RHYS McCLENAGHAN, EL ORGULLO DE IRLANDA EN PARÍS 2024: “QUIERO INSPIRAR A LAS NUEVAS GENERACIONES”
El ambiente en las gradas y en lo alrededores del Arena Paris Bercy estaba lleno de los colores de la bandera irlandesa el 3 de agosto de 2024. Ese día competía Rhys McClenaghan en la final de caballo con arcos. El norirlandés (como tal, libre para participar por Reino Unido o por Irlanda), bicampeón mundial en ese aparato, era favorito para llevarse el oro, como así hizo. Pero el camino hasta ese oro había sido largo, como contó una vez acabada la final: “Mi entrenador, Luke [Carson], me hizo un plan a diez años vista para convertirme en campeón olímpico, y aquí estoy con el oro. Cuando empezamos ese plan en los comienzos era difícil vernos con el oro olímpico, pero iniciamos un trayecto. Mi entrenador no es que me dijera que claramente veía en mí a un campeón mundial, pero sí que veía un camino que podía recorrer. Le debo mucho a Luke. Puedo decir que esta es “nuestra” medalla y estoy orgulloso de que sea así”.
En esa final olímpica de París 2024 se vio las caras con el gimnasta británico más laureado –Max Whitlock -, que se retiraba tras una brillante carrera y no pudo hacerlo ganando una medalla, puesto que se quedó en cuarto lugar. Max había sido el ídolo de Rhys y por ello tuvo unas palabras con el británico tras la final: “Vi lágrimas en sus ojos y quise decirle que él había sido para mí una inspiración. Ha sido mi rival durante muchos años y quería aprovechar esta oportunidad para felicitarle por su carrera y agradecerle su increíble rutina. Él ha sido una inspiración para muchos en este deporte y quiero darle las gracias por ello”.
Aparte del veterano Whitlock otro gran rival en la final resultó ser el joven estadounidense Stephen Nerodoscik, quien al actuar en último lugar mantuvo en vilo el resultado final para llevarse finalmente el bronce: “Le dije a Stephen que esta ha sido la mejor final de caballo con arcos en la historia de la gimnasia. Haber formado parte en ella ha sido increíble. Cualquiera de los ocho finalistas podrían haberse hecho con el oro”.
Lo curioso es que el irlandés nos contó que había tenido sueños reales en diversas ocasiones sobre el transcursos de la final olímpica y en ellos clavó la puntuación que finalmente lograría: “Literalmente he tenido sueños de la puntuación que alcanzaría en París: 15.5, para ser exactos, pero nunca soñé que ganaba, lo cual es extraño”. De la final, de la que declaró sentirse entusiasmado y con ganas de verla y revisarla en vídeo, comentó: “quisimos hacer la rutina con la dificultad más alta que habíamos hecho nunca en competiciones internacionales, arriesgándolo todo, y nos salió bien. Cualquier mínima y sutil duda sobre el caballo con arcos me habría bajado la puntuación a 15.2. Tuve que incluir un nuevo movimiento en mi rutina para alcanzar una gran puntuación”.
McClenaghan llegó a competir por Reino Unido hace años, para después elegir hacerlo por Irlanda por los esfuerzos que este país hacía por él. Ahora se siente orgulloso de ello y de los éxito que consiguió Irlanda en los Juegos parisinos: “Es increíble ser parte de un equipo así”. Representando a Irlanda ha entrado en el libro de oro del deporte de ese país una y otra vez. Si en Tokio 2020 se convirtió en el primer irlandés en llegar a una final olímpica de gimnasia (acabó séptimo, tras una caída), en París 2024 se ha convertido en el primer campeón olímpico irlandés de gimnasia. Muy comprometido con su país, ahora quiere servir de inspiración para las nuevas generaciones: “Quiero hacer todo lo que pueda para este deporte. Quiero llevar esta medalla a cada club en Irlanda, ser realmente activo en inspirar a generaciones más jóvenes porque tengo esta responsabilidad sobre mis hombros. Quiero que vean que ganar una medalla es real, es posible. Yo fui inspirado, así que yo quiero devolver a otros lo que me dieron y ser la inspiración de otros”.
A Rhys no le afectó tanto la presión de una final como a otros deportistas: “Yo me presiono a mí mismo cada día que entreno y me enfado conmigo mismo cuando las cosas no me salen bien. Debido a que me pongo nervioso incluso en las sesiones de entrenamiento estoy familiarizado con esos nervios que se sienten en competición”. Amante de la ciudad que acogió los Juegos que le dieron el triunfo, ve casi como una locura que ahora en su cuello cuelgue un pedacito de la Torre Eiffel que tanto ama: “Me encanta París y sentía que esto tenía que ocurrir”.
Un comentario
Virginia Bernardi Garrido
Cuanto más grandes más humildes. Bravo!