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IN KYO-DON: DEL CÁNCER A LA MEDALLA OLÍMPICA

Esta es otra de esas historias de superación que tanto nos gustan, de las que sirven de inspiración al resto. De todo, incluso de la peor de las situaciones, se puede salir y se puede sacar algo positivo. El medallista olímpico en Tokio 2020 en el deporte del taekwondo In Kyo-don es buen ejemplo de ello.

Este surcoreano se inició en el taekwondo de niño, cuando contaba siete años, después de ver una exhibición de esa modalidad en su escuela. Creció hasta ser apodado “El Oso” por su tamaño y entró en el equipo de su universidad. Todo marchaba bien hasta que a los 21 años se descubrió un bulto en el cuello, que ignoró durante un año. Pasado ese periodo de tiempo acudió por fin al médico, que le diagnosticó un linfoma maligno. Al poco tuvo que ser operado (estamos ya en el año 2014), pero el tratamiento fue duro, muy duro. Tanto, que por la cabeza del taekwondista sobrevolaron pensamientos de suicidio. Los dolores, las náuseas que sentía con tan solo oler la comida, la depresión en la que entró, la dureza del tratamiento…Todo se juntó haciendo una bola demasiado pesada. No quiso permanecer hospitalizado, así que se recuperaba en su casa, aunque su cuerpo, antes atlético, perdió toda la forma. También perdió el cabello lo que conllevó las burlas de sus compañeros de clase, pues In Kyo-don quiso seguir acudiendo a la universidad.

Foto de Agencia Yonhap

Un día de enero de 2015 se decidió a volver a los entrenamientos, pero le fue extremadamente difícil pues el más mínimo movimiento le producía dolor. Tuvo que dejarlo y retomarlos en el mes de marzo. Para 2016 ya estaba en plena forma…y ganando medallas en competiciones internacionales. Las preseas se fueron sucediendo, incluso para su propia sorpresa. Y así llegó a la cita olímpica de Tokio, en la que superó en la pelea por el bronce al esloveno Ivan Konrad Trajkovic en la categoría de más de 80 kilos. Pocos meses antes ni siquiera podía soñar en llegar a los Juegos Olímpicos. Su empedernida lucha fue más costosa que la de sus rivales, pero finalmente fructífera. Todo un ejemplo de que rendirse no es la solución, aunque su mejor batalla y guerra la había vencido antes, contra su propio cuerpo.

Foto de Getty Images

Un comentario

  • Virginia

    Bien por el,muy fuerte para superar algo tan terrible. ¿Cómo es posible que alguien con estudios se burle de otra persona por perder el pelo en pleno siglo XXI?.

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