MARTA MENEGATTI: “JUGAR UNOS JUEGOS OLÍMPICOS TIENE UN SABOR DISTINTO”
Marta Menegatti es una auténtica combatiente del vóley playa con tres experiencias olímpicas a sus espaldas a cual más diversa. La primera de ellas, probablemente la más fructífera, la vivió en la cita londinense de 2012 junto a Greta Cicolari. La pareja venía de un esperanzador ciclo en el que habían conseguido siete medallas en pruebas del Grand Slam. Así nos relata cómo vivió sus primeros Juegos: “En mi primera experiencia olímpica, en Londres 2012, alcancé el quinto puesto junto a Greta. Era muy joven. Llevo en el corazón esos Juegos porque tuve la oportunidad de jugar contra Misty May, que acabó ganando el oro, y que para mí era mi ídolo y heroína, así que fue fantástico. Es una jugadora espectacular; me habré visto tres mil partidos suyos. Siempre quise imitarla, copiarla. Para mí es la mejor jugadora de siempre. Ya me había enfrentado a ella en un par de ocasiones, pero jugar en unos Juegos Olímpicos tiene un sabor distinto”.
En 2013 Marta cambia su pareja, que pasa a ser Viktoria Orsi Toth y las medallas siguen cayendo. Llegan así juntas a la cita olímpica de Río, pero allí un extraño incidente las marca: Orsi Toth había dado positivo por dopaje pocos días antes del comienzo de los Juegos. Menegatti no dejó de participar, pero el plan se vio alterado seriamente: “En Río 2016 sufrí una experiencia difícil de describir cuando mi compañera dio positivo por dopaje. Fue como si se me hundiera el suelo bajo mis pies a la vez que el techo. Fue indescriptible, te cae todo en situaciones así. Estábamos ya en Río, así que el positivo ocurrió pocos días antes de comenzar los Juegos. Después se descubrió que en realidad se trató de una contaminación, por lo que no había voluntariedad. Tuve que cambiar de pareja [Laura Giombini]; nos fue bien porque acabamos novenas después de habernos entrenado juntas sólo durante cuatro días, así que no estuvo mal. Jugar en Río, en la patria del vóley playa, fue único”. Por cierto que en Río sus compañeros Daniele Lupo y Paolo Nicolai se hicieron con una en parte inesperada medalla de plata en el torneo masculino, que por desgracia Marta no pudo vivir desde cerca: “No pude ver en vivo la medalla italiana de los chicos en Río, ya que ya nos habíamos ido. La verdad es que no me esperaba su medalla, aunque ellos siempre han sido una pareja de altísimo nivel con una media muy alta en sus resultados, así que era posible que llegaran lejos en el torneo, pero no nos esperábamos una medalla, por lo que fue una bellísima sorpresa”.
La tercera experiencia olímpica, como se pueden imaginar, fue la de Tokio 2020, unos Juegos diferentes para todos, más que extraños. Todos los deportes se vieron afectados por la falta de espectadores pero nos atrevemos a afirmar que el vóley playa fue de los que más, ya que el público, en constante interactuación con los jugadores, resulta fundamental: “Fueron unos Juegos absurdos, realmente extraños. Allí tuvimos una sensación extraña porque los jugadores de vóley playa estamos acostumbrados a tener público que interactúa. Tener el estadio vacío hacía que sintiéramos que nos faltaba algo. Sí, eran unos Juegos, pero falta esa característica de olímpico. No obstante para nosotras ya fue una gran satisfacción clasificarnos porque mi compañera tuvo serios problemas físicos. Es por ello que no fuimos con ambiciones de resultados”. Antes de ello les tocó sortear con las dificultades causadas por la pandemia: “Durante el año previo a los Juegos de Tokio vivimos una gran incertidumbre que nos desestabilizó un poco a todos, porque nosotros, deportistas, estamos acostumbrados a programar nuestro calendario: los torneos, la temporada…y en un cierto momento todo se paró con unos Juegos a tres/cuatro meses vista. Fue duro, pero he tenido la suerte de tener a un gran entrenador que consiguió mantenernos activas, aunque durante un mes no pude entrenar junto a mi compañera. En ese tiempo simplemente estaba en casa y le lanzaba la pelota a la pared y mis vecinos me gritaban ´¡Basta!´”.
Marta no quiere pararse aquí, sino que ahora tiene la vista puesta en París 2024 junto a una nueva compañera, Valentina Gottardi: “La idea es estar en París con mi nueva compañera, que es jovencísima, pero necesitamos paciencia e ir poco a poco y mucho trabajo. Ella tiene mucho talento, sólo que necesita experiencia, así que necesitamos jugar aún muchos partidos”.
De momento Menegatti puede presumir de haber vivido in situ el ambientazo de las pruebas de vóley playa que tuvieron lugar tanto en Londres como en Río, convirtiéndose en uno de los deportes más atractivos para el público: “La sede del vóley playa en los Juegos de Londres era muy escénica, el ambiente era estupendo, pero prefiero el de Río al 100% porque personalmente en Londres estaba muy nerviosa y no lo viví tan bien, no gocé tanto de los Juegos. Sin embargo, en Río, pese al incidente feo que ocurrió, logré disfrutar durante los Juegos porque quería hacerlo en su totalidad”.
Un comentario
Virginia
Ya le toca que los juegos se desarrollen sin incidentes y pueda disfrutar.