MARÍA POLÍZOU: LA CORREDORA QUE VENCIÓ A LA VIDA
Puede que sea porque los corredores de maratón estén hechos de una pasta especial, o que las tortas que le ha pegado la vida a María Polízou la hayan ayudado a superar todos los obstáculos que se le han puesto por delante. Ella es la mejor maratoneta que ha dado Grecia, pese a no haber alcanzado en los Juegos Olímpicos (en su caso, los de Atlanta 96) más allá de un 42º puesto, justo el número de kilómetros de su prueba.
A María siempre le gustó correr y hacer deporte. Correr siempre la ha hecho sentirse libre, sentir que volaba. Profundizó en esa pasión que le venía desde la infancia y se especializó en largas distancias cuando aún frecuentaba el colegio. Su entrenador la animó para acudir a Atenas (ella es de la ciudad de Patras) para estudiar educación física, materia en la que se licenció. Paralelamente entró a formar parte del equipo nacional de maratón de su país, algo que hizo durante casi 20 años (desde 1986 hasta 2004). Su única participación olímpica estuvo en el aire, puesto que aunque se había clasificado para los Juegos de Atlanta y había batido el récord panhelénico la federación la excluyó de los Juegos. Afortunadamente el eco que esta exclusión produjo, sumado a las protestas, hizo que finalmente pudiera convertir su sueño de ser olímpica…pese a que ella misma tuvo que pagarse todo los gastos del viaje.
Polízou entró en la historia por otro hecho: fue la primera mujer en completar -en 2010- la carrera denominada “Athlos fidipidiano”, esto es, recorrer los 524 kilómetros (el correspondiente a unos trece maratones) realizados en la Antigüedad griega por Filípides. Lo hizo coincidiendo con el 2.500 aniversario de la Batalla de Maratón. Además lo hizo en pleno verano con una temperatura que llegó a los 45 grados.
Si bien estos han sido sus logros objetivos no debemos subestimar otros logros que se pueden considerar igualmente hazañas, o incluso más. Cronológicamente hemos de citar el hecho de que haya superado abusos realizados por su padre siendo ella niña. Según confesó sólo años más tarde, su padre la violaba desde que contaba apenas once años de edad. Cuando se emborrachaba se volvía violento y la pegaba, además de violarla. María escribió el libro “No te rindas” precisamente para animar a todas las chicas que sufran este tipo de abusos a que no se callen, a diferencia de lo que hizo ella en su momento. El título de su libro es perfecto para ella, porque tampoco se rindió cuando se le detectó un cáncer de mama que la tuvo año y medio en hospitales. Según sus palabras “me enfrenté al cáncer sólo para ganar” y así lo hizo, tanto es así, que llegó a correr maratones superada la enfermedad. Ahora, además de entrenadora y profesora de niños, se dedica a dar charlas y se apunta a todas las causas solidarias, la más reciente organizar una maratón benéfica para apoyar a los niños de Ucrania, pero son muchas más las causas en las que ha participado, como ayudar a comprar nuevas incubadoras para un hospital ateniense, pertenecer a “Entrenadores sin fronteras”, por citar solo unos ejemplos. Su lema vital está muy ligado al título de su libro: “Nada es imposible”. Después de haber corrido más de 300.000 kilómetros a lo largo de su vida, de haber luchado hasta contra los que consideraban que su fisionomía no era la propia de una corredora de maratón, contra los abusos sexuales, contra el cáncer, contra la federación que casi le impide ser olímpica, María Polízou puede decir abiertamente que es una ganadora de la vida.
Un comentario
Virginia
Que fortaleza,gran deportista y mejor persona. A veces nos quejamos por cosas insignificantes y parece el fin del mundo pero conocer estas historias te deja sin palabras.