Entrevistas

LOLA SÁEZ DE IBARRA Y JAVIER ILLANA: “ES MUY DIFÍCIL CLASIFICARSE EN SALTOS PARA UNOS JUEGOS OLÍMPICOS”

Han sido hasta hace poco los mejores saltadores de España. Recientemente retirados, son muchas las coincidencias entre ambos: tres Juegos Olímpicos disputados cada uno; debutaron en los mismos con 17 años; coincidieron en los últimos Juegos para ella y primeros para él –Atenas 2004- y, en definitiva, ser los saltadores ibéricos con mejores resultados en las últimas décadas. Son Javier Illana y Lola Sáez de Ibarra, con quienes conversamos.

Javier nos destacó la extremada dificultad que supone en su deporte el solo hecho de clasificarse para unos Juegos: Hoy en día los Juegos Olímpicos no son como anteriormente, que iban los mejores de cada país. Hoy es muy difícil clasificarse para unos Juegos porque han limitado el número de participantes y, por ejemplo, en saltos son treinta plazas las que hay, cuando en un Mundial somos más de sesenta saltadores. Limitarlo a treinta ya no es tener suerte para alcanzar una medalla, sino que también tienes que tener suerte para poder entrar en unos Juegos Olímpicos. Entonces para mí el haber podido entrar en tres JJ.OO. es demasiado y, sobre todo, me quedo con mis últimos, los de Londres 2012, por haber disfrutado de esa final que ya no solo tienes que llegar a unos Juegos: tienes que pasar una eliminatoria y una semifinal para llegar a la final. Conseguir una medalla hoy en día es algo increíblemente difícil de conseguir, por eso muy pocos las tienen”.

Por su parte, Lola considera que acudir a los Juegos de Atlanta 96 ya fue un premio en sí solo por el hecho de ir: “Todo era nuevo para mí, todo me pareció espectacular. Los resultados no fueron muy bien, tampoco esperaba que fueran de otra manera. No pasé la eliminatoria; para mí fue la experiencia lo que contó”. Bien distinta fue su siguiente experiencia olímpica, a la que llegó habiendo conseguido el año preolímpico su mejor momento profesional y, por tanto, acudir con expectativas mayores: “Había quedado subcampeona de Europa el año anterior y tuve la mala suerte de lesionarme a principio de temporada y eso me lastró un poquito, pero aun así me quedé en semifinales, muy cerca de la final y creo que si no hubiera lastrado la lesión habría sido diferente”. De Sidney se queda con el apoyo del público, “espectacular, se volcó muchísimo. Creo que ha sido en la que más he notado el cariño público, con el fervor australiano por el deporte”. En Atenas la saltadora ya estaba empezando en pensar en la retirada, así que “esperaba haber mejorado el resultado de Sidney y me quedé sin pasar la eliminatoria.  Esa sí que fue mi espinita clavada”. Aunque reconoce haber cumplido su sueño como saltadora al acudir no a una sino a tres citas olímpicas “si hubiera entrado en una final olímpica hubiera sido para mí el broche de mi carrera. Creo que cualquier deportista tiene que aspirar a lo máximo y a lo máximo en unos Juegos. El solo hecho de ir ya es un cambio en tu vida”.

Javier Illana, que entró en su deporte viéndolo por televisión y cuya madre le llevó de la mano para practicar los saltos, “porque veía que era el deporte que a mí me hacía ilusión”, ha vivido muchas satisfacciones en su deporte, como la de poder enfrentarse en una misma competición a sus ídolos de la infancia, una experiencia que califica de espectacular y de “muchos nervios por saber que estaba ahí con ellos y que podía luchar algún día por llegar a unos Juegos y ganar medallas a nivel europeo y mundial”. El aspecto negativo de su deporte lo encuentra en que “es subjetivo y, además cualquier tipo de fallo te puede llevar desde el primer puesto hasta el último en cuestión de solo un salto”. Y luego están los chinos, aunque Illana se declara optimista en “poder llegar a superarles algún día. Los rusos, por ejemplo, ya les han podido meter mano. En Londres el campeón fue ruso, dejando a los dos chinos por detrás”. El saltador madrileño ha tenido la oportunidad de verlos entrenar in situ, en China y al respecto comenta que “tienen más medios. El problema es que son muchos. Cuando tienes a mucha gente puedes hacer una base y luego puedes hacer un centro de alto rendimiento. Hoy en España en los saltos no tenemos base. Creo que deberíamos partir en formar una buena base con muchos niños. Hay pocas licencias, así que no podemos elegir entre muchos. En China hay 200.000 licencias, así que pueden hacer cribas y quedarse con los mejores. Aquí tenemos lo que tenemos y trabajamos sobre ello”.

En los Juegos de Londres. Foto de Martin Bureau

Retomamos el aspecto del espíritu olímpico con Lola Sáez, que nos quiere subrayar “el compañerismo que se vive [durante los Juegos] con la gente. Me quedo con todo el movimiento olímpico. Me acuerdo que una compañera decía que el espíritu olímpico realmente se vive, y es cierto”. Gran parte del espíritu olímpico que Lola quiso vivir estaba presente en las ceremonias de apertura de los Juegos: “En Atlanta no pudimos acudir a la ceremonia de apertura porque la competición de saltos empezaba el día después y no estábamos en la ciudad y yo me acuerdo de verlo por televisión llorando donde estábamos concentrados y cuando luego en Sidney tuvimos la oportunidad de ir el momento de salir al estadio lo tengo grabado a fuego. También nos colábamos en las delegaciones para hacernos fotos con nuestros ídolos y como en entonces no había teléfonos móviles teníamos la emoción de ´como no me salga esta foto cuando revele el carrete…´”.

Mientras que hemos podido ver a Javier Illana como entrenador y jurado de un concurso de saltos entre famosos en televisión, Lola Saéz ha tirado más por ejercer de abogada, carrera la de Derecho que estudió como requisito sine qua non dado por su familia si quería entrenar mientras. Ahora sus estudios la han encaminado en el mundo del Derecho deportivo, donde asesora a diversas Federaciones y clubes. Ambos han representado lo mejor del mundo de los saltos en años recientes para España, con medallas en campeonatos Europeos. Su retirada ha dejado un vacío que, de momento, no se ha cubierto.

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