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VICKI MANALO: LA BICAMPEONA OLÍMPICA QUE SUPERÓ LA SEGREGACIÓN POR SU ORIGEN ASIÁTICO

Esta es una historia que nunca debió desarrollarse como lo hizo pero que, a la par, pone más en valor el empeño de la deportista que lo protagoniza para imponerse sobre todos los impedimentos que sufrió en su vida para convertirse en la saltadora de trampolín que fue, llegando a ser doble campeona olímpica.

Su nombre real era Vicki Manalo. Nacida en San Francisco, era hija de un filipino y una inglesa. Al tocarle vivir en plena II Guerra Mundial ya se pueden imaginar el racismo que sufrió debido a su origen asiático (pese a no ser japonesa). La lista de padecimientos que le provocó su origen es grande, alguno nos parecerá asombroso hoy en día. El primero de todos, el de entrar simplemente en una piscina. Por cierto que Vicki lo que quería en un principio era aprender ballet, pero sus padres no podían permitirse pagar las clases. Hasta que no tuvo diez años no pudo costearse clases de natación y lo hizo a través de la Cruz Roja. A saltar desde el trampolín no lo hizo hasta los 16 años. El dato más sangrante fue que se le impidió poder entrenar en muchas piscinas, no pudiendo ni entrar en ellas simplemente por sus rasgos algo orientales. Tuvo que hacerlo en ciertas piscinas, todas públicas, que estaban “segregadas”, pues admitían a personas no blancas sólo una vez a la semana. El dato que más nos irrita -asómbrense- hoy en día es que estas piscinas eran vaciadas y limpiadas después de esas sesiones con gente “de color”.

Cuando un entrenador se fijó en ella para introducirla en el deporte del salto, contando ella como dijimos 16 años, la llevó hasta Phil Patterson, entrenador en el club de natación y saltos Fairmont, pero debido a su origen no pudo entrar. Le aconsejaron entonces cambiar su apellido filipino por el de Taylor para así poder ser aceptada para entrenar de la mano de Patterson. Llegó a hacerlo con diversos entrenadores, añadiendo más tarde la plataforma al trampolín. También con el tiempo se casaría con uno de esos entrenadores, adoptando su apellido (Draves).

Foto del Museo Olímpico de Estados Unidos

Acabada la II Guerra Mundial se reanudarían los Juegos Olímpicos, teniendo lugar en Londres en 1948. A ellos acudió Vicki ganando el oro en las dos disciplinas entonces existentes: el trampolín de tres metros y la plataforma de diez. Con ello se convirtió en la primera mujer en ganar esas dos medallas de oro , además de ser la primera estadounidense en ganar dos oros en su deporte y la primera persona americana de origen asiático en ganar algún oro olímpico.

Tras la experiencia olímpica se pasó al profesionalismo que en el caso de su deporte consistía en actuar en espectáculos acuáticos, entre ellos uno que tuvo lugar en el Coliseum de Los Ángeles junto a Esther Williams. Realizó giras, visitó por primera vez Filipinas, actuó en exhibiciones allí (incluso ante el presidente de la nación) y, finalmente, junto a su marido entrenador dirigieron un programa de entrenamiento de natación y saltos. Vicki Manalo no dejó nunca de ser una defensora por la educación de los inmigrantes filipinos, así como ayudar en la recaudación de fondos para crear un centro médico para necesitados junto a figuras del deporte de la talla de Jesse Owens.

Esta bicampeona olímpica nunca lo hubiera sido de haberse rendido ante las dificultades que le planteó la vida por el simple hecho de su origen asiático. No claudicó, siguió luchando por su derecho a entrenar y dio una lección a todos aquellos que le pusieron trabas y piedras en su camino.

Un comentario

  • Virginia Bernardi Garrido

    Madre mia, cambiar el agua despues de que los “no blancos” se bañasen, ¡que barbaridad!. Y de eso no hace tanto tiempo. Bravo por ella y por muchos como ella.

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