Camino a París

ALEXANDRA IANCULESCU: LA DEPORTISTA QUE TUVO QUE ACUDIR A ONLY FANS PARA PODER IR A LOS JUEGOS DE PARÍS

En el otoño de 2023 la deportista olímpica rumano-canadiense Alexandra Ianculescu saltó a las páginas de medio mundo por una causa que, la verdad, nos parece triste ya que, en lugar de convertirse en popular por sus logros, esfuerzos y trabajo deportivo lo ha sido por una razón bien diferente. Y es que Alexandra, para poder cumplir su sueño de ser olímpica en los Juegos de París 2024 -esta vez con otra modalidad deportiva, muy distinta al patinaje de velocidad que la llevó a participar por Rumanía en los Juegos de invierno de Pyeongchang- ha tenido que financiarse a través de lo que le pagan sus suscriptores de su cuenta en Only Fans. De no contar con esos ingresos, Alexandra no podría ni plantearse realísticamente poder acudir a unos Juegos.

Vayamos paso a paso. Alexandra nació en Sibiu, Transilvania y desde los dos años aprendió a esquiar, patinar sobre hielo, así como a jugar a tenis. Contaba diez años de edad cuando su familia se trasladó a Toronto y fue allí donde probó el short-track. Su madre había sido campeona de Rumanía en esta modalidad. Durante un tiempo Alexandra participó en patinaje de velocidad tanto en los campeonatos nacionales de Rumanía como en los de Canadá, saltando también a la arena internacional. En sus primeros (y hasta ahora únicos) Juegos Olímpicos no es que obtuviera buenos resultados, habiendo participado en la distancia de 500 metros. Acabada la experiencia olímpica de Pyeongchang se trasladó primero a Canadá para pasar más tarde a Países Bajos y Alemania cambiando de disciplina deportiva, esto es, pasándose al ciclismo en pista, una modalidad que descubrió en ese mismo año olímpico de 2018 y que confiesa le atrapó. No es el primer caso de patinadora de velocidad reenganchada en el ciclismo en pista. La velocidad, el empuje, la fuerza motriz requerida en ambas especialidades las acercan. Ianculescu pertenece al equipo neerlandés del NWVG-UPlus, pero lo que cobra en él no cubre todas sus necesidades.

Foto de AFP / Getty Images

Un día un amigo le propuso que se abriera una cuenta en Only Fans precisamente para poder acabar de cubrir todos sus gastos. El objetivo principal era poder financiar todos los esfuerzos que requiere la preparación de élite para afrontar el reto de llegar a unos Juegos, esta vez de verano. Al principio Alexandra era escéptica en cuanto a obtener los resultados pecuniarios necesarios, pero le sorprendió el éxito. Publica únicamente fotos de ella en bikini, algo que ya hacía en sus redes sociales (cuentas de Instagram y Twitter que, por cierto, crecieron ampliamente sumando nuevos millares de seguidores a raíz de su cuenta en Only Fans), por lo que el cambio no era tal. Alexandra confiesa que le gusta su cuerpo de atleta y posar en bikini y si por publicar unas fotos así le paga el alquiler, la comida, nuevo equipamiento para dedicarse al ciclismo, los traslados que requiere este deporte, etc. el hacerlo iba a resolver sus problemas. Al principio se preocupó por lo que pensarían los demás de ella. Por otra parte se sorprendió que la gente pagara por ver unas fotos de ella en bikini, algo que podían hacer gratis siguiendo sus redes sociales. Se dio un mes de prueba, pero los resultados espectaculares superaron sus expectativas.

No es la primera persona con cierta fama o popularidad que se ha creado una cuenta en Only Fans. Eso la ha beneficiado en el sentido de que los seguidores se sienten más atraídos por las personas de cierta fama, más si tenemos en cuenta que son deportistas con cuerpo escultural. Por desgracia no todas las federaciones deportivas cubren todos los gastos que un deportista de élite tiene si quiere mantener su estatus, más si tenemos en cuenta que la profesionalidad de determinados deportes no es en realidad tal, sino que los deportistas dependen en gran parte de becas y en menor de patrocinadores. En escasos casos pueden asegurarse un futuro. Acudir a métodos como el de Only Fans es fruto de esa precariedad e inseguridad económica que no debería existir en casos de personas dedicadas en cuerpo y alma a un deporte exigente para acabar representando a sus países en cita tan importante como unos Juegos Olímpicos. La propia Ianculescu ha declarado: “Inicialmente dudé porque no quería ser conocida por vender fotos en bikini, considerando que he trabajado duro como atleta, he tenido una buena educación y hablo varios idiomas”.

Fotos de su cuenta de Instagram

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