EL PRESENTE DEL CONJUNTO ESPAÑOL DE RÍTMICA PLATA EN RÍO 2016- QUÉ FUE DEL “EQUIPASO”
Durante años nos maravillaron y nos hicieron soñar. Nuestro sueño, que era el de ellas, acabó de la mejor forma posible: viéndolas colgarse una medalla olímpica. Lo lograron -con una plata- en los Juegos Olímpicos de Río, tras haber conseguido toda una serie de medallas en grandes campeonatos que no hacían sino pavimentar el camino que las llevaría a la gloria olímpica. Son las autodenominadas Equipaso, el conjunto de gimnasia rítmica español que dio por finalizado su recorrido en esos mismos Juegos de Río. Hemos querido hablar con elllas para que nos cuenten qué ha sido del destino de las cinco jóvenes que dieron por finalizada su vida de éxitos a la par que sacrificios y se han incorporado a la “vida normal”.
Muchas son las cosas que les siguen uniendo. Para empezar, las operaciones a las que hubieron de someterse tras los Juegos de Río. Todas, menos Artemi Gavezou, pasaron por el quirófano. Elena López se tuvo que operar dos veces del tobillo de una lesión que llevaba arrastrando un par de años; Sandra Aguilar se operó en diciembre de 2017 con una recuperación lenta al no haber ya un objetivo claro para continuar como gimnasta. Alejandra Quereda, la capitana, arrastró durante los últimos años de carrera una lesión de cadera “que me la dificultó bastante sobre todo el año de Río pero toda la recompensa que llegó con el resultado de Río tapó todos esos días duros que pasamos con las lesiones que todas teníamos”. Su rehabilitación también fue larga y se sumó una lesión de cartílago en grado 4 de la que “hoy por hoy no existe reparación para esta lesión, con lo cual tuve claro después de la operación que volver a la práctica deportiva de alto nivel era impensable”. Finalmente, Lourdes Mohedano se tuvo que operar del pie.
Este “parte médico” nos conduce a la decisión lógica de retirada del conjunto, tras el año postolímpico que dedicaron a operarse y acabar con las lesiones. Como cuenta Lourdes: “Estábamos con muchos dolores, era muy sacrificado. Creo que hice bien en dejarlo; hay muchas lesiones y operaciones”. A ese respecto, profundiza Sandra: ”Éramos gimnastas veteranas, ya teníamos cierta edad. Habíamos empezado desde muy pronto y la verdad es que el cuerpo ya tenía sus achaques”. Otras razones se suman a esta, como la que aporta Elena: “Todas hemos dado todo lo que podíamos y hemos puesto todo de nuestra parte y la verdad es que después de los Juegos de Río nos quedamos bastante satisfechas y también teníamos que darle paso al nuevo equipo”. Lo que tuvieron claro fue que la decisión tendría que ser tomada de forma conjunta por todas ellas: “Ha sido una decisión que hemos tomado las cinco por la conexión que hemos tenido entre nosotras”, comenta Artemi. La capitana remata: “Después del año de parón obligado por las lesiones pensamos que lo mejor era dejarlo en lo alto y ¿qué hay más alto que una medalla olímpica?”. Además, había que “dejar espacio” a una generación nueva, “la decisión tenía que ser en grupo porque con las que están ahora nos llevamos demasiada diferencia”, comenta Sandra. En lo que están todas de acuerdo es en que fue una decisión uniforme tomada exclusivamente por ellas.
Una vez retiradas, ¿qué futuro les esperaba? Además de participar en una emotiva película documental (“Más que plata”) que las llevó hasta la India para entrenar durante unos días a unas humildes gimnastas locales, todas se sacaron los títulos de entrenadora y jueza y todas realizaban -o aún están en ello- estudios: Elena se sintió siempre atraída por la rama de la Medicina y estudió técnico de rayos, imagen para el diagnóstico (así que atentos la próxima vez que se hagan una radiografía no se la vaya a hacer toda una medallista olímpica); Alejandra también estudió Medicina, pero la carrera completa, que ya fue estudiando durante su etapa como gimnasta, incluso ha llegado a sacarse más asignaturas de las que tiene un año. Por su parte Artemi ha estudiado ADE a distancia en la UCAM, mientras que Sandra eligió la de INEF, más cercana a su pasado de deportista. Lourdes optó por la parte más artística (que también han de poseer las gimnastas de rítmica) y está acabando Arte Dramático. Como vemos, unas jóvenes sobradamente preparadas para afrontar el futuro. Pero ¿qué les ha ofrecido hasta ahora su futuro postolímpico? Aquí es donde difieren. Todas han seguido vinculadas de una u otra forma a la gimnasia rítmica. “porque al fin y al cabo es nuestra vida y nuestra pasión”, como indica Artemi. La actividad en la que convergen todas es en impartir master-class de algo que ha dominado sus vidas durante años. La gestión deportiva es algo para lo que también se están preparando algunas, como Sandra y Lourdes y sería un terreno muy interesante en el que podrían aportar su experiencia. La primera de ellas, sin ir más lejos, ya lo está aplicando trabajando para la Federación Española de Gimnasia.
La que puede que haya tenido más suerte ha sido Alejandra Quereda, que fue nombrada seleccionadora nacional de las gimnastas individuales, puesto que confiesa no se esperó ejercer en ningún momento: “Fui a la Federación para una reunión para que me propusieran algo, pero en ningún momento me esperaba que fuera vinculado con esto y lo recibí como una gran noticia, un orgullo, pero es verdad que desde el primer momento supe que tenía que pensármelo mucho. Es un cargo con mucha responsabilidad, lo cojo con respeto y seriedad; me gustaría hacer las cosas bien, lo mejor posible, pero la verdad es que creo que ser gimnastas y la capitana del equipo en unos Juegos Olímpicos es algo que hay que afrontar con mucha responsabilidad, entonces espero que esa parte me haya curtido para poder afrontar los nuevos retos”. Otras compañeras no ven su futuro tan nítido y meridiano. Lourdes Mohedano reconoce ver su futuro “ahora mismo con incertidumbre, sin saber qué va a pasar. Es complicado. No tengo las ideas claras ahora mismo. No tengo claro si me va a salir trabajo de interpretación, de deportes…Estoy ahora mismo con esa incertidumbre que tenemos la mayoría de deportistas cuando nos retiramos. Es complicado después de todo lo que hemos conseguido y después de haber dejado la gimnasia encontrar trabajo”. Y añade: “Es duro cuando has sido tan bueno en algo, cuando has destacado y luego tienes muchas dudas y no sabes qué vas a hacer”. Artemi también confiesa que es “complicado saber mi futuro, aunque hace siete años no habría imaginado que iría a Río. Lo que busco día a día y en un futuro es seguir evolucionando como persona pero también profesionalmente. Siempre espero y creo tener esa conexión con la gimnasia rítmica y seguir evolucionando”.
Por otra parte, mientras que la Federación cuenta con varias de ellas “y nos sentimos apoyadas”, dice Artemi, a Lourdes le hubiera gustado “que contaran conmigo. Es trabajo que evidentemente me gusta porque llevo vinculada a la gimnasia muchísimos años y sí que eso siempre gusta, notar ese apoyo, que al final has estado muchos años con ellos trabajando, representando una federación y el país en general”.
Eso en cuanto a su futuro, porque el futuro del conjunto actual de gimnasia rítmica español está siendo una subida a una montaña, algo lógico teniendo en cuenta la edad y falta de experiencia inicial de las componentes cuando asumieron la difícil tarea de sustituir al Equipaso. Una de la claves nos las da Lourdes: “Nos costó muchísimo conseguir el respeto de las jueces y de otros países; esa parte ya la habíamos conseguido. Lo que quedaba era mantenerse, seguir trabajando y llevar unos ejercicios que gustaran y eso también es complicado. Al final nosotras y el equipo actual son dos equipos diferentes, ni mejor ni peor, sino diferentes. Es otra etapa con ejercicios nuevos y gimnastas nuevas que ahora tienen que gustar y las jueces tienen que valorar el trabajo del equipo, cosa que ahora mismo creo que tampoco están valorando bien porque las chicas están trabajando bien, están compitiendo mejor y creo que han mejorado bastante desde 2017”. En cualquier caso, será difícil que cualquier equipo -incluso nos atrevemos a decir que del mundo-llegue a conseguir el alto grado de vinculación que se estableció entre estas cinco gimnastas: “El vínculo que se creó en este equipo creo que es algo muy especial, algo que ojalá se pueda volver a conseguir en el futuro porque al final después de tantos años trabajando juntas con una mirada de una compañera sabías perfectamente lo que le estaba pasando por la cabeza y eso es algo súper útil a la hora de poder plasmar todos los movimientos del ejercicio en la pista”, afirma Alejandra. Porque, como dice la ex capitana: “al final éramos como esponjas, absorbíamos todo lo que entrenábamos; hemos superado muchos obstáculos, creo que tenemos mucha experiencia como deportistas y espero poder plasmar en esta nueva faceta todo eso que he aprendido a través de los años trabajados”. Sandra es de la misma opinión: “Tenemos mucha experiencia que podemos transmitir a chicas que comienzan en la disciplina”.
Lo dejaron en lo más alto, pero la transición a una vida laboral “corriente” está costando más a algunas que a otras. “Hay que ayudar y proteger más a los deportistas en el momento pre-retirada o retirada. Eso creo que se irá mejorando y en el futuro los deportistas igual no tienen ese impacto de pasar a una vida normal”, comenta Sandra Aguilar. Nos encantaría ver a estas cinco experimentadas ex campeonas aportando su saber a actuales y futuras generaciones de gimnastas.