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SHELLY-ANN FRASER-PRYCE: “ME SIENTO FABULOSA Y DESEANDO LLEGAR A LOS JUEGOS DE PARÍS”

La carrera atlética y vida de Shelly-Ann Fraser-Pryce es más larga que su nombre completo. Ambas (su vida y su carrera) están llenas de logros, de superaciones de todo tipo y de esperanzas hacia el futuro mirando un brillante pasado. No en vano muchos la consideran la mejor velocista de la historia (un dato revelador es que ha estado seis años en el número 1 del ranking mundial de los 100 metros). Es la primera no solo jamaicana, sino caribeña en hacerse con el título olímpico de los 100 metros, pese a intentos previos de grandes compatriotas suyas, como Merlene Ottey que lo intentaron sin éxito; ganadora de ocho medallas olímpicas, de ellas tres oros, en un amplio intervalo que va desde los Juegos de Pekín de 2008 a los de Tokio celebrados en 2021, sin duda esta sprinter es prolífica, constante y longeva y quiere seguir estando en la élite y colgarse más medallas en los Juegos de París, además de en campeonatos Mundiales, donde es la atleta top, con diez oros y cuatro platas. Empezamos a hablar con ella precisamente sobre su inminente cita en el Mundial de Budapest: “Mis expectativas para el Mundial de Budapest son siempre las mismas: llegar hasta la meta dando el 100%. Hacerlo lo mejor posible y defender mi título”.

Y eso que ella misma declaró que se retiraría tras los Juegos de Tokio, de los que salió con dos medallas (un oro y una plata) colgadas del cuello: “Sí que es cierto que llegué a decir que me retiraría tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero eso fue antes de que tuviera una temporada fantástica en 2022. Eso era algo que definitivamente no podía saber de antemano. Me siento fabulosa. A principios de esta temporada tuve una lesión que me retrasó algo pero ya estoy en marcha y estoy deseando llegar a los Juegos de París”.

Su transformación en los Juegos de Pekín, Londres y Río. Foto del COI

No hace falta explicar por qué dijimos que su carrera era larga, visto su palmarés y la cantidad de años que lleva en la élite. Que su vida haya pasado por altibajos y, por tanto, haya tenido que superar obstáculos, la hace aún más meritoria. Nos referimos a sus humildes orígenes, en el seno de una familia donde su madre tuvo que sacar adelante a ella y a sus dos hermanos con sus escasos ingresos como vendedora en un puesto callejero. Pese a ello, siempre inculcó en Shelly-Ann la práctica de algún deporte. Y entonces se topó con Stephen Francis, el entrenador entre otros de Asafa Powell. La aún muy joven Shelly-Ann era demasiado inquieta. Tardona, a veces no realizaba todos los ejercicios de sus entrenamientos porque temía volverse demasiado musculosa. Pero a partir de entonces podemos decir que empezó su historia con letras de oro.

Foto de Mustafa Yalcin/Anadolu Agency/Getty Images

Sus logros son tantos que serían largos de enumerar, pero ella no se ve, al contrario de la visión que tienen muchos de ella, como una ‘leyenda viva’, sino que le quita importancia: “Sinceramente, yo sigo en el atletismo porque creo que puedo ir más deprisa y estoy convencida de que aún tengo mucho más para dar. Para mí eso es únicamente en lo que me centro, confiar en lo que puedo llegar a dar. No pienso en que sea una leyenda de mi deporte, en que haya hecho historia. Es más en lo que aún me queda por ofrecer y en eso me centro”.

Esa leyenda se ha agrandado, si cabe, con su condición de ser madre. Su hijo Zyon nació en 2017 y, como vemos al observar su palmarés, eso no ha sido óbice para que sus éxitos mermaran: “Ser madre definitivamente ha sido un viaje, una aventura, a la vez que me da equilibrio y tengo que hacer equilibrios también para estar presente en su vida aunque siga siendo una atleta. Una madre siempre tiene que hacer equilibrios. Ser capaz de tener a mi hijo y ser capaz de hacer lo que hago es definitivamente una motivación y una inspiración para él en su futuro”. Haber continuado en la alta competición tras ser madre ha servido de inspiración para otras mujeres y, de paso, la ha convertido en una cara visible del movimiento para pedir una mayor igualdad en el deporte. Como ella dice, no se explica “por qué una mujer deportista tenga que necesitar hacer algo extra para llamar la atención habiendo conseguido los mismos resultados que un hombre”. Haber escrito un libro autobiográfico para niños titulado “Soy una promesa” también ayuda a cimentar su faceta de ‘role model’ para otras mujeres.

No podemos dejar de mencionar un gran obstáculo que tuvo que superar: en 2010 fue suspendida por seis meses por dar positivo por oxycodona, una sustancia que de por sí no mejora la prestación de los deportistas pero que puede tapar alguna otra sustancia prohibida. Resultó que se encontraba en un analgésico para aliviar un dolor de dientes que le dio su entrenador pero ella asumió el castigo con total responsabilidad, ya que dijo que, pese a su nula intención de doparse, debería saber lo que le dan y lo que toma. Fue un error que nunca más se repetiría.

La ‘Pocket Rocket? (=cohete de bolsillo) cambió su apelativo por ‘Mommy Rocket’ (=mamá cohete) al convertirse en madre pero no el nombre de su fundación: Pocket Rocket Foundation, que ayuda a los niños con problemas. Fraser-Pryce puede parecer extravagante en ocasiones -es conocida su afición a cambiarse el pelo con colores a cuál más chillón- pero definitivamente no es una irresponsable. Es embajadora de Buena Voluntad de UNICEF y realiza diversas campañas por el mundo, poniendo su granito de arena para intentar mejorar el planeta. Quiere trabajar en un futuro como trabajadora social. Imagínense a un deportista plurimedallista en las más altas competiciones ejerciendo esa labor, difícil, ¿verdad?

Mientras, esta jamaicana asegura querer “seguir divirtiéndome corriendo. Es genial seguir ganando medallas”. Afirma asimismo que “no pienso en futuros a medio o largo plazo, actualmente me centro en el día a día”. Y, finalmente, obligado preguntarle por sus aspiraciones hacia la siguiente cita olímpica de París 2024: “Mis sensaciones de cara a París son muy buenas. Me siento muy motivada. La última vez que competí en París tuve una gran marca así que espero vivir unos fantásticos Juegos allí”.

En Tokio 2020. Foto de Matthias Schrader/AP

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