Parejas olímpicas

MONICA DE GENNARO Y DANIELE SANTARELLI: UN MATRIMONIO ENFRENTADO EN PARÍS 2024

El 8 de agosto de 2024 se enfrentaban en una de las semifinales femeninas de voleibol de los Juegos Olímpicos de París las selecciones de Italia y Turquía. Se jugaban, por tanto, un puesto en la final pero había mucho más que eso en ese encuentro: el enfrentamiento entre una jugadora y su marido, pues en las filas azzurre militaba la líbero Monica De Gennaro mientras que dirigía al combinado turco desde el banquillo su marido, Daniele Santarelli.

Ambos habían coincidido años antes en el mundo del voley y habían contraído matrimonio en 2017 pero si pensábamos que el ser marido y mujer podría traer una ventaja a alguno de los equipos (por posibles “chivatazos” por parte de alguno de ellos) nos equivocamos. Es más, ambos tienen una regla en el caso de enfrentarse en un partido: están prohibidas las miradas entre ellos. De hecho en su vida diaria intentan separar tanto sus trabajos hablando lo mínimo de su deporte y viviendo en una misma casa pero de forma separada, esto es, ella vive en la planta de abajo y él ocupa la de arriba.

La trayectoria de ambos les ha llevado por muchos vericuetos durante años. Ella, con 37 años y tres participaciones olímpicas a su espalda antes de la de París -donde, recordemos, ganó el oro-, se vio excluida de la selección italiana en el año previo a los Juegos por el seleccionador de entonces, Davide Mazzanti. Afortunadamente para ella hubo cambio de seleccionador y el nuevo, Julio Velasco, decidió contar con ella. Eso le permitió sentir por primera vez lo que es subirse a un podio olímpico, en su cuarta participación, y además lo hizo en el escalón más alto.

Él, tras entrenar a diversos clubes de la liga italiana (previamente había sido jugador, curiosamente también ocupando el puesto de líbero, pero nunca en la máxima categoría italiana) se hizo con el puesto de seleccionador de Croacia (siempre categoría femenina) para pasar después a hacerse cargo de la potente selección serbia, con la que gana el oro en el Mundial de 2022 además del bronce en la Volleyball Nations League. Estos éxitos le catapultan como un entrenador de prestigio, por lo que fue llamado para dirigir a la selección femenina turca apenas un año antes de los Juegos de París.

El destino hizo que se encuadraran en el mismo grupo de la fase inicial de los Juegos las selecciones de Italia y Turquía, ganando de paliza la primera a la segunda, pero esa derrota no acarreó tanta importancia, pues el sistema de liguilla permitía tener tropiezos. Mucho peor fue que ambas selecciones se vieran las caras en la semifinal. Ahí sí que había mucho en juego. Santarelli es un entrenador concienzudo al que sientan mal las derrotas, pero no pudo hacer nada ante la imparable marcha que la Italia de Velasco llevó en todo el torneo olímpico. Después del partido, que Turquía perdió con un contundente tres a cero, no le quedó más remedio que felicitar a Italia. Tampoco debió de dolerle mucho puesto que, además de ser él mismo italiano, previamente había sido entrenador de todas las componentes del equipo azzurro a nivel de clubes excepto de un par de ellas, así que sintió que, en parte, algo le “tocaba” en esa victoria. Que además después Italia se hiciera con el oro supuso la confirmación. “Italia lo ha merecido sobradamente. Monica lo ha logrado en su cuarto intento”.

Volvamos a la semifinal en la que tanto se jugaban las dos selecciones. No cruzaron miradas durante el encuentro, no, pero una vez acabado fue Santarelli en primero en felicitar a su mujer, al que dijo: “Pero ahora ganad el oro”, añadiendo “Estoy orgulloso de ti. Te mereces todo”. A pesar de que ambos reconocieron que el primer partido que los enfrentó, en la primera fase, fue “extraño” para los los dos en la semifinal “fue más fácil de lo previsto [sobrellevar ser rivales]”. El entrenador reconocía: “Hemos separado vida y profesión”.

Lo curioso es que ahora vuelven a estar juntos ya que él compagina su cargo como seleccionador turco con el de entrenador del club italiano Imoco de Conegliano donde juega Monica. No se cumplió el ideal de una final entre Italia y Turquía, ni siquiera que Turquía se llevara finalmente el bronce, algo que no sucedió. En la casa de este peculiar matrimonio “sólo” hay una medalla olímpica, pero la felicidad por la misma es inmensa y está compartida. El voley los unió y les ha llegado a separar en los Juegos Olímpicos de París.

A la izquierda. Santarelli dirigiendo a las turcas. A la derecha De Gennaro jugando como líbero por Italia

 

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