EWA KŁOBUKOWSKA: LA CAMPEONA OLÍMPICA HUMILLADA POR UN ERROR MÉDICO
La atleta polaca protagonista de este artículo fue víctima de una injusticia y una humillación debido a un error. Era una de las mejores velocistas de los años 60 que se había hecho ya con dos medallas olímpicas (oro en los relevos 4×100 y bronce en los 100m en los Juegos de Tokio 64) cuando, un año antes de lo que tenía que haber sido su segunda experiencia olímpica, en México 68, fue descalificada acusada de no ser una mujer. Sin embargo, con ella no solo se produjo un error y, por tanto, una injusticia, sino que su caso dio pie a que se cambiara el proceso de determinación del género en el deporte. Vayamos a los detalles.
Kłobukowska, que así se llama nuestra protagonista, había nacido en el seno de una familia de intelectuales. De hecho, ella llegó a estudiar Economía. En el plano deportivo los Juegos de Tokio 64 constituyeron el culmen de su carrera pues, como hemos mencionado, obtuvo dos valiosas medallas. En el vuelo que la llevara a Tokio la tripulación le preparó una tarta de cumpleaños, pues ese mismo día cumplía 18. Era poseedora además de tres récords mundiales: uno en los 100m, que estableció en 1965 y otros dos, un año antes, en los relevos 4×100. Todo parecía marchar como la seda en la carrera de esta atleta polaca, cuando todo se torció en las vísperas del Europeo de 1967, disputado en Kiev. Una de sus compañeras relató cómo sólo les hicieron controles de género a sus compatriotas. “Ya sabíamos que todo era para eliminar a Ewa”. Kłobukowska, sorpresivamente, no pasó el control. Este hecho la hizo entrar tristemente en la historia como el primer atleta olímpico en fallar una prueba de sexo. El control al que fue sometida en Kiev registraba un mosaico genético XX/XXY, aparentemente anormal, lo que hizo que se prohibiera su participación en las pruebas femeninas. La Federación Internacional de atletismo además borró sus tres récords mundiales, aunque se le permitió mantener sus medallas olímpicas y europeas.
Posteriormente se descubrió que el control realizado no fue el correcto. Para empezar, no se contactó con otros médicos de valía reconocida. Médicos endocrinólogos declararon que las pruebas cromosómicas -las que excluyeron a la atleta polaca-, son insuficientes para determinar el género. El mal ya estaba hecho con Kłobukowska, quien no pudo competir en los Juegos de 1968, pero gracias a la investigación realizada sobre los fallos en su sanción la IAAF y el COI decidieron cambiar el tipo de análisis de género y realizarlo con el método de corpúsculos de Barr. Si le hubiera sido aplicado ese método, Ewa habría podido competir en los Juegos de México. Incluso ese mismo año de 1968 Ewa dio a luz a un niño, por lo que quedó claro que con ella se cometió un error garrafal. Se ha llegado a decir que se la descalificó por pura envidia en el Europeo de Kiev, dado el poderío por entonces de ella y del equipo nacional polaco de relevos (con ella). Por desgracia tuvieron que pasar 27 años para que las autoridades deportivas reconocieran el fallo cometido con Ewa. Tras humillarla, llegó por fin la redención, aunque demasiado tarde. Lo curioso es que, pese a haberse demostrado el error en las pruebas de género que le realizaron, nunca se le devolvieron los récords del mundo. Tampoco nadie se ha disculpado con ella públicamente. Irónicamente, en el Europeo celebrado en Budapest un año antes, la atleta polaca pasó los controles de género. En 1967, tras la decisión (errónea) médica, Ewa tuvo que retirarse cuando sólo contaba 21 años.
Un comentario
Virginia
Pues que mal, ni una disculpa, ni una reparación, mucha vergüenza tendrían que sentir los que hicieron tamaño estropicio. Seguro que si hubiese llamado John ni hubiese habido polémica y de haberla habido le hubiesen restituido sus logros pero siendo mujer y además de un país no muy grande…