prestigioso) circuito universitario.

Su destino estaba escrito: iba a entrar en la NBA. Allí su trayectoria le llevó por todo el país, entrando a formar parte de los equipos de los Houston Rockets, Minnesota Timberwolves, Indiana Pacers y Phoenix Suns. En 2016 puso fin a su “circuito americano” para aterrizar en un club español: el Baskonia.

Parecía que ahí iba acabar su carrera deportiva y, en efecto, se retiró del baloncesto con 30 años, pero estaba lejos de lograr su mayor hito en el deporte. Lo han adivinado: Chase Budinger iba a volver a su “otro” deporte y, lo que es mejor, con él va a lograr ser olímpico, concretamente en su versión de voley playa. En alguna ocasión había declarado que haber abandonado el voley años antes había sido una decisión dura. Es verdad que ambos deportes comparten algunas características y habilidades necesarias en sus practicantes; definitivamente la altura es una de ellas. Pero no es tan normal que, ahora con 36 años, Chase Budinger haya obtenido una plaza para unos Juegos Olímpicos -los de París 2024- teniendo además en cuenta que pertenece a un país en el que, al ser potencia, no es tan fácil hacerse con una de las dos plazas que tiene asignadas para ir a unos Juegos Olímpicos. Junto a su compañero Miles Evans, con el que compone la pareja número dos de Estados Unidos, irá a París en voley playa. Hay que recordar un caso similar como fue el de su compatriota Keith Erickson, que fue olímpico (en la versión de voley sala) en 1964 en los Juegos de Tokio, siendo aún universitario (recordemos que en esos años aún no iban jugadores profesionales estando compuesta la selección de Estados Unidos por universitarios) para más tarde ser jugador de la NBA alcanzando el anillo con los Lakers en 1972. Es decir, recorrido inverso al de Budinger.

Podemos afirmar que Budinger tomó la decisión adecuada al regresar al deporte del voley al finalizar su carrera como jugador de baloncesto. ¿Acaso ya imaginaba en su juventud que sería esta modalidad deportiva la que le llevaría a ser olímpico?

Foto de Pinkvilla

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