OLÍMPICOS QUE HAN ASCENDIDO AL EVEREST
No son muchos, no llegan a media docena, y todos con motivaciones diferentes. Les unen dos pasiones que han convertido en realidad: ser olímpicos y escalar hasta la cima del Everest, no siendo ninguno de ellos escalador ni alpinista. Son las curiosas historias de esos deportistas de élites que suman un buen puñado de medallas de oro olímpicas entre todos:
–Manuela di Centa es una leyenda no ya del deporte italiano, sino del esquí de fondo. Suma siete preseas olímpicas, dos de ellas de oro, habiendo participado hasta en cinco citas olímpicas. De familia de deportistas, tuvo el honor de colgar una medalla en el cuello de su hermano Giorgio durante los Juegos que se disputaron en su país -Turín 2006- en los que, ya retirada, participó en el Comité Organizador. Manuela ostenta otro récord: haberse convertido en la primera mujer italiana en ascender a la montaña más alta del planeta. Dicho hito, por extraño que parezca, no ocurrió hasta 2003. La exesquiadora reconoció después que, pese a ser una atleta (y de uno de los deportes más duros que existen) “no me había cansado más en toda mi vida”, refiriéndose a la empresa conquistada. Lo curioso es que, pese a a ser una estrella de un deporte de la nieve nunca antes había practicado alpinismo. Tan solo unos meses antes de subir al Everest empezó a practicarlo, entrenando en montañas italianas, el mismísimo Monte Olimpo y el Elbrus, la montaña más alta de Europa.
-Un caso parecido lo encontramos en la finlandesa Anne–Mari Hyryläinen pues comparte con la italiana dos características: aspirar a ser la primera mujer de su país en conquistar la cima del Everest y haber sido olímpica en un deporte altamente exigente, como es la modalidad atlética de la maratón. Anne-Mari demostró estar en forma cuando participó en los Juegos de Río con 51 años en una prueba tan dura como la maratón. Para entonces ya había subido al Everest, pues lo hizo en 2010. De hecho, antes de ser olímpica ya había ascendido a tres cimas por encima de 8.000 metros, como son, aparte del Everest, el Manaslu y el Lhotse. Hyryläinen tenía el reto de convertirse en la primera finlandesa en alcanzar la cima del Everest pero no lo consiguió por tan solo seis días, al haberlo realizado antes su compatriota Carina Räihä. Hyryläinen había visto el Everest por primera vez durante su luna de miel que pasó viajando en bicicleta desde Lhasa hasta Katmandú y se propuso ascenderlo algún día.
-La judoca austriaca Sabrina Flizmoser, destacada en su deporte habiendo conseguido medallas en Mundiales y Europeos y siendo olímpica en cuatro citas (las que van desde 2008 a 2020), se propuso y consiguió subir al Everest. Es la olímpica que lo ha logrado más recientemente, en mayo de 2022 y lo hizo tras dos semanas de ascenso. Ya antes de su participación en los Juegos de Tokio 2020 comenzó la preparación, aunque por entonces en su parte logística. Al Everest subió con una mascota y con su cinturón de judo. Quiso llevar hasta la cumbre del planeta Tierra los valores de su deporte y, de paso, vivir la mayor aventura de su vida.
-El remero británico Steve Williams, además de bicampeón olímpico ha demostrado con creces ser todo un aventurero. Ya realizó en 2011 una expedición por el Polo Norte junto al capitán galés de rugby Richard Parks. No contentos con ello, ambos subieron juntos al Everest, cumpliendo así el que afirma fue sueño de su infancia. No se quedan en esos dos logros sus aspiraciones, pues el siguiente reto que quiere cumplir es ir al Polo Sur, completando así un círculo relacionado con la aventura extrema en nieve. El dúo pasó un mes aclimatándose a la altura del Everest. A los cinco años el remero ya subió su primer pico, en su caso el Snowdon. Mediante estos retos Williams pretende conseguir hasta un millón de libras para una causa benéfica.
-Finalizamos con el japonés Gota Miura, quien compitió en los Juegos de invierno de 1994 y 1998 en la especialidad de esquí Freestyle, concretamente en la modalidad de baches. Ascendió al Everest en 2003 acompañando a su padre Yuichiro, el hombre que posee el récord de persona más anciana en ascender el Everest, pues lo hizo con 70, 75 y 80 años. Lo hizo, además, con una rotura de pelvis y habiendo sido operado del corazón hasta en seis ocasiones. No ha de extrañarnos, pues que Gota quisiera acompañar a su padre dado su delicado estado de salud. Ya el abuelo de Gota, Keizo Miura, fue alpinista y esquiador que ascendió al Kilimanjaro con 77 años o incluso descendió esquiando del Mont Blanc ¡con 99 años!
Un comentario
Virginia
Que barbaridad,solo de leerlo me agoto!