DAFNE SCHIPPERS: “YA NO ESTOY TAN DECEPCIONADA POR NO HABER GANADO EL ORO EN RÍO 2016”
La holandesa Dafne Schippers sigue, consciente o inconscientemente, la estela de grandes velocistas compatriotas suyas, desde la ya lejana Fanny Blankers-Koen a Nelli Cooman, a la que Schippers va sustituyendo en las listas de plusmarquistas nacionales. Ella confiesa en una entrevista exclusiva a Rincón Olímpico que le pillan lejanas: “Pertenece a un tiempo muy pasado; no sé exactamente lo que hizo. La conozco, pero no en profundidad”, comenta sobre la llamada “mamá voladora” Blankers-Koen. Schippers, siempre y en todo momento muy profesional y seria con su preparación añade: “Nunca he tenido un ídolo. Me gusta ver a los campeones, pero no tengo un ídolo especial”. Ella sí que es un ídolo de masas, tanto en su propio país -por descontado- donde incluso tiene un puente a su nombre en su localidad natal -el Dafne Schippersgrug en Utrecht-, por el que manifiesta evidente entusiasmo: “Es estupendo tener un puente, ¡mi propio puente! con mi nombre. Es una de las cosas chulas que tiene el deporte”, nos dice con una gran sonrisa en el rostro. Pero no solo en su país arrastra pasiones. Muchos esperaban de ella que se coronara como reina de la velocidad en los Juegos de Río. Su palmarés hacía esperar ello. Si lo conseguía, sería la primera velocista blanca en mucho tiempo en coronarse como reina de las pruebas más seguidas del calendario olímpico. El ser blanca no es elemento baladí en el caso de la holandesa. Algunos han llegado a dudar de sus marcas (es poseedora de varios récords europeos y de ser la tercera mujer más veloz de la historia en la distancia de los 200m) por el simple hecho de padecer acné. No han faltado malpensados que han achacado ese hecho a una consecuencia de un posible dopaje. Ante esas acusaciones Dafne siempre ha reaccionado enfadada defendiendo su inocencia. Es posible que arrastre, a su pesar, los malos precedentes de velocistas -blancas- de Europa del Este que en los años 70-80 consiguieron grandes marcas y que luego se ha demostrado o, cuanto menos, se ha sospechado en gran medida, haberse dopado. No es el caso de la de Utrecht.
Dafne Schippers se inició en el heptatlón y en esa prueba, además de en la de relevos 4×100, se estrenó en unos Juegos Olímpicos: los de Londres 2012. Entonces, con escasos 20 años, su prestación no fue más allá del 6º puesto en los relevos y el 11º en el heptatlón. Nada que ver con la evolución y el desarrollo que experimentó en el cuatrienio que la llevaría hasta Río 2016. Para empezar, fue desligándose del heptatlón para ir convirtiéndose en una velocista nata, especialista en las pruebas de 100 y 200 metros. Sus marcas mejoraron y con ellas los récords y las medallas. En el lapso entre ambas citas olímpicas Dafne consiguió once medallas en grandes eventos internacionales, incluyendo el oro en los 200 (¨mi mejor carrera porque la pista y el ambiente eran perfectos”) y la plata en los 100m en el Mundial que tuvo lugar en Pekín en 2015, el año anterior de los Juegos. Buena prueba de fuego para una atleta en franca progresión de la que todos esperaban mucho en Río.
La atleta nos compara sus experiencias olímpicas, bien diferenciadas: “Era muy joven en los Juegos de Londres, así que encuentro muchas diferencias entre cómo estaba en aquella época y en la actualidad. Además, ahora soy una sprinter nata. Fue estupenda la experiencia allí; supuso alcanzar un gran nivel para mí para llegar a aquellos Juegos”. En Río se puede afirmar sin temor a equivocarnos que la holandesa no cumplió con las grandes expectativas puestas en ella. En la prueba más veloz, los 100m, fue quinta; en los relevos 4×100 su equipo fue eliminado precisamente por una mala transición del testigo entre Jamile Samuel y ella misma y en la prueba en la que era francamente favorita, los 200m, “sólo” pudo ser segunda. La reacción de tremendo enfado consigo misma tras esta prueba se hizo viral. Lanzó una botella al suelo, no quiso pasar por la zona mixta…Esa noche no durmió dándole vueltas a la cabeza una y otra vez, mientras que al día siguiente tenía aún por delante la carrera de relevos. ¿Quizá le influyó negativamente la carrera previa de los 200m? Schippers nos cuenta: “La carrera de relevos siempre es diferente porque no depende sólo de ti. Tú trabajas en tu propio cuerpo en tu propia preparación, pero en los relevos no depende sólo de ti. Siempre son una sorpresa “. Lo que tuvo claro es que“yo fui a Río para luchar por medallas. Claro que esperaba ganar medalla, para ello entreno muy duro”. Sin embargo, el enfado inicial se ha mitigado con el tiempo: “Ya no estoy tan decepcionada por no haber ganado el oro en los 200m en Río. Al fin y al cabo siempre es una medalla olímpica. Siempre aspiro a ganar el oro, por supuesto, y trabajo para ello. Cuando no la gano en un primer momento resulta decepcionante pero luego no lo siento así”. Nos aclara qué ocurrió aquella noche tras su plata olímpica: “Nunca duermo tras una carrera, incluso aunque haya ganado la carrera”.
Ahora la plusmarquista europea se centra en los próximo Juegos de Tokio, donde espera desquitarse: “Iré a los Juegos de 2020 en busca de medallas, no para competir simplemente”. Aunque confiesa tener in mente siempre la cita de Tokio 2020 irá paso a paso: “La preparación de cara a Tokio 2020 va bien, marcha paso a paso. Necesito ir así y ver cada paso, cada etapa de la preparación. Este año me preparo para el Mundial de Doha y luego ya iremos a por los Juegos. Cada año hago una programación según las competiciones de cada año. Este año toca el Mundial pero tengo en la cabeza que el año que viene será año olímpico y pienso en los Juegos, pero voy paso a paso“. Lo que sí sabemos con certeza es que “repetiré [en Tokio] las mismas pruebas que en Río”, es decir: 100, 200 y relevos 4×100. Y otra certeza que quiere dejar claro la velocista: “Trabajo muy duro así que por supuesto aspiro a batir a las mejores del momento cuando corro en las diferentes carreras”. Y, por si nos quedaba alguna duda, nos aclara: “Aunque empecé en el heptatlón ya no tengo intención de volver a esa prueba. Ahora soy sprinter y espero serlo durante mucho tiempo. Me planteo ahora mi carrera para los próximos dos años y luego ya veremos”.
Preguntada sobre si prefiere medallas olímpicas a récords mundiales Dafne Schippers se lo piensa y nos ofrece esta respuesta en la que no acaba de decantarse por una u otra opción: “No es que prefiera ganar medallas a conseguir récords mundiales o viceversa; creo que es una combinación de ambas, puesto que si consigues un récord ello lleva aparejado ganar medalla de oro”. Aunque confiesa que le encanta el ambiente de los Juegos Olímpicos y que espera que se repitan las buenas experiencias que vivió tanto en Londres como en Río en Tokio, con esa atmósfera siempre única y especial.