IVÁN PEDROSO: “TUVE QUE PELEAR MI ORO EN SIDNEY 2000 HASTA EL ÚLTIMO INTENTO”
Si hay dos nombres del deporte cubano que inmediatamente vienen a la cabeza de todo aficionado de cualquier país del mundo esos son los de Javier Sotomayor e Iván Pedroso. Ambos revolucionaron el atletismo mundial y dieron brillo y lustre al deporte de su país. El primero fue el inspirador del segundo. Dos grandes saltadores que han quedado para la historia del atletismo. Con el segundo, Pedroso, pudimos hablar.
Con sólo 19 años Iván Pedroso ya fue olímpico, en Barcelona 92, dejando a edad tan temprana rasgos de una clase que explotaría poco después. En su debut olímpico fue ya cuarto en una competición con saltadores de longitud de la talla de Carl Lewis, Mike Powell y Joe Greene, que justo le precedieron. “Barcelona 92 fue mi primera experiencia de un campeonato grande, con solo 19 años y creo que me pudo la presión de mi primer campeonato. Tuve una mala experiencia, aunque para mí fue algo formidable con 19 años participar en unos Juegos Olímpicos y ser cuarto. El cuarto lugar, aunque no estés en el pódium, es un buen lugar. Creo que supuso el comienzo de mi carrera y que me di cuenta de que venía una buena etapa para Iván Pedroso”, nos confesó el ex saltador cubano. Esos Juegos también fueron sus preferidos, de entre todos los que disputó: “Aunque era muy joven, para mí han sido los mejores, por todo. Me gustaron mucho. Cosa bien distinta en Atlanta, que para mí estuvieron muy por debajo de los anteriores. Los de Sidney fueron muy buenos, pero sigo quedándome con Barcelona 92”.
Tras su prometedor debut olímpico en la ciudad catalana Iván Pedroso vivió un cuatrienio siguiente de ensueño, en el que hay que destacar, entre otros, sus triunfos en la Copa del Mundo de 1992, el Mundial indoor de 1993, Mundiales al aire libre y pista cubierta de 1995 y la Gran Final de la IAAF de ese mismo año. Así que el de La Habana acudía a la cita de Atlanta 96 con una base sólida como para aspirar al oro. Pero se lesionó, justo “en mi mejor año, un año en el que saltaba 8, 90 y tantos en entrenamientos, así que fue muy frustrante para mí, pero son cosas que pasan en el deporte y lo supe superar. Me afectó esa lesión [acabó 12º en Atlanta]”. Como era de esperar, tras recuperarse de la lesión volvió a mostrar su valía:“Ya después encadené varios campeonatos mundiales indoor y al aire libre que creo que lo compensó un poco. Tuve mucho dolor en esos Juegos por no poder hacer más, sobre todo porque los Juegos son cada cuatro años. Pero seguí entrenando duro los siguientes cuatro años hasta alcanzar la medalla de oro, que era mi objetivo y eso lo compensa todo”. ¡Y tanto que encadenó triunfos!: desde el final de los Juegos de 1996 hasta 2003 Iván Pedroso sólo supo lo que es ver al resto de sus rivales desde el escalón más alto del podio, salvo en la Copa del Mundo de Madrid en 2002, en que lo tuvo que hacer desde el segundo, al ser plata. El resto de grandes competiciones le proporcionaron 16 oros.
Entre medias vivió el mejor momento de su carrera: el oro olímpico en Sidney 2000 que tanto merecía: “Viví el oro olímpico muy, muy feliz. Era el único título que me faltaba en mi palmarés. Para mí ha sido lo mejor que me ha pasado. Creo que una medalla olímpica, y más si es de oro, es el sueño más grande que pueda tener un atleta. Todo el mundo se esperaba mi oro. Tuve que pelearlo hasta el último intento, pero valió la pena. No sentí presión exterior, sino más bien mía propia, ya que estaba haciendo muchos saltos nulos. Sabía que si conseguía hacer saltos válidos podía ganar”. Muy diferente fue su experiencia en la siguiente cita olímpica de Atenas 2004, donde acabó séptimo: “De nuevo no tuve suerte con los nulos pero, bueno, estuve contento de esa experiencia. No fue una buena temporada para mí. Fui séptimo, con 8,23. La verdad es que esperaba haber conseguido medalla en Atenas, pero tuve la mala suerte de hacer demasiados saltos nulos. Eso pasa”. El cubano ya había pasado la mejor etapa deportiva de su carrera, que ahora vive de una forma diferente tras su retirada: Iván Pedroso ha vuelto a unos Juegos Olímpicos, de nuevo triunfante, pero esta vez como entrenador. Estuvo en los de Río con Yulimar Rojas, finalmente plata: “Río fue formidable, más que nada porque la medalla de Yulimar fue muy importante para Venezuela, la primera medalla para el atletismo para su país y creo que fue una locura, para mí, para Yulimar y para todo Venezuela. Desde fuera viví la competición peor, con muchos más nervios. Dentro eres tú y sabes cómo estás, pero desde fuera yo no sé cómo estás. Yo presentía que Yulimar iba a ser medalla; entrenamos para eso y ese siempre es el objetivo”. Y el panorama se presenta igual o mejor en los Juegos de Tokio 2020, con la propia Yulimar y con la española Ana Peleteiro: “El año pasado tuvimos unos pocos problemas [con Yulimar], pero ya los hemos superado. Está de vuelta Yulimar. Ana Peleteiro está muy bien. La estoy cuidando para no forzarla”.
Con todas las medallas conseguidas por este saltador, subraya la importancia de los Juegos Olímpicos: “La medalla olímpica es el sueño de cualquier deportista de cualquier especialidad. Está por encima del resto de medallas en Mundiales, etc. Cuando uno va a unos Juegos Olímpicos uno siempre piensa que es una última oportunidad, porque tiene que esperar luego cuatro años y no se sabe lo que puede pasar”. Lo dice el único ser humano en haber saltado más de 9 metros, aunque no contara como récord por el viento a favor.