OLÍMPICOS QUE HAN COMPETIDO EN FORMULA 1
Ocho deportistas olímpicos han competido alguna vez en Formula 1, el deporte más alejado posible del espíritu olímpico. Todos tienen un rasgo común: provenían de familias adineradas. Tres de ellos comparten también haber sido olímpicos en el mismo deporte: el bobsleigh el cual, si lo piensan, tiene mucho que ver con su otra afición, no en vano es llamado “la Formula 1 del hielo”. Veamos los casos uno a uno, pues sus vidas nos ofrecen interesantes curiosidades:
-El que participó en más carreras (19) fue un tailandés, el príncipe Birabongse Bhanudej Bhanubandh, más conocido como príncipe Bira. Fue educado en las elitistas Eton y Cambridge al tratarse del nieto de un rey (Mongkut). Nació en 1914 y se involucró en las carreras en los años 30, aunque hasta los años 50 no llegó a competir en Formula 1. Logró su mejor resultados, un cuarto, pilotando un Maserati. De repente, de vuelta a su país tras su largo periplo por Europa, cambió de afición y se pasó a la vela, llegando a representar a su país en cuatro ocasiones en unos Juegos Olímpicos, aunque siempre con resultados mediocres. Murió de un ataque al corazón en 1985 en pleno Metro de Londres
-El siguiente que más carreras realizó (17) fue el argentino Roberto Mieres que, además fue el que más puntos alcanzaría de entre el selecto grupo de ocho olímpicos/pilotos. Mieres, apodado “Bitito”, pertenecía a otra familia rica y practicó numerosos deportes entre los que se encuentran remo, tenis, rugby y vela. Llegó a competir junto a Juan Manuel Fangio en algunas carreras de los años 50 en Europa. No siempre compitió dentro de un equipo, sino que llegó a hacerlo de manera privada pilotando su propio Maserati, aunque posteriormente fue invitado por esa firma italiana para competir bajo sus colores. Como en el anterior caso, primero vino la Formula 1 y después el deporte olímpico. Mieres también se dedicó a la vela, tomando parte en una única cita olímpica: la de Roma 60. Por cierto, llegó a competir en la misma clase y Juegos Olímpicos que el príncipe Bira, acabando en 17º lugar, dos puestos por delante del tailandés.
-El francés Pierre Bouillin, nacido en 1924, es el siguiente en número de carreras disputadas (6), aunque no llegó a puntuar. Poseía una empresa y se dedicaba asimismo a la venta de coches. Gran deportista, practicó el hockey, el patinaje de velocidad y llegó a ser un tenista de calidad. Como piloto corrió además las 24 horas de Le Mans. En su caso, fue olímpico antes que piloto, compitiendo en los Juegos de invierno de Chamonix de 1924 en hockey hielo, aunque no llegara a debutar. Bouillin es el responsable indirecto de que la firma Mercendes-Benz se retirara de las carreras durante más de 40 años cuando, en una carrera que tuvo lugar en 1955, su coche fue lanzado en un lamentable incidente hacia la zona de espectadores, incendiándose. No solo murió él de forma instantánea, sino que perecieron 83 espectadores y 180 resultaron heridos.
-El español Marqués de Portazgo llegó a correr cinco carreras de Formula 1 sobre un Ferrari, ganando cuatro puntos para la firma del cavallino rampante. De nuevo nos encontramos con el caso de una familia aristocrática. Su madre era la viuda de un deportista olímpico. De ella heredó Alfonso una fortuna estimada en 500 millones de dólares. Alfonso vivió una vida de auténtico playboy a la par que practicaba de forma excelente numerosos deportes como la esgrima, la hípica, la natación, el polo y las carreras de caballos, llegando a participar en el Grand National de Aintree en dos ocasiones. Pero al marqués de Portazgo le perdía la velocidad sobre los coches. Participó también en las 24 horas de Le Mans, pero se pasó al bobsleigh participando en los Juegos de Cortina d´Ampezzo de 1956. No consiguió medalla por 0.16 segundos. En cuanto a su periplo por la Formula 1 decir que una semana antes de tener que disputar el Gran Premio de Mónaco tomó parte en la carrera Mille Miglia, pero su coche se accidentó, murió en el mismo, junto a otros dos pilotos y diez espectadores.
-El neerlandés Bernardus Marinus Pon, apodado Ben Pon era hijo de un vendedor de coches y primer importador de Volkswagens en Países Bajos. Se aficionó a las carreras de coches pero solo pudo tomar parte en una carrera de Formula 1 ya que cuando solo se encontraba completando su tercera vuelta tuvo un grave accidente. No obstante, corrió en otras carreras, incluyendo las 24 horas de Le Mans, además de ser uno de los fundadores del Dutch Racing Team. Fue más tarde cuando se convirtió en olímpico, concretamente en los Juegos de Múnich 72 en tiro, aunque su resultado fue decepcionante (31º). Murió siendo una de las fortunas más grandes de su país.
-Boris Robert Said Jr, llamado Bob Said llegó a competir en dos Juegos Olímpicos en bobsleigh formando parte del equipo tanto de 2 como de 4 de Estados Unidos. Antes se dedicó a las carreras de coches, siendo el primero de su país en ganar una carrera en Europa acabada la II Guerra Mundial. Aunque solo participó en una carrera de Formula 1 -que ni siquiera llegó a terminar- sí que corrió en otras categorías. Said se convertiría con el tiempo en un millonario gracias a sus aventuras empresariales.
-El británico Robin Widdows también fue olímpico en el deporte del bobsleigh. Hijo de un piloto de la RAF que había combatido en la II Guerra Mundial, empezó su periplo por el deporte del motor con éxitos en categorías menores, aunque corrió la misma suerte que Bob Said, ya que un accidente durante su primera carrera provocó que no volviera a correr más en la categoría máxima del automovilismo, aunque continuara en otras categorías.
-Vamos con la única mujer del grupo, la británica Divina Galica. Fue esquiadora, llegando a competir en cuatro ediciones olímpicas. Lo curioso es que tras participar en los Juegos disputados en 1964, 68 y 72 tardó 20 años en volver a ser olímpica, participando en los de Albertville 92. Es considerada una de las mejores esquiadoras de alpino que ha dado Gran Bretaña, pues llegó a subirse al podio en pruebas de la Copa del Mundo. En la pausa entre Juegos Olímpicos decidió debutar como piloto de coches, convirtiéndose -en 1976- en la tercera mujer en intentar competir en Formula 1. Por desgracia no se llegó a clasificar para la carrera (en ese caso, el Gran Premio de Gran Bretaña), ni en otras en las que lo hizo en 1978. No abandonó ni las carreras de coche en otras categorías ni el esquí. En Albertville 92 en realidad no compitió, sino que tomó parte en el deporte de exhibición del esquí de velocidad. Al año siguiente rompió la barrera de los 200 km/h sobre los esquíes.
Un comentario
Virginia Bernardi Garrido
Muy interesante,no sabía nada de esto.