TED NASH: EL OSCURO PASADO DE UNA LEYENDA DEL REMO

Muchos que le conocieron y trataron, incluso durante muchos años, consideraron siempre a Ted Nash además de una leyenda del deporte del remo una persona íntegra a la que admirar. Su pasado no podía ser más brillante: había participado en un total de once Juegos Olímpicos, dos como deportista -ganando un oro en los Juegos de Roma 60 y un bronce en los de Tokio 64- y en otros nueve como entrenador, el puesto que le otorgó mayor prestigio y veneración. Como atleta o como entrenador había ayudado a conseguir la nada inestimable cifra de 48 medallas con 76 equipos diferentes entre Juegos Olímpicos, Mundiales y Juegos Panamericanos. A esto se suman premios del más alto calado, como la Medalla de Honor de la Federación de remo de Estados Unidos o entrar en el Salón de la Fama de varias universidades. Pero honor era precisamente de lo que acabó destapándose que carecía, pues con un retraso de décadas una de sus pupilas -la actual directora de cine Jennifer Fox- descubrió el pasado oscuro de este por otro lado brillante deportista: había abusado de ella cuando Fox contaba 13 años y Nash 40.

Nash era el instructor deportivo de Fox a principios de los años 70. Fox, que realmente tardó años en ser consciente de haber padecido abusos, declaró que su entrenador le obligó en múltiples ocasiones a realizar sexo oral. También orquestó un trío con otra chica, la cual se pensaba era la auténtica novia de Nash. Cuando Jennifer Fox dirigió ‘The Tale’, un largometraje realizado para la televisión protagonizado por Laura Dern, sobre los abusos sufridos en su niñez no quiso nombrar a Nash directamente, sino que empleó un nombre falso. Fue más tarde, cuando Ted Nash falleció y le tocó escuchar y leer toda suerte de panegíricos alabando al que había sido su abusador cuando hizo público “el otro lado” de la leyenda Ted Nash. Cuando lo hizo, la primera mujer de Nash declaró no mostrarse sorprendida ante el descubrimiento de este oscuro pasado de su exmarido ya que “siempre me pareció que había tenido aventuras con muchas mujeres” y llegó a divorciarse de él tras encontrarle cartas dirigidas a otras mujeres. Pero no se trata de un mero marido infiel, sino de un abusador de una niña que estaba a su cargo desde el punto de vista deportivo, detentando una posición de poder sobre ella al ser su entrenador, a la par que referencia adulta.

Ted Nash parecía nacido para enseñar, para ser un referente con sus alumnos. Había sido piloto militar, habiendo enseñado aviación y acrobática aérea. Asimismo fue instructor para luchar contra la guerrilla en un conflicto armado. Es decir, tenía experiencia sobrada para ser instructor que más tarde aplicó como entrenador deportivo. Además de entrenar en universidades cofundó la Asociación Nacional de Remo Femenino. Todo hacía pensar que era un pilar del remo de su país. Los titulares de prensa tras su muerte lo calificaban de “leyenda”, “un auténtico gigante del remo”, y los obituarios se llenaban de frases de personas que trabajaron con él del calibre de “mejoraba las vidas de las personas”, “era conocido por su amabilidad y naturaleza generosa” y del mismo estilo. No dudamos de que su relación con muchas de las personas que trató en su vida fuera así, como tampoco dudamos de que, por otra parte, realizara abusos a menores o, al menos, a una.

Sin cuestionar su brillante labor profesional, la de un trabajador duro que exigía a sus tripulaciones como se exigía a sí mismo, hay que pintar su retrato por completo, con todos sus matices, matices que oscurecen su pasado si no profesional sí vital.