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MOMENTOS OLÍMPICOS MÁGICOS 80: HICHAM EL GUERROUJ CONSIGUE POR FIN EL ORO OLÍMPICO EN ATENAS 2004 Y LO HACE POR PARTIDA DOBLE

El considerado uno de los mejores mediofondistas de la historia del atletismo tuvo que esperar ocho años y tres citas olímpicas para conseguir su primer oro olímpico. Cuatro días más tarde consiguió otro logro que el atletismo esperaba igualar desde hacía ochenta años. La historia de los dos (esperados y ansiados) oros del marroquí Hicham El Guerrouj, que trataremos en este artículo, viene precedida de una carrera plagada de éxitos pero con dos manchas destacables, justo en sendas finales olímpicas.

El Guerrouj procedía de una familia humilde de una pequeña localidad de Marruecos (Berkane). Empezó a correr a los 12/13 años, pero en su primera carrera disputada ya llamó la atención de los entrenadores. Le veían incluso como un “ganador de varias medallas olímpicas”. Tuvieron buen ojo. A los 19 años empezó a despuntar en carreras internacionales y a los 21 ya fue olímpico en Atlanta 96. No sólo eso, sino que sus resultados previos le colocaban entre los favoritos incluso para el oro. Su sueño era derrotar a su gran rival de entonces, el argelino Morceli. Aunque en este artículo nos vamos a centrar en lo que hizo El Guerrouj en Atenas 2004 es necesario saber su papel en las dos ediciones olímpicas precedentes para comprender el grado de presión que sintió en los Juegos de 2004. Volvamos a Atlanta. El marroquí venía de proclamarse campeón del mundo en la distancia de los 1.500m en pista cubierta y subcampeón al aire libre. Su marca personal le situaba, cuanto menos, en el podio. Sin embargo, en medio de la final olímpica, el atleta marroquí aceleró, se topó con Morceli y se cayó. Adiós a toda posibilidad de medalla, de cualquier metal.

El igualado final de los 1.500 en Atenas 2004. Foto de Gabriel Bouys/ AFP

En el siguiente ciclo olímpico ganó todo, incluyendo el establecimiento de un récord del mundo. Así, llegó a Sidney 2.000 sin haber sido derrotado en cuatro años. Además contaba obviamente con más experiencia y más años y no los 21 de sus primeros Juegos Olímpicos. Se suponía que llegaba a los Juegos disputados en Australia en gran forma, habiendo logrado poco antes una gran marca en Zúrich. Sin embargo, en realidad Hicham llegó exhausto mentalmente. En la final olímpica, la que tendría que haber sido la de su desquite, no pudo aguantar el ritmo y perdió en los metros finales, superado por el keniata Ngeny. El oro tenía que esperar.

La final de los 5000m de Atenas 2004. Foto de Getty Images

El Guerrouj siguió con su rutina militar de entrenamientos, dedicado al 100% a la consecución del tan anhelado oro olímpico. Atenas 2.004 iba a significar su última oportunidad. ¿Harían justicia los Juegos celebrados en la capital griega al mejor atleta del momento? En la final de los 1.500 de los Juegos de Atenas el marroquí no quiso tomar riesgos, evitando en todo momento una caída que repitiera el guión de su primera fallida final olímpica. A 800 metros del final decide atacar. Cada vuelta que realizaba era más veloz que la anterior. La idea era alejarse del resto de corredores, sin embargo, la “maldición olímpica” llegó a planear sobre el estadio ateniense, pues Bernard Lagat consiguió no despegarse de la leyenda del atletismo. ¿Volvería a no ser el primero? Ambos corredores llegaron muy igualados en los metros finales, pero por fin “se hizo justicia” y El Guerrouj consiguió el objetivo tanto tiempo perseguido. “Entendí que los demás sabían que merecía ese oro”, llegó a declarar el campeón. De las 84 carreras en la distancia de 1.500m que corrió en un década había ganado en 82, siendo las dos derrotas precisamente en sendas finales olímpicas.

Pocos días después, ya liberado de la presión, repitió oro, en la distancia de 5.000m. Al hacerlo igualaba el récord del finlandés Paavo Nurmi, quien había logrado el doblete en esas mismas distancias en los ya lejanos Juegos de París 1.924. El mejor y más rápido final de El Guerrouj le sirvió para conseguir el oro en una distancia que no era su preferida y a la que dedicaba el 20% del tiempo de su entrenamiento diario desde ese mismo año. Y eso que el propio Hicham se había asustado tras ver al potente Kenenisa Bekele ganar en los 10.000m. Sin embargo, el etíope sólo pudo ser plata en los 5.000m, permitiendo que El Guerrouj entrara en la historia al igualar el logro de Nurmi 80 años después. De ahí la señal de los dos dedos del marroquí tras cruzar la meta, en una imagen que ha pasado a la posteridad.

Foto de Franck Fife/AFP

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