Entrevistas,  Heroínas olímpicas

LINDSEY VONN: “EN PYEONGCHANG ESQUIÉ LESIONADA PERO NO SE LO DIJE A NADIE. LA MEDALLA FUE UNO DE MIS MAYORES LOGROS”

La esquiadora estadounidense Lindsey Vonn es una de las leyendas tanto de su deporte como del olimpismo. Cuatro Globos de Cristal generales de la Copa del Mundo y catorce por disciplinas avalan su impresionante palmarés. Sus 82 victorias en la Copa del Mundo sólo han sido superadas recientemente por su compatriota Mikaela Shiffrin, hecho éste que nos comenta en la entrevista que mantuvimos con ella: “Que Mikaela Shiffrin rompiera mi récord de victorias supone la evolución natural del deporte. Grandes campeones del deporte batieron récords mundiales pero luego éstos fueron batidos por otros. Así es como funciona la evolución. El que el récord esté ahora en manos de una compatriota es algo impresionante y me gusta que “quede en la familia”. Si miras a las dos mujeres top de todos los tiempos estamos Mikaela y yo misma, dos mujeres y dos estadounidenses, así que eso me gusta. Mikaela me encanta, me alegro por ella, tiene aún mucho por delante en su carrera y siempre la animaré”.

Su medallero olímpico, aun importante, quizás no corresponda con el peso que tuvo el resto de su carrera. En eso tuvieron mucho que ver las lesiones, como la grave caída producida en plenos entrenamientos de los Juegos Olímpicos de invierno de Turín 2006, que la privaron de subirse al podio en aquella cita olímpica, como habría sido lo lógico. Las lesiones también la obligaron a saltarse los Juegos de Sochi. Pese a la citada caída en Turín, tuvo el coraje de participar y además lo hizo hasta en cuatro competiciones. Vonn nos cuenta cómo vivió esos Juegos, lastrados por el incidente: “Lo que me ocurrió en los Juegos de Turín de 2006 creo que fue una de las lecciones más importantes que haya aprendido nunca. Hasta que tuve ese choque en los entrenamientos nunca me había dado cuenta de lo frágil que uno puede llegar a ser como deportista, ya que en cualquier momento te puede suceder algo así e incluso puede suponerte el punto final a tu carrera, así que desde ese momento he valorado más mi deporte. Cuando tuve la oportunidad de reponerme fue algo que me causó mucha alegría y que cambió mi perspectiva para el resto de mi carrera. Siempre he considerado que cada oportunidad era un privilegio, algo que es muy especial y que no debería dar por sentado. Aunque en Turín 2006 no conseguí ninguna medalla -y ganar una medalla olímpica es algo que nada puede igualar-, para mí fue una de las mejores y más importantes lecciones de mi carrera”.

Especialista en las pruebas de velocidad, donde más riesgos físicos se corren (en la actualidad sigue siendo la esquiadora con más victorias en descensos en la Copa del Mundo), reconoce su pasión por el riesgo, algo intrínseco en una descensista: “Nunca he tenido miedo. Me encanta la velocidad. Cuanto más rápida voy más feliz me siento. Tomar riesgos es algo que me causa emoción. Sabes que es peligroso, lo que te fuerza a estar en todo momento aguda desde el punto de vista mental. Tienes que estar muy concentrada y no puedes cometer ningún error. Vas muy rápido y sabes que puede ocurrir cualquier cosa y eres consciente de que no puedes hacer deporte sin evitar algún tipo de lesión. No me gustan las apuestas, pero sí correr los riesgos apropiados en las carreras. La mayoría de las veces funciona y otras acabo en el hospital, pero me vale”.

Foto de Doug Mills/The New York Times

Tenemos que hacer referencia a su oro olímpico, obtenido en el descenso de los Juegos de Vancouver de 2010, unos Juegos en los que reconoce haber sentido el momento de más presión de su carrera: “porque hasta llegar a ellos había ganado todo: Copas del Mundo, Mundiales…y nunca antes había habido una esquiadora estadounidense que hubiera ganado un oro olímpico en su primera carrera y eso es algo muy grande. Los Juegos Olímpicos son muy especiales porque una vez que te conviertes en campeón olímpico lo eres por el resto de tu vida. Es algo que nadie te podrá quitar nunca”. También ese oro de Vancouver supuso la medalla de la que se siente más orgullosa: “porque ya de por sí presentaba todo un reto al ser el momento en que más presión sentí a lo largo de mi carrera. Físicamente considero que la que más me costó ganar fue el bronce del descenso en Pyeongchang. Pocos meses antes había tenido un choque y esquiaba con daños en mi rodilla, pero no quise decírselo a nadie, así que lograr una medalla en esos Juegos creo que fue uno de los mayores logros que he conseguido”.

Lindsey nos confiesa que “ganar en unos Juegos Olímpicos ha sido el logro más especial que he conseguido, también para mi familia. Lo que diferencia a los Juegos Olímpicos del resto de competiciones es que cuesta mucho llegar a ellos. Tuve la suerte de que mi familia me apoyó en mis participaciones olímpicas. Mi madre falleció recientemente y cuando recuerdo las carreras olímpicas se me ve cruzando la meta y enseguida la cámara se vuelve hacia mi madre y ése es precisamente uno de los momentos más especiales que guardo de los Juegos Olímpicos”.

Por desgracia es algo común en los/las esquiadores/as tener graves lesiones a consecuencia de caídas realizadas cuando se va a gran velocidad. Lindsey Vonn ha tenido especialmente mala suerte al sufrir, entre otras lesiones, dos roturas de ligamento cruzado. Pese a ello nos confiesa que aunque tuviera dolor si seguía siendo capaz de esquiar competía: “lo veo como que soy afortunada, no lo veo como una víctima o que me hay que tener pena hacia mí por haber tenido un grave incidente esquiando. No, lo veo como que tengo suerte de estar aquí y lo voy a hacer lo mejor que pueda. Algunos me cuestionaban por qué volvía a las pistas rápidamente y que esquiara lesionada. He esquiado con fracturas, esguinces…con muchas diferentes lesiones, pero es que me encantaba esquiar. Billy Jean King decía que la presión es un privilegio y si lo miras desde ese punto de vista lo ves como una oportunidad y una energía de forma positiva. Yo lo veo así, como que me da energía y potencia. Al final me encantan esos momentos, porque me dan mucha energía”.

Foto del Museo Olímpico de Estados Unidos

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