KRISTI YAMAGUCHI: LA CAMPEONA OLÍMPICA DEDICADA A LA FILANTROPÍA
¿Cómo puede una persona que nace con los pies zambos y tiene que llevar en su niñez zapatos correctivos y una férula acabar proclamándose campeona olímpica de patinaje artístico? Que le pregunten a Kristi Yamaguchi, porque eso es lo que le pasó.
Esta estadounidense de orígenes japoneses (se recuerda la anécdota de que, cuando ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Albertville 92, la organización buscaba desesperadamente una bandera japonesa para la ceremonia del podio ignorando que era en realidad estadounidense) cuenta ya con un pasado anterior a su propio nacimiento digno de mención. Su abuelo materno combatió en la II Guerra Mundial en el ejército USA mientras su familia había sido enviada a un campo de internamiento, donde la madre de Kristi nació. Su abuelo paterno, por su parte, había emigrado a Hawai a finales del siglo XIX.
Centrándonos ya en Kristi, pasó su primer año de vida con las piernas escayoladas para posteriormente llevar unas rodilleras especiales que le causaban dolor, amén de zapatos correctores. El esfuerzo valió la pena. Tenía una hermana que ya practicaba el patinaje y a ello unió ver a Dorothy Hamill ganar el oro en los Juegos Olímpicos del 76, lo que acabó por hacer que se enamorara de ese deporte. Los médicos pensaron que la práctica del patinaje podría beneficiarla en el desarrollo y fortalecimiento de sus piernas. Así, empezó a patinar con seis años y gracias a sus propia constancia y el esfuerzo y apoyo de su madre, que se levantaba a las 4 de la mañana para llevarla a practicar cada día de 5 a 10, Kristi se convirtió en la patinadora que luego fue.
Lo curioso es que durante un tiempo compatibilizó el patinaje de parejas -junto a Rudy Galindo- con el individual, compitiendo en campeonatos en ambas categorías. Finalmente tuvo que decidirse por una y escogió la individual. Buena elección, pues en 1991 se proclamaría campeona del mundo. Tras el título le tocó ir a los Juegos Olímpicos del 92, donde compartió habitación con Nancy Kerrigan. Tras el primer programa Yamaguchi iba líder pero tradicionalmente solía perder puestos en el programa largo. Antes de salir a la pista se le acercó el ídolo de su niñez, Dorothy Hamill, de la cual incluso tenía una muñeca con la que jugaba de niña y llevaba consigo a todas partes. La que fuera campeona olímpica le deseó suerte entre bambalinas y eso quizá espoleó a Kristi para finalmente ganar el oro.
Bien es cierto que le ayudaron los errores de las rivales, pues tanto Harding como la nipona Ito cayeron en sus triples Axels, así que gracias a los puntos fuertes de Yamaguchi, consistentes en la parte artística (en la prensa llegó a escribirse que “patinaba como si las melodías estuvieran escritas en sus patines”) y sus combinaciones triple-triple, la llevaron al título, pese a que realizara un doble Salchow en lugar del planeado triple y que apoyara una mano en el triple loop. Kristi se convirtió así en la primera persona de origen asiático en ganar una medalla de oro para Estados Unidos en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Al ganar ese mismo año de 1992 el campeonato Mundial y el nacional ganó la Triple Corona, algo que nadie había conseguido desde que lo hiciera su ídolo Dorothy Hamill en 1976.
Parecía que Kristi hubiera logrado todos sus sueños en su vida por el año 92 pero, lejos de ser así, los años siguientes le esperaron con muchas cosas por hacer y, sobre todo, muchos sueños de otros por cumplir. Porque el hecho de que creara una fundación -llamada Always Dream (=sueña siempre)- hizo que cumpliera los sueños de muchos niños, al estar especialmente dedicada a la infancia. La fundación se centra en niños desfavorecidos y/o con discapacidades. Les proporciona ropa, tabletas para sus estudios, ordenadores, crea campamentos de verano, programas escolares, campos de juego diseñados para niños con todo tipo de habilidades…Se centra sobre todo en alfabetizar a niños, cuestión esta que le preocupa tanto que ha llegado a escribir libros para niños, además de publicar su autobiografía y “El patinaje artístico para tontos”. Kristi Yamaguchi se ha convertido en toda una filántropa, además de participar en gran cantidad de actividades y crear una linea de ropa “para la mujer activa, en la que prima su confort y para que se sienta empoderada sintiéndose bien y dando una imagen de que está bien”.
Finalizamos con una cita suya que la define como persona: “Quiero concentrar mis esfuerzos en hacer lo que pueda para ayudar a quien lo necesite”. Imposible no admirarla.
Un comentario
Virginia
Bonita historia de fuerza de voluntad. Además de gran deportista,gran persona.