ETIENNE STOTT: EL CAMPEÓN OLÍMPICO CONDENADO POR SU ACTIVISMO EN DEFENSA DEL PLANETA
Etienne Stott pertenece a esa clase de campeones que “utilizan”, si se permite el término, su fama de éxitos deportivos para otras causas mayores. El británico, nacido en Nottingham, causó una de las más inesperadas y agradables sorpresas al público local durante los Juegos de Londres de 2012. Stott formaba parte, junto a su compañero Tim Baillie, de uno de los dúos británicos en la final de C2 de piragüismo en aguas bravas que se disputaba en Lee Valley. Si Stott ni Baillie esperaban el resultado final, que les condujo al oro. No es de extrañar, puesto que habían accedido al último puesto posible de la final. Por lo tanto, salieron en la misma en primer lugar al realizarse las bajadas en sentido inverso. Completaron el recorrido en 106. 41 segundos. Ningún otro equipo mejoró ese tiempo, así que se colgaron una en absoluto esperada medalla de oro al cuello.
Etienne Stott se había iniciado en el mundo de la piragua en una categoría bien distinta: el K1, pero en 2005 se cambió a la que se convertiría en su modalidad definitiva: el C2. Desde 2009 había conseguido medallas en campeonatos de Europa y del mundo, pero siempre subiendo al tercer cajón del podio, excepto en el Europeo de 2009 disputado en su localidad natal, en el que se hizo con la plata. Hacer un buen puesto en los Juegos de Londres a priori se veía factible, pero no tras la semifinal, que le colocaba -junto a su compañero- en el último puesto de los finalistas. Por eso los adjetivos con los que calificó Stott su oro olímpico se sitúan en el mismo sentido: “sorpresivo”, “inesperado” e incluso “una locura”. Stott y Baillie siguieron juntos un año más pero su racha de victorias se frenó. En 2015 cambiaría de pareja para pasar a competir con Mark Proctor durante un año, hasta la retirada final en 2016. Pero no es únicamente de su sorpresivo oro el aspecto que más nos interesa de Etienne Stott.
Ya durante su época de deportista pero aún más tras su retirada el inglés se decantó por unos hábitos de vida (y, sobre todo, alimentación) saludables y sostenibles. Su concienciación con lo que estamos haciendo con el planeta caló hondo en el piragüista y pasó a formar parte del grupo ambientalista Extinction Rebellion, que actúa activamente en actos por la defensa del planeta. Su propósito es concienciar, no solo a la sociedad en general, sino particularmente a los gobernantes, en cuyas manos está el poder de decisión de asuntos que pueden hacer cambiar el planeta. En numerosas ocasiones Etienne Stott ha dado charlas, ha concedido entrevistas sobre el tema y se ha manifestado públicamente para hacer una llamada de atención, de emergencia incluso, sobre el devenir del planeta. De su boca han salido afirmaciones como “Estamos consumiendo la Tierra y convirtiéndola en dinero”. El piragüista confiesa que su interés por el medio ambiente empezó siendo deportista ya que su especialidad se realiza al aire libre. Ya en 2010 entró a formar parte de otro grupo ambientalista, pero su compromiso ha aumentado una vez retirado. Primero pasó a convertirse en vegetariano, más tarde vegano, pero su principal contribución a la causa es el activismo en manifestaciones, siempre pacíficas. A finales de 2018 entró en conocimiento de las ideas del grupo Extinction Rebellion, con las que comulgó de inmediato, y entró a la acción participando en manifestaciones que le han llevado finalmente a ser incluso detenido y sentenciado. Pero vayamos por partes.
Este campeón olímpico es consciente de que, al haberse proclamado campeón olímpico, pesaba en él cierta responsabilidad que él ha asumido. En primer lugar, la de promocionar su deporte y facilitar el acceso a los niños. Desde un primer momento asumió su papel en el legado olímpico de Londres 2012. Además de que su mero triunfo haya inspirado a futuros practicantes, Etienne enseña a niños en la pista olímpica de Lee Valley y les adentra en su modalidad, la menos accesible dentro del piragüismo. Pero su concienciación sobre la responsabilidad que tiene un campeón olímpico va más allá. Consciente de que su voz puede tener más resonancia por el hecho de ser campeón olímpico, la alza para llamar la atención sobre lo que denomina “emergencia”. Considera que su “sentido del deber” le obliga a no quedarse ni callado ni parado. Salvaguardar el futuro es lo que le mueve. “Estoy comprometido a hacer todo lo que pueda hacer”, ha declarado en alguna ocasión. La visibilidad que le da su éxito olímpico y el convencimiento de que lo que hace es “por la totalidad del planeta”. Aunque reconoce que entrar en acción puede afectar su vida -algo que, como veremos, se ha producido- está convencido de que “lo que no es correcto es no entrar en acción”. No obstante, el manifestarse -pacíficamente- en abril de 2019 en el puente de Waterloo, junto a otros compañeros, condujo a su arresto por “obstruir deliberadamente la vía pública” en contra del reglamento municipal. Aunque fue liberado, se inició una investigación que se desarrolló posteriormente en juicio, donde se le consideró culpable. Y eso que el juez a cargo declaró sentirse “impresionado” por Etienne Stott y su compromiso con el planeta. Pese a ello, el campeón olímpico fue condenado a nueve meses de libertad condicional y pagar una multa de 350 euros.
Stott no lamenta su participación : “Como olímpico y como deportista sé el papel de modelo que tengo para los niños, a los que suelo visitar en sus escuelas, pero soy consciente del futuro incierto que tienen. No puedo mentirles sobre la situación del planeta. Quiero usar inteligentemente la plataforma desde la que ocupo un puesto privilegiado”, ha declarado.
Etienne Stott, un campeón concienciado. Embajador de su deporte y de la defensa del planeta.