BRIANA SCURRY: LA PIONERA DEL FÚTBOL FEMENINO QUE LUCHÓ POR LA IGUALDAD
Briana Scurry hizo por el fútbol femenino y por el deporte femenino en general algo más que ganar medallas olímpicas o Mundiales. Creó la Women´s United Soccer Association o, lo que es lo mismo, la primera liga femenina de fútbol en pagar a todas sus jugadoras como profesionales.
Deportista polivalente, fue nombrada la mejor deportista de su instituto primero, su estado -Minnesota- después y de todo Estados Unidos. Portera de fútbol, destacó particularmente en las paradas desde el punto de penalti. Su carrera dentro de la potente selección estadounidense es de tal envergadura hasta le punto de totalizar 173 partidos internacionales.
A nivel olímpico se hizo con el oro en los Juegos de Atlanta 96 y en los de Atenas 2004. Estuvo en los de Sídney 2000, aunque allí no llegó a disputar ningún minuto. Desde niña quiso ser olímpica, aunque aún no estaba introducido el fútbol femenino en el calendario de los Juegos. Fue viendo los Juegos de invierno de Lake Placid 80 cuando se le despertaron los sueños olímpicos, concretamente cuando el equipo de su país batió a los favoritos, los soviéticos, en los que se denominó el partido del “Milagro sobre el hielo”. Tan importante victoria inspiró a la niña Briana y declaró a sus padres que quería ser olímpica algún día. Sueño realizado.
No todo ha sido un camino de rosas para Scurry, pues tuvo que precipitar su retirada debido a una grave lesión en un partido de liga, cuando en 2010 recibió una fuerte patada de una rival en la sien, lo que le provocó un traumatismo cerebral (que, a su vez, le causaron constantes dolores de cabeza), visión borrosa, problemas cognitivos y depresión. Por si fuera poco, su compañía de seguros se negaba a pagar el tratamiento quirúrgico necesario que le evitaría los dolores, llegando al triste resultado de verse obligada a empeñar sus medallas de oro olímpicas por 18.000 dólares.
La situación empeoraba: se veía en un hoyo, automedicada y bebiendo, cayendo en su peor momento en un intento de suicido a punto de tirarse desde el borde de una cascada. Afortunadamente, entró en acción una vocecita en su cabeza que le decía: “Nunca te has rendido en tu vida. Te queda mucho por vivir”. Ese fue el punto de inflexión que le cambió la vida pues no solo decidió continuar viviendo sino que sus problemas encontraron solución: la compañía de seguros finalmente transigió, la operaron y recuperó las medallas olímpicas empeñadas. En gran parte debido al esfuerzo de la mujer que con el tiempo se convertiría en su esposa.
A Scurry le tocó vivir un grandísimo momento del deporte femenino de su país: la victoria en la Copa del Mundo ante un estadio repleto con 90.000 espectadores. La propia selección estadounidense no podía creer la marea humana de aficionados que se había creado en torno a ellas. Fue el principio del despegue del fútbol femenino de Estados Unidos, en los años 90.
Una vez retirada Scurry se ha dedicado a múltiples tareas, todas relacionadas con el llamado “deporte rey”: comentarista para ESPN; analista del fútbol para la CBS; general manager de un equipo profesional de su país; primera asistente de entrenador en otro; conferenciante de charlas motivacionales, etc. Pero lo más destacable de su carrera fue inspirar a otras mujeres, algo que logró ella junto a su selección. Fue esa exitosa selección la que provocó cambios hasta en las grandes marcas, como Nike, que creó una división de ropa dedicada a las necesidades especiales de las mujeres deportistas. La creación de la liga profesional que fundó Briana Scurry no fue otra cosa que la puesta en acción -con años de retraso- del Título IX, que viene a decir que “Ninguna persona en Estados Unidos será excluida en su participación en el deporte en base a su sexo ni recibirá discriminación en un programa educativo o en una actividad que reciba financiación federal”.
En su etapa como jugadora, junto con otras ocho compañeras, Briana no dudó en ir a la huelga contra la Federación, a riesgo de ser excluida de su sueño de convertirse en olímpica. Querían equidad con los hombres y, finalmente, consiguieron lo que se propusieron. Las heroínas de Estados Unidos (pues en eso se acabaron convirtiendo) obtendrían lo que merecían gracias a la lucha de algunas jugadoras como Briana Scurry quien afirma “haber pasado muchísimo tiempo apoyando el fútbol femenino en Estados Unidos”, aunque, como siempre, aún queda batalla por librarse para la igualdad total de género.
Un comentario
Virginia
Otra figura enorme que pasa de puntillas,no conocía su historia, que pena de situación a la que se vio abocada.