LOS OTROS TARZANES OLÍMPICOS
El célebre Johnny Weissmüller no fue el único olímpico que interpretó el personaje de Tarzán en cine. Otros medallistas le sucedieron. Al parecer, las productoras buscaban más a un gran deportista antes que a un gran intérprete. Aquí hablaremos sobre tres de ellos:
–Herman Brix= Seguramente este nombre no les diga nada pero sí el de Bruce Bennett. Pertenecen a la misma persona, siendo el último el nombre artístico de este estadunidense que llegó a colgarse una medalla de plata olímpica, correspondiente al lanzamiento de peso en los Juegos de Ámsterdam 1928. Brix dividió su carrera profesional entre el deporte, la interpretación y la Economía. En la final olímpica que disputó llegó a superar al plusmarquista mundial, el alemán Emil Hirschield, pero fue superado por su compatriota John Kuck en el lanzamiento final. Brix, que ya se había licenciado en Economía, quiso continuar al menos hasta los siguientes Juegos, que se disputarían en casa –Los Ángeles 32- pero, mientras, coquetea con la interpretación al ser descubierto ni más ni menos que por Douglas Fairbancks, que lo descubre en Los Ángeles, sede tanto de los Juegos como de la “ciudad del cine”. Paralelamente la MGM proyecta realizar el primer film sobre Tarzán y busca un tipo atlético. Brix es el elegido, pero una lesión durante el rodaje de su primera película le impedirá tanto participar en los Juegos Olímpicos del 32 como de encarnar al mítico personaje de Rice Burroughs. La película se realiza sin él, pero el autor de la novela queda muy insatisfecho. En cuanto expiran los derechos de la Metro Rice Burroughs se dispone a realizar su propia versión, más fiel al original. Es la ocasión para Brix. Sin embargo, el resultado final es criticado y no consigue éxito de público. El fracaso es tal, que Brix no llega ni a cobrar su salario. Pese a ello eso no supone el fin de la carrera como actor del medallista olímpico, todo lo contrario. Adoptando el nombre de Bruce Bennett llega a compartir pantalla con divas como Bette Davis, Joan Crawford o Ida Lupino y por tres veces con Humphey Bogart; incluso es testigo directo del debut cinematográfico de Elvis Presley. Brix llegó a ser centenario y nunca perdió su agilidad atlética, llegando a saltar en paracaídas con 96 años.
–Buster Crabbe= Más exitoso que Brix como deportista pero con el dudoso honor de haber protagonizado la considerada peor película nunca filmada sobre Tarzán: “Tarzán de las fieras”. Crabbe vivió su infancia en Hawai. Allí su ídolo era el campeón –y creador del surf- Duke Kahanamoku. Su sueño siempre fue competir con él en unos Juegos Olímpicos (ambos se dedicaban a la natación), pero el ídolo se retiró antes de que Crabbe debutara en unos Juegos. Fue en los de Ámsterdam 28, donde conseguiría una medalla de bronce. Curiosamente en la travesía en barco hasta la ciudad holandesa, donde Crabbe sufrió numerosos malestares llegando a perder cinco kilos, fue cuidado por Johnny Weissmüller. Tras la primera experiencia olímpica se instala en California, donde estudia Derecho en la universidad, mientras sigue entrenando. La necesidad perentoria de conseguir un sustento económico le lleva a presentarse en Hollywood como doble de acción, dadas sus cualidades físicas. Llegan sus segundos Juegos Olímpicos. En ellos Crabbe se coronaría campeón en la prueba de los 400 m libres, superando a los tres nadadores favoritos, todos japoneses. Weissmüller le anima desde el borde de la piscina. Durante esos Juegos de Los Ángeles 32 los productores de la Metro realizan un casting entre los mejores cuerpos que habitan la villa olímpica. Ignorantes de lo que se traían entre manos, les hacen arrojar piedras y lanzas. Sin saberlo, Crabbe sería el escogido. Como hemos dicho, a Crabbe le toca en suerte protagonizar el peor film de Tarzán. En él, por cierto, apenas tiene que pronunciar siete palabras. Adiós a continuar siendo Tarzán, visto el resultado. Pero no es ese el fin de la carrera actoral del nadador. Curiosamente no pasará a la historia como intérprete de Tarzán, papel muy tangencial en su carrera. Buster Crabbe será recordado por otros dos papeles de otros tantos héroes: Flash Gordon y Buck Rogers.
–Glenn Morris= Las cualidades atléticas innatas de este estadounidense –que practicó múltiples deportes en su juventud- se demuestran con un solo dato: llegó a ser campeón olímpico, mundial por dos veces y nacional de decatlón, además de recórdman mundial, tras haber disputado apenas mismo número de pruebas ocurridas en escasos dos años. Esa es la corta pero fructífera vida en el atletismo de Morris. Ver en vivo durante los Juegos de Los Ángeles 32 al campeón de decatlón James Bausch le hace decantarse por esa prueba, aspirando a representar a su país en los siguientes Juegos. Lo consigue. Es más, en Berlín 36 su figura es la portada del programa oficial de los Juegos. A sus pies, durante esos Juegos, hace caer no solo a sus rivales y el récord mundial, sino el mismísimo Führer, del que se dice siguió con pasión su carrera final, en la que se jugaba incluso la victoria en una emocionante disputa con su más inmediato rival. Eva Braun también se convertiría en admiradora del americano, pues insistió en colocarle la corona de laurel. Pero más pasión fue la vivida por la directora Leni Riefenstahl, encargada de realizar la película de los Juegos. Ella contó en sus memorias que el atleta, tras ganar el oro, le abrió la blusa y la besó en sus pechos delante de los 100.000 espectadores que poblaban el estadio olímpico. Ambos acabarían viviendo un affaire que terminó según unos porque ella recibió “malas vibraciones” tras un estudio grafológico de su firma o porque, más banalmente, él regresó a su país y se enamoró de otra chica. En cualquier caso la final olímpica protagonizada por Morris es de las que hacen historia, con un final en el aire hasta la ultimísima prueba de los 1.500 m. Tal era la admiración que se creó en Alemania hacia él en los Juegos de Berlín que Alemania le habría ofrecido 50.000 dólares para quedarse en tierras germanas y participar en películas deportivas, pero Morris habría rehusado la oferta. Se dice también que Glenn Morris se quejó de un hecho escandaloso al recibir el premio James E. Sullivan, en su vuelta a casa, como mejor atleta amateur de su país. El escándalo se debía a que Sullivan, en toda lógica, reivindicó que Jesse Owens debería haber sido el justo receptor de ese galardón. Morris, que había sido apodado el “Hombre de acero”, también estudió, como los otros Tarzán, en la universidad, en su caso Economía y Sociología. Como otros tres Tarzán precedentes, Morris se convirtió en el cuarto protagonista del héroe de la selva en ser medallista olímpico. Le tocó protagonizar otro fracaso, curiosamente junto a otra olímpica como su partenaire femenina: la nadadora Eleanor Holm. Muy criticada, la película resultó ser un fracaso y la carrera actoral de Morris no remontó ni progresó.