EMILY PEDERSEN: LAS SUBIDAS Y BAJADAS DE OTRA OLÍMPICA CON PROBLEMAS EN SU SALUD MENTAL
La danesa Emily Kristine Pedersen concentra en sí misma casi un resumen del deportista de élite en la actualidad: reconocimiento y éxito temprano, caída en puestos, críticas y depresión y recuperación. Esta golfista nacida en Copenhgue ha experimentado en sus escasos 28 años de vida un carrusel de vivencias que la han llevado a lo más alto y a lo más bajo.
Apoyada desde el minuto cero por su padre, un exfutbolista y posterior entrenador, entró en el golf gracias a un simple regalo que le hicieron sus padres cuando tenía diez años: convertirse en miembro de un club de golf. Apenas dos años más tarde ya formaba parte de la selección danesa. Curiosamente, el golf femenino danés cuenta también con otra figura destacada, como es Nanna Koerstz Madsen, que incluso pertenece al mismo club de golf que Emily. Esa competencia las ha ayudado a mejorar mutuamente, lejos de alejarlas como rivales.
Pedersen se convirtió en profesional en 2014 ganando el título de “Rookie del Año”. Su elección para formar parte de la Solheim Cup en el equipo de Europa fue obligada. Su trayectoria había ido en alza hasta entonces, pero de repente se frenó y los malos resultados le afectaron. Las críticas arreciaron por lo que ella puso toda su energía en demostrar que era una buena golfista. Emily tuvo un fallo: prestar demasiada atención a lo que decía la gente de ella, lo que provocó que su confianza en sí misma se fuera a pique. Al año siguiente sólo pasó el corte en seis torneos de 20 en la LPGA. Llegó a bajar al puesto 549º del ranking. Había tocado fondo. Era el año 2020 y Emily tenía la necesidad de dividir su persona de la Emily deportista, así que se puso a trabajar con psicólogos. Ya tenía una psicóloga deportiva, pero ésta le aconsejó que consultara también con un psicólogo clínico porque, según su diagnóstico, Emily se encontraba a las puertas de una depresión y de un estado de ansiedad.
Todo esto coincidió con la pandemia de COVID que, paradójicamente, le vino bien a Pedersen. Ese trabajo en soledad se adaptaba perfectamente a sus necesidades. Se motivó e incluso aprovechó para cambiar la técnica de su swing. Llegó a tener confianza en sí misma. Los torneos que disputó a continuación le fueron realmente bien y llegó a colocarse en primer lugar de la orden de mérito del Ladies European Tour de 2020.
Apoyada siempre por su padre y también por su novio, que además realiza las tareas de su caddie (Olly Brett, su pareja, ya era caddie profesional y había trabajado para otras destacadas golfistas), Emily Pedersen acudió a sus primeros Juegos Olímpicos en Tokio 2020. Allí acabó en quinto lugar, un puesto más que meritorio, ya que además llegó a pelear por las medallas. Volvió a ser olímpica en París 2024, donde no le fueron tan bien las cosas, pues acabó en el puesto 44º. Los buenos resultados que tuvo en 2020 no han vuelto. Si pocos años antes de los Juegos de Tokio disfrutó de victorias, para caer, luego levantarse y vencer y volver a caer, esperemos que su siguiente fase, la que le toca, sea la de volver a alzarse. Su juventud da esperanzas para que Emily Pedersen goce de muchos años de carrera por delante.
Un comentario
Virginia
No hay nada mejor de escucharse a una misma y no hacer caso de los ruidos de alrededor.