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VOLUNTARIOS OLÍMPICOS: LA CARA AMABLE DE PARÍS 2024

Se dice hasta la saciedad y no por eso es menos verdad: sin los voluntarios no habría Juegos Olímpicos. Su papel cada vez es más determinante y su número crece y crece. Realizan todo tipo de tareas: desde una simple -pero siempre necesaria- limpieza del parquet en deportes como el bádminton o la entrega de agua a los corredores de maratón hasta tareas que nos parecen más complejas. Todas ellas son fundamentales y cada uno de los 45.000 que han trabajado en los Juegos de París han ofrecido su tiempo y su esfuerzo para conseguir que funcionaran. Daba igual que lloviera incesantemente o hiciera un calor cercano a los 40 grados: nunca pusieron malas caras, siempre nos sonrieron, nos saludaron, nos preguntaron si todo iba bien, nos despidieron haciéndonos el pasillo y dándonos las gracias (ellos, a quien nosotros tendríamos que dar las gracias) cada vez que un deporte llegaba a su fin.

Hablamos con varios de ellos, de distintos países y diferentes áreas de trabajo. Dos cosas les unen: la pasión por participar en un evento tan grande desinteresadamente y que no han elegido sus puestos. La inteligencia artificial estudió sus características y les colocó en sus puestos definitivos según lo que habían puesto en sus aplicaciones.

Emeric es local, pero trabaja y ha dedicado sus días de vacaciones estivales para ser voluntario en los Juegos. Ya tiene una cierta edad y ha sido asignado a la base de lo que se denomina Transport Connect, es decir, la red de autobuses que une sedes para acreditados: “Trabajo en la base de los autobuses que llevan a los acreditados de un sitio a otro, tales como periodistas, miembros de la familia olímpica, etc. Les orientamos hacia qué autobús deben tomar y, para ser honestos, a veces ocurre que también orientamos a los conductores que no están tan familiarizados con ciertas rutas, así que montamos en el bus con ellos para asegurarnos de que van por la ruta correcta. En una ocasión tuve que llevar a una treintena de árbitros de fútbol a sus hoteles en el autobús. Fue divertido. Como puedes ver, mi puesto no es de los más atractivos, pero es divertido porque conozco a mucha gente y estoy feliz de formar parte de ello”.

Cambiamos de país, de continente y de área de trabajo. Brian es chino, aunque habla un perfecto inglés porque vivió en Australia, aunque ahora reside en Francia. Su conocimiento de idiomas le ha permitido trabajar en la zona mixta del voleibol: ”Ayudo a los periodistas en la traducción de los entrenadores y jugadores/as. Hablo chino, pero no hay jugadores chinos en este torneo olímpico, aunque sí puedo ayudar a los periodistas chinos si lo necesitan”. Nos explica cómo es el día a día de los voluntarios: “Tuvimos un entrenamiento de cinco horas previo a los Juegos. Básicamente nos dijeron lo que teníamos que hacer en cada puesto, cómo llegar y movernos, etc. Trabajamos cuatro días ocho horas cada uno y luego tenemos un día libre”. Gracias a que habla chino también ayuda en el tenis de mesa “porque allí juegan muchos deportistas chinos y esa sede está al lado de la del voleibol. Ayudo en ese caso en las ruedas de prensa. Estoy muy contento de estar en unos Juegos Olímpicos ayudando como voluntario. Creo que he tenido suerte al ser elegido para esta sede y este puesto. Es la primera vez en mi vida que estoy tan cerca de deportistas de élite, lo que lo convierte en una experiencia muy emocionante. He conocido a mucha gente, hecho nuevos amigos y he visto de cerca cómo se organiza un evento tan grande”.

Catalina es chilena y quizás la más involucrada con el deporte ya que ha estudiado Gestión deportiva y ella misma es parte del equipo chileno de natación artística (no clasificado para los Juegos). También es fisioterapeuta y se ha cogido días libres de su trabajo para estar en Francia, adonde ha viajado ex profeso. Lo ha hecho con su marido, que también es voluntario en la misma área y con el mismo horario. Ambos ayudan a Comités Olímpicos Nacionales. Ella al de Italia -es medio italiana- y él al de Estados Unidos: “A veces hemos coincidido en la villa o en alguna sede. Al final del día nos contamos nuestras experiencias”. Catalina nos cuenta sus misiones: “Asisto a los que trabajan de manera administrativa a los Comités Olímpicos Nacionales. Les ayudo a gestionar cosas por ejemplo dentro de su edificio, recibir a sus atletas, acompañarlos a las competiciones. En el fondo es asistir la labor del Jefe de Misión del Comité. Algunos de nosotros tenemos unos Comités específicos, otros según las necesidades. Dependiendo del tamaño del CON varía la cantidad de voluntarios que se le asignan. En mi caso somos once voluntarios y nos distribuimos a lo largo del día. A veces es como entrar en el “backstage” de los Juegos, ya que tenemos contacto con los deportistas, como ir a sus habitaciones si sus Jefes de Misión les reclaman, prepararles y darles su pack de bienvenida, etc. Practico natación artística en Chile y soy parte del Team Chile, he llegado a competir contra las olímpicas en otros campeonatos”. Catalina define de “megaoportunidad” haber sido voluntaria en París 2024 y califica la experiencia de “muy entretenida”.

Son sólo tres ejemplos de los muchos de los que podríamos hablar. Representan el espíritu olímpico de personas que sacrifican vacaciones para hacer una tarea necesaria y a veces no particularmente atractiva. Todos merecen recibir un homenaje.

Un comentario

  • Virginia

    Me parece encomiable que haya gente dispuesta a perder vacaciones para ayudar en una tarea tan importante y que sin ellos sería imposible que los Juegos se realizasen.
    Por otra parte están los dirigentes que van a hoteles de 5 estrellas,que comen de lujo,que viajan en primera y que exigen a las ciudades aspirantes un montón de requisitos, estos no me gustan nada, ya podrían aprender de los voluntarios y su verdadero espíritu Olímpico.

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