MOMENTOS OLÍMPICOS MÁGICOS 76: AVALANCHA DE POSITIVOS POR DOPAJE EN LA FINAL FEMENINA DE 1.500 DE LONDRES 2012
Londres, Juegos Olímpicos de 2012. 10 de agosto. Estadio Olímpico. Lisa Dobriskey, británica, acaba de finalizar en décimo lugar en la carrera femenina de los 1.500 metros. Nada más cruzar la meta declara a los reporteros: “No siento que haya competido al mismo nivel con todas las atletas presentes”. No se refería precisamente a la forma física o mental, sino que apuntaba, indirectamente, a que algunas de sus rivales habían corrido dopadas. Otras corredoras compatriotas suyas que habían participado en esa prueba coincidían en su sensación pero, preguntadas por la Federación Internacional de Atletismo sobre si tenían pruebas no pudieron presentar ninguna, así que su frustración, ante su propio público, continuó. La propia Dobriskey ya había advertido a la IAAF tras la prueba de la Liga de Diamantes de París sus sospechas aportando un clarificador dato: las marcas de la turca Asli Çakır Alptekin y la marroquí Mariem Alaoui Selsuli eran mejores incluso de cuando corrían dopadas (ambas ya habían sido sancionadas previamente por dopaje). Pero sin pruebas no prosperaron en su totalidad las “sensaciones” y temores de la británica. El tiempo le ha dado la razón. (Sí que hay que decir que se prohibió a la marroquí participar en los Juegos de Londres al probarse haber corrido dopada en esa prueba de la Diamond League).
La final olímpica femenina de los 1.500 de Londres resultó ser tan sucia que superó a la que durante años había sido considerada la más tramposa de la historia olímpica: la de los 100m masculinos de Seúl 88 de infausto recuerdo. Sólo un dato: seis de las nueve primeras en cruzar la meta -y cuatro de las cinco primeras- dieron positivo en algún momento de su carrera. Vayamos por partes, de la primera a la novena:
-La inicial ganadora fue la ya mencionada turca Asli Çakır Alptekin. Ya había cumplido dos años de sanción de 2004 a 2006. Pasado un año de los Juegos de Londres cometió una nueva infracción, en este caso por violaciones en su pasaporte biológico. Como se trataba de su segunda sanción esta última fue de ocho años y se le despojó de su oro de Londres.
-Otra turca, Gamze Bulut, cruzó la meta en segundo lugar. Ya en semifinales mejoró su marca personal. Con posterioridad a los Juegos se la suspendió cuatro años debido a irregularidades en su pasaporte biológico. Durante bastante tiempo no se decidió si despojarla de su medalla de plata, pero finalmente se la despojó de ella, así como de la conseguida en el Europeo y de todos los resultados y récords obtenidos de 2012 a 2016.
-La rusa Tatiana Tomashova, una veterana ya que había sido dos veces campeona del mundo de la distancia, fue cuarta en cruzar la meta en Londres. Antes de los Juegos había sido sancionada por dos años por “sustitución fraudulenta de orina” antes de un análisis de dopaje.
–Abeba Aregawi, de Etiopía, llegó quinta tras la rusa. Más adelante fue descubierta positivo en un análisis antidopaje.
-La bielorrusa Natallia Kareiva acabó en séptimo lugar. Fue sancionada en 2014 de nuevo por irregularidades en su pasaporte biológico y se anuló su resultado en los Juegos de Londres.
–Ekaterina Kostetskaya, de Rusia, fue novena. Dos años después recibió una sanción de dos años por dopaje durante el Mundial de 2011. Ello provocó la descalificación de su puesto olímpico.
Esta es la ominosa lista de tramposas que participaron en la final de marras. ¿Quién quedaba libre de sospecha? Las siguientes damnificadas:
–Maryam Yusuf Jamal. Tercera. De origen etíope, corría por Baréin, pese a haber pedido asilo político en Suiza. Nunca falló un análisis antidopaje. En 2007 y 2009 se había proclamado campeona del mundo. Se subió al podio de Londres en tercer lugar, portando la medalla de bronce, cuando en realidad tendría que haberlo hecho como campeona en el escalón más alto.
–Shannon Rowbury, de Estados Unidos. Cruzó en sexto lugar la línea de meta. Tampoco ha fallado nunca en un análisis de dopaje. Es una de las mayores perjudicadas ya que debería haber recibido la medalla de plata, pero simplemente se la ascendió dos puestos, hasta el cuarto.
–Lucia Klocová, eslovaca. Acabó octava en la final. Nunca ha dado positivo. Después de Londres, que suponían sus terceros Juegos, se pasó a la distancia de 800m. Debía de habérsele adjudicado la medalla de bronce, pero sólo se le otorgó un quinto puesto final.
El resto de participantes, entre las que se encuentran la mencionada británica Lisa Dobriskey, apenas ascendieron pocos puestos tras el reajuste final de la clasificación.
¿Qué ocurrió con el reparto final de medallas? Sólo se despojó a las dos turcas (primera y segunda) de sus metales, ascendiendo la de Baréin del tercer al primer puesto. Irónicamente, se promocionó a la rusa Tomashova, que había sido cuarta y había demostrado ser una tramposa, y recibió el regalo de una medalla de plata olímpica. Parecido caso el de la etíope Aregawi, que de quinta pasó a obtener una medalla de bronce. Como hemos dicho antes, Aregawi fue descubierta con posterioridad positivo en dopaje pero no se le quitó la medalla que se le había concedido.
¿Resultado final? Una de las carreras más sucias y tramposas de la historia, donde ni siquiera con el paso del tiempo y los acontecimientos posteriores se ha acabado de hacer justicia del todo. Ello ha provocado la impotencia del resto de corredoras “limpias”. No solo la británica Dobriskey ha manifestado su desesperación. La estadounidense Rowbory (quizá la más perjudicada) declaró sentirse “sin fuerzas para retar al resto de corredoras tramposas”. Pasados los años siguen recordando el momento con tristeza y rabia, al verse compitiendo no en igualdad de condiciones. Incluso nombran una palabra que las une: lo que sienten es “humillación”. Y lo peor es que, ni con el paso del tiempo, la situación se ha corregido ni se ha hecho justicia.