OTTAVIO MISSONI: EL OLÍMPICO QUE SE CONVIRTIÓ EN CREADOR DE UN EMPORIO DE MODA
Respondía al nombre de Ottavio Missoni. Este atleta olímpico poseyó una vida apasionante donde el emprendimiento se mezcló con su tesón. Aunque italiano, nació -en 1921- en un territorio que entonces pertenecía al llamado Reino de los serbios, croatas y eslovenos, concretamente en la ciudad de Ragusa, la hoy conocida mundialmente como Dubrovnik. Hijo de madre dálmata y padre friulano, transcurrió su infancia y juventud entre Zadar, Trieste y Milán.
En 1937 entró a formar parte de la selección italiana de atletismo siendo en esos momentos el mejor atleta azzurro. Al poco ganó el Mundial para universitarios. Ottavio se especializó en la distancia de los 400 metros, tanto lisos como con obstáculos y en relevos de esa misma distancia. Pero la carrera deportiva del joven sufre un obligado parón causado por la II Guerra Mundial. En ella participó en la Batalla de El Alamein, cayendo prisionero de las tropas británicas lideradas por el general Montgomery y prisionero de ellas estuvo cuatro largos años.
Acabada la guerra el cuerpo de Missoni ha perdido la musculatura con la que contaba previamente, pero quiere volver al atletismo y cumplir el sueño de ser olímpico, ya que justo antes de la guerra se encontraba en su mejor momento y, de haberse celebrado las ediciones olímpicas que correspondían, Missoni habría sido sin duda olímpico. Así, su pasión por el atletismo ve sus frutos y Missoni logra ser olímpico en los Juegos de Londres de 1948. Ahí participa en los 400 metros obstáculos, alcanzando la final. Es verdad que llega en la misma en último lugar pero los Juegos de Londres le traerán una doble satisfacción: convertir su sueño de ser por fin olímpico, guerra de por medio, y conocer a la que se convertiría en su esposa: una tal Rosita Jelmini que se encontraba entre el público del estadio de Wembley.
Rosita es fundamental en su carrera posterior porque de Ottavio Missoni podríamos decir que como deportista olímpico fue una medianía y, desde luego, no ha quedado para la historia por su palmarés deportivo, sino por su trabajo emprendedor y artístico que le llevó a crear, junto a Rosita y a otro deportista olímpico (este sí medallista) -el discóbolo Giorgio Oberweger- lo que con el tiempo se convertiría en un auténtico emporio de la moda.
Los Missoni-Jelmini llegaron a crear un estilo particular que hizo la competencia a la moda americana. Usando máquinas de coser diseñadas en un principio para trabajar sobre colchas y chales los Missoni dan un paso a su creatividad y la usan con telas coloridas y ligeras, con gran variedad de diseños que forman unos estampados muy característicos y que dicen claramente ser diseños de esta firma de moda. Ottavio se encargaba de dibujar los patrones con acuarelas y gouaches, mientras que Rosita hacía los cortes y las formas de las prendas. Un binomio perfecto. El éxito de la firma fue a nivel planetario, abriendo una boutique dentro de los grandes almacenes neoyorquinos de Bloomingdale´s en 1970, presentando su colección en el Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York o llevando sus prendas celebridades como Kate Middleton o la reina Sofía.
Pero Ottavio nunca se alejó del deporte. Mezcló sus dos pasiones: deporte y moda dedicándose asimismo a la ropa deportiva mediante la creación de chándales de lana que presentaban una innovación de la que Missoni fue el inventor: incorporar cremallera en las perneras. Esas prendas eran cómodas a la par que cálidas y permitían libertad de movimientos. De nuevo se entremezcla Ottavio con el olimpismo, pues el equipo olímpico italiano de los Juegos de 1948, sí, esos en los que él mismo participa, llevaban sus prendas deportivas.
Y tampoco Missoni abandonó la práctica deportiva incluso a nivel competitivo. Ya cumplidos los 50 años y siendo un estilista de fama regresa a la competición en la categoría master, pero se cambia a la modalidad de salto de altura (proclamándose campeón nacional de su categoría) por problemas en una rodilla. Cuando contaba la venerable edad de 89 años aún ganó medallas, en concreto la de oro europea de lanzamiento de jabalina en la categoría de mayores de 85 años y la de plata en la de lanzamiento de peso. Incluso ya nonagenario siguió compitiendo, proclamándose campeón italiano de lanzamiento de jabalina.
Una vida apasionante que en realidad fueron dos, altamente productivas en dos campos aparentemente dispares: el creativo de la moda y el competitivo del atletismo. Creador de un imperio de la nada, emprendedor, artista, tenaz, italiano internacional… y uno de los diez hombres más elegantes del mundo, como llegó a ser nombrado. Muchas vidas en una: la de Ottavio Missoni.
Un comentario
Virginia
No sabia nada,muy interesante.