NATHAN ADRIAN: EL PENTACAMPEÓN OLÍMPICO QUE QUIERE ACUDIR A TOKIO 2020 TRAS SUPERAR UN CÁNCER
Cuando un gran campeón deportivo utiliza su imagen y su visibilidad para encabezar una campaña que merece la pena es justo que le sea reconocido. El nadador estadounidense Nathan Adrian lo tenía todo…hasta que la salud le jugó una mala pasada y la vida le dio una de esas tortas seguramente inmerecidas y siempre insospechadas que da. Pentacampeón olímpico (medallas a las que hay que sumar otras tres de otros metales en Juegos), ganador de 32 medallas a nivel internacional, este nadador nacido en el estado de Washington y de madre china (su segundo nombre es Ghar-jun) recibió en diciembre de 2018 un pronóstico fatídico: padecía cáncer testicular. Adrian decidió agarrar el toro por los cuernos y, a sus 30 años entonces recién cumplidos, se marcó un objetivo o, mejor decir, dos: desterrar su enfermedad y, a consecuencia de ello, acudir a los Juegos de Tokio 2020. Serían sus cuartos Juegos Olímpicos, puesto que ya debutó en los de Pekín 2008 donde conseguiría su primer oro olímpico formando parte del relevo 4×100.
Compitiendo junto al gran Michael Phelps en numerosos podios olímpicos de relevos (hasta cinco) o de forma individual, Nathan Adrian destacó siempre dentro del potente equipo estadounidense. Le ha tocado además participar en una de las modalidades más populares: las carreras de velocidad en el estilo libre. Y eso que, aunque desde muy pequeñito -con dos años-, Nathan entró en la natación por influencia de sus hermanos mayores, empezando a competir ya con cinco. Adrian ha compatibilizado la dura vida del nadador con los estudios médicos universitarios. Y no se trata de otro caso de deportista becado por una universidad americana gracias a sus habilidades deportivas, sino que a nivel académico ha alcanzado los mayores galardones y ha sido premiado con el galardón Neufeld al atleta becado del año 2011.
A los Juegos de Londres acudió ya como nadador profesional tras conseguir un merecido contrato con una firma de ropa deportiva. Iba a competir en diversas pruebas, pero su verdadero objetivo era uno: el oro en la “prueba reina” de los 100m libres. Lo logró. A ese oro se unirían otras dos medallas en aquellos Juegos. Su ya abundante botín se incrementaría en la cita celebrada en Río, de donde Nathan salió con cuatro medallas. En los Juegos de Río Nathan ya era un veterano y fue nombrado cocapitán del equipo nacional. Finalizada su experiencia allí puede afirmar que tiene el honor de haber conseguido medalla en todas las finales olímpicas que ha disputado.
Tras los éxitos apabullantes a nivel deportivo, el pronóstico médico que nadie esperaba. Nathan se lo tomó con una positividad tal que decidió aprovechar para dar a conocer a los hombres los peligros del cáncer testicular y animarles a que se sometieran a pruebas. Según el campeón se tiene miedo a someterse a las pruebas y se las considera dolorosas pero no es así. El olímpico quiere desestigmatizar esta enfermedad y ayudar a que los asuntos en salud masculina estén a la orden del día, como es el caso del cáncer de mama, para el que la sociedad parece estar concienciada. En un comunicado, Adrian quiso subrayar la importancia de potenciales señales de peligro sobre esta enfermedad y animó a los hombres a acudir al médico en caso de los mismos. Además, vio su enfermedad como una oportunidad para poner en práctica su título médico, tal era su predisposición hacia su enfermedad. Finalmente dijo desde un primer momento que esperaba estar fuera de la piscina el mínimo tiempo posible: “unas semanas”, según anunció en su comunicado. En efecto, apenas un par de semanas estuvo alejado de las piscinas “el tiempo que más alejado he estado desde que tenía cinco años”, confesó. Quería ir al Mundial a disputar en el verano de 2019. Lo hizo. Quería acudir a los Juegos Panamericanos de Lima 19. Está previsto que lo haga. Su mayor objetivo es ser olímpico en Tokio 2020. Está en ello. Porque pocos meses pasados tras el anuncio de su enfermedad Nathan Adrian dio un anuncio en sentido bien diferente: había superado el cáncer. Tokio y muchos más momentos de esta vida le esperan. Ya es campeón de lo más valioso a lo que pueda aspirar: la vida.
2 Comentarios
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