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MICHAEL DIAMOND: EL BICAMPEÓN OLÍMPICO DE TIRO QUE NO PUDO COMPETIR EN RÍO POR PERDER SU LICENCIA DE ARMAS

La historia de este doble campeón olímpico marchó por unos derroteros bien distintos a los que nos tienen acostumbrados los deportistas poco antes de la que iba a ser su séptima participación olímpica (en Río 2016) . No pudo acudir a la cita en la ciudad brasileña, pero no fue debido a una lesión, malos resultados ni a nada parecido: siendo tirador, había perdido su licencia de armas por haber cometido una serie de delitos en su país natal, Australia. Por ende, y pese al debate que se creó en el Comité Olímpico australiano, se decidió que no podría representar a la nación, pese a que durante años ha sido el orgullo del deporte australiano.

Michael Diamond, en realidad apellidado Diamantopoulos al ser de origen griego, fue iniciado en el deporte que le proporcionaría tantos éxitos ya a la edad de ocho años por su padre, gerente en un club de tiro. A los 20 años ya consiguió ser olímpico, en los Juegos de Barcelona 92 y cuatro años más tarde, en Atlanta, ya se hacía con el oro en la modalidad de trap. Oro que revalidaría en la siguiente cita olímpica, en su país natal. Entretanto, las medallas en diversos campeonatos se sucedían. Pero su primer incidente llegó en los Juegos de Atenas. Casi no llega a participar en dichos Juegos debido a algo extradeportivo. El incidente ocurrió antes de los Juegos y tuvo que ver con una supuesta pelea con su novia de entonces a la salida de una bolera. Finalmente se libró de un cargo mayor, pero sí se le declaró culpable de no mantener con la debida seguridad su arma, según las leyes. Aun así –probablemente porque era doble campeón olímpico- se le permitió finalmente acudir a los Juegos de la capital griega.

Diamond siguió compitiendo y acudiendo a citas olímpicas, hasta que estalló el escándalo poco antes de los Juegos de Río. El mes de mayo de 2016 el tirador australiano fue detenido y acusado de varios cargos severos. Los hechos se derivaron, al parecer, de una pelea con su hermano. Al bicampeón olímpico se le detuvo por conducir ebrio, negarse a pasar el control de alcoholemia, así como llevar armas a la vista en su vehículo sin la obligada y requerida seguridad, entre otros delitos. A consecuencia de ello, perdió su licencia de armas durante diez años, medida que le impuso un tribunal ordinario australiano. Sin licencia de armas le iba a ser imposible competir en tiro en los inminentes Juegos de Río. Por ende, el Comité Olímpico de su país le descartó, no sin antes una discusión interna.

Michael Diamond no se dio por vencido, recurriendo a los tribunales. Los costos que ello ha conllevado -18 meses de batalla legal- le obligaron a subastar su medalla de oro de Sidney. Un tiempo más tarde, un tribunal le dio la razón. Le anuló la sanción, ya obviamente tarde para los Juegos de Río -que ya se habían celebrado-, pero sí a tiempo para los de Tokio, que Diamond pretende disputar. Aunque un año sin poder practicar en absoluto se nota, según el propio tirador “es como ir en bicicleta, que no se olvida”, ha confesado. De momento la Federación australiana ha declarado que “no darán la espalda a alguien que ha dado tanto por su deporte y su país en el pasado”. Su vida, no obstante, no se ha acabado de normalizar en estos meses, llegando a recibir una orden de alejamiento hacia su mujer. Un ¿final? de carrera inusual para un doble campeón olímpico.

Foto de Jamie Squire/ Getty Images

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