KRISTINA VOGEL: REVIVIR TRAS UNA EXITOSA CARRERA TRUNCADA POR UN ACCIDENTE
Los grandes campeones del deporte, fuertes, forjados en duros entrenamientos, disciplinados y poseedores de toda una serie de cualidades necesarias para lograr sus metas, también son humanos. Un maldito día la bicampeona olímpica de ciclismo en pista alemana Kristina Vogel recibió un tortazo de la vida, un revés del que se va reponiendo emocionalmente gracias a su sempiterna actitud positiva. La once veces campeona mundial tuvo un accidente entrenando que la dejó paralítica. Adiós a toda una carrera de éxitos en el velódromo y adiós a la vida que conocía. Esta atleta nacida en Kirguistán -de donde salió cuando contaba sólo seis meses de edad cuando sus padres se mudaron a Alemania- ya había pasado (y superado) un episodio traumático: a los 18 años tuvo otro grave accidente, también entrenando, esta vez en la carretera. Como consecuencia del mismo estuvo en coma inducido dos días pero lo peor fueron las secuelas: rotura de mandíbula, pérdida de seis dientes, hemorragia cerebral, rotura de cuatro huesos de las manos y de varias vértebras torácicas. Ya entonces Kristina demostró que está hecha de una pasta especial y no solo volvió, sino que, según afirmó, el incidente la hizo más fuerte. De hecho, a los pocos meses ya competía y ganaba. Su carrera no había hecho más que despegar, lejos de frenarse por la circunstancia del accidente sufrido.
Vogel participó en dos ediciones olímpicas: en la de Londres 2012 conseguiría el oro en la prueba de velocidad por equipos y en la de Río 2016 bajaría dos escalones del podio en esa misma prueba pero subiría al más alto en la prueba de velocidad individual. Paralelamente, arrasaba tanto en campeonatos europeos como mundiales. Su racha parecía que iba a seguir al menos hasta los Juegos de Tokio 2020. Pero a mitad del ciclo olímpico, el 26 de junio de 2018 para ser más concretos, un accidente que nunca debió ocurrir tuvo como resultado su paraplejia actual. Vogel se encontraba entrenando en el velódromo de Cottbus. Repentinamente, colisionó contra un ciclista holandés junior que había entrado en la pista de forma inesperada en el instante en que nuestra protagonista se encontraba ya acelerando y yendo a una velocidad de 64 km/h. El golpe fue más que considerable. Trasladada de urgencia a un hospital de Berlín, fue operada de inmediato de la columna vertebral, pero poco había que hacer. El golpe en el duro suelo le había cortado la médula ósea a la altura de la séptima vértebra torácica. Se había quedado parapléjica del pecho hacia abajo. Enseguida se creó una campaña usando el hashtag #staystrongkristina con el fin de recaudar fondos para su recuperación médica, lográndose más de 100.000 euros.
Parte de la fuerza que Kristina sacó tras su primer accidente (el que sufrió a los 18 años) sigue intacta en esta deportista, que muchos calificaron en su momento de “algo alocada” (por ejemplo, prometió bailar con un bikini hecho de cocos si conseguía el oro en los Juegos de Río. Ignoramos si finalmente cumplió su promesa…). Kristina ha querido aplicar todo el buen humor que atesora, incluso en estas circunstancia. Mira la vida bajo el prisma positivo: ahora puede dedicar su tiempo a lo que la intensa vida de deportista de élite no le permitía. De hecho, se ha convertido en una afamada conferenciante. Incluso ha iniciado una carrera en la política, siendo elegida concejala en la ciudad de Erfurt. También comenta ciclismo en pista en el canal de televisión ZDF y, además, quiere retomar su trabajo como agente de Policía, que ya ejercía antes del accidente cuando el deporte de alta competición le permitía.
Eso sí, aunque posee indiscutibles capacidades físicas como ex deportista de élite y, de hecho, se ha iniciado en el deporte del tiro con arco paralímpico, afirma con rotundidad que no pasará al deporte paralímpico de competición “por la presión que conlleva y por no sentirse centro de atención”. Cuando sí llamó la atención de todo el mundo fue cuando confesó -a la prensa alemana cono previa de su propio libro- los efectos que le produjeron los analgésicos que tomaba durante su estancia de seis meses en el hospital. Kristina escuchaba voces, se creía morir, pensaba ser un color que se transformaba en formas, en un tigre…Experiencias, en fin, propias de elementos psicodélicos. Pero esa extraña etapa de su vida pasó y fue superada. Aunque no la veamos disputando (y probablemente venciendo medallas) unos Juegos Paralímpicos Kristina Vogel ha reencauzado su vida, que es de lo que se trata.
2 Comentarios
Virginia
De otra pasta, ¡que espíritu más grande!, pese a todo superando obstáculos, ¡muy grande!
Ana
Un ejemplo de superación y una historia tremenda.