GREYSIA POLII: DE LA DESCALIFICACIÓN OLÍMPICA AL ORO EN TOKIO
Pasar de ser descalificada en unos Juegos Olímpicos (y no precisamente por dopaje) a ganar un oro dos ediciones más tarde. Entre medias, lesiones graves, cambios varios de pareja (nuestra protagonista es especialista en dobles de bádminton) y una pandemia que se llevó por delante a su hermano al día siguiente de que se casara. Ese es el resumen en pocas palabras de Greysia Polii, la jugadora indonesia que acabó haciendo historia para su país.
Vayamos por partes. Huérfana de padre a los dos años de edad, al poco es introducida en el deporte del bádminton. A sus espaldas hay tres Juegos Olímpicos: los de Londres, Río y Tokio. Y, paralelamente, cambios sucesivos en las parejas junto con las que competía. Llegó a ser la número 2 del mundo en dobles femeninos, ganó tres medallas en campeonatos Mundiales junto a un sinfín de logros importantes, pero nos centraremos en sus pasos, bien diferenciados, por Juegos Olímpicos.
En Londres 2012 fue donde recibió la sanción por “jugar mal intencionadamente conduciéndose de una manera claramente abusiva y de detrimento hacia el deporte” en los partidos de la fase inicial con la intención de asegurarse unas rivales más asequibles en el enfrentamiento de cuartos de final. Ella y su pareja no fueron las únicas descalificadas por la misma razón. De hecho, tampoco fue en esa edición olímpica en la que han tenido lugar hechos similares, de auténtico escándalo. Su federación apeló, sin éxito. Posteriormente los mismos indonesios la sancionaron prohibiendo a la pareja competir internacionalmente, pero a los dos meses levantaron la suspensión. Lo curioso es que pasado un año Polii fue elegida miembro de la Comisión de Atletas de la Federación Internacional de Bádminton con amplia mayoría. La jugadora aseguró que su motivación para presentarse a dicho puesto era que creía que había sido tratada injustamente en Londres 2012.
Cambiemos de ciclo olímpico y de nueva pareja. En Río 2016 el dúo indonesio llegaba como número 2 del mundo…pero fue eliminado de los Juegos en cuartos de final. Gran decepción. Después de Río su pareja se lesionó y acabó retirándose de la práctica deportiva, algo que también se planteó Greysia, dadas las circunstancias de ese momento. Para entonces ya tenía 30 años, así que parecía el momento pero no, Greysia decidió buscarse otra compañera de dobles y seguir adelante. Dio con una diez años menor que ella, combinando de esta manera veteranía y juventud en forma de cócktail que se demostró perfecto. Desde el primer momento en que jugaron juntas su juego fluyó de forma natural. Al parecer Greysia había dado, pasados una buena cifra de años, con su compañera ideal.
Y en eso que llega la pandemia de Covid y provoca la muerte de su hermano, el que precisamente además de haberla animado a jugar a bádminton se había comportado como una figura paterna desde la muerte del padre, pues entonces él contaba con 18 años y ella con 2. Falleció justamente al día siguiente de casarse Greysia. Ella tenía que ir a Tokio a darlo todo por él. No lo tenía muy fácil porque a los Juegos acudió sin ser cabeza de serie. De hecho, acabó llevándose el oro, cosa que no había ocurrido nunca antes, el que una pareja que no fuera cabeza de serie ganara unos Juegos Olímpicos. También fue el primer oro olímpico de Indonesia en dobles femeninos y, tras China, el segundo país en ganar medallas de oro en las cinco disciplinas del bádminton en Juegos Olímpicos. Por cierto, que Polii, con 33 años y 356 días, se convirtió en la jugadora de bádminton de más edad en ganar un oro olímpico.
A Greysia Polii no le paró nada: ni la edad, ni las lesiones, ni la muerte de su hermano, ni la retirada de sus parejas, ni la descalificación olímpica. Se mantuvo al pie del cañón y la vida se lo devolvió ni más ni menos que con un oro olímpico. Otro ejemplo de la constancia que nos demuestran los deportistas y que nos pueden servir de inspiración. Si ellos pueden nosotros también.
Un comentario
Virginia Bernardi
Menuda historia de trabas superadas, no la conocía y me pareció muy interesante e inspiradora para no rendirse uno nunca.