BIRK RUUD: HACIENDO HISTORIA EN EL BIG AIR
Ser el primer campeón olímpico en una modalidad introducida como nueva convierte al que lo logra en histórico que quedará en los anales. El noruego Birk Ruud es uno de ellos. En los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín 2022 se estrenó la modalidad de esquí Freestyle en Big Air y Rudd fue el ganador. Detrás de su victoria hay mucho que contar.
Ruud empezó a practicar los considerados deportes de riesgo en nieve desde niño, desde el mismo patio de la casa de sus abuelos, donde se construyó un circuito de jibbing (=las barandillas que forman parte de la modalidad del slopestyle). A Birk siempre le atrajeron todos esos deportes “peligrosos”, urbanos, que forman parte de los X Games. No solo los de las modalidades invernales, pues compite con éxito tanto en Big Air como en slopestyle, y también lo hace en halfpipe, la “tercera pata” de la mesa de los deportes de park. Pero Birk también le da al skateboard, al salto desde acantilados, desde trampolines, ciclismo de riesgo, etc. “Me encantan los deportes de acción, todos los intensos”. Indudablemente la adrenalina corre por sus venas, aunque a pesar de que acepta esta afirmación igualmente defiende “tener control y estar concentrado en lo que hago”.

Su primera medalla olímpica la logró en slopetyle de esquí de Freestyle en los Juegos de la Juventud desarrollados en su propio país, en Lillehammer en 2016. A partir de entonces ha combinado medallas del metal más preciado tanto en Mundiales como en los X Games de invierno, en Big air y en slopestyle casi por igual, además de podios en la Copa del Mundo. Pero vayamos a su oro olímpico de Pekín. Pocos meses antes había fallecido su padre de cáncer. Birk quiso homenajearle mostrando una pulsera que le había regalado su padre y ante las cámaras dijo, tocándose el corazón: “Papá, estás conmigo”. A Birk le sorprendió su victoria, pues creía que el vencedor estaría entre el veterano sueco Henrik Harlaut, leyenda de los X Games, en los que había ganado en media docena de ocasiones, o entre Colby Stevenson, un estadounidense que se había recuperado de un accidente de coche que le había causado 30 fracturas hasta conseguir finalmente la plata olímpica.

A la final Ruud llegó siendo el primero del clasificatorio, aunque en la final se parte de cero. La ventaja con la que contaba es que competiría en último lugar, sabiendo ya lo que habían hecho sus rivales. En su primera ronda ya se colocó de líder, destacando con un switch triple cork 1980, esto es, cinco rotaciones y media llegando desde espaldas. En la tercera y última ronda ningún otro contendiente le superó, por lo que, sabiéndose ya ganador, realizó una ronda “apañada” agarrando la bandera noruega. Con ella llegó a clavar, entre otros, un truco nada sencillo, como es el bio 1440 y obtuvo la unanimidad de los jueces: todos le dieron 69 puntos, una nota nada despreciable, aunque fue la nota descartada, puesto que el total se obtiene de las dos mejores rondas de tres, en su caso la primera y la segunda. Todo esto lo logró pese a haber pasado una lesión de rodilla apenas nueve semanas antes de los Juegos. Decidió no participar en los X Games de ese año para no arriesgarse a ser contagiado de Covid y perderse por ello los Juegos Olímpicos (recordemos que por entonces seguía habiendo numerosos casos).
Una curiosidad sobre este freestyler noruego es que casi se perdió la final (que acabó ganando) de slopestyle del Mundial de 2025 en Suiza…por leer. Birk tiene por costumbre leer cada noche en la cama. La víspera de la final mundialista tenía entre sus manos un thriller sueco que quiso acabarse a toda costa, tan emocionante estaba. Cambió sus hábitos y, en lugar de ponerse a dormir a las 10:30 siguió leyendo hasta las 11:40. Ocurrió que en lugar de levantarse a la mañana siguiente a las 8 no escuchó el despertador y no se despertó hasta las 9:45…cuando el transporte hasta la pista se iba a las 9:40. Corrió sin desayunar pero su entrenador le calmó diciéndole que le daría tiempo a llegar a la final. Un par de horas más tarde se proclamó campeón del mundo.
En los Juegos de Milán/Cortina apenas tendrá 22 años, por lo que promete convertirse en uno de los grandes protagonistas, habiendo entrado ya en los anales olímpicos cuatro años antes al convertirse en el primer campeón olímpico de Big air de esquí Freestyle.

Un comentario
Virginia Bernardi Garrido
Todo un personaje!, que grande!