SAÚL CRAVIOTTO, CUATRO VECES MEDALLISTA OLÍMPICO: “FUNCIONO MEJOR BAJO PRESIÓN”
Proviene de una familia genovesa de constructores navales una de cuyas ramas lleva en España más de 400 años. En pleno siglo XXI un descendiente de los Craviotto originales ha conseguido la gloria en las aguas de una forma muy distinta: paleando. Saúl Craviotto es el hombre de moda del deporte español tras pasar con éxito por un programa de cocina, publicar su autobiografía profesional y no temer a mojarse sobre la cuestión catalana, sin olvidarnos que acaba de ganar el Premio Nacional del Deporte Rey Felipe al mejor deportista español del año 2016, año en el que consiguió dos medallas más olímpicas. Ya son cuatro las que tiene, acercándose poderosamente a David Cal, el máximo medallista olímpico español. Curiosamente Cal, aparte de ser una referencia para Saúl Craviotto, ahora le capitanea en el equipo de la UCAM y ha declarado que no le importaría que precisamente Craviotto le quitase el récord.
Aunque el número de medallas es un tema que no obsesiona al piragüista. Lleva tres presencias olímpicas y va camino de una cuarta, cuando nunca se planteó llegar a tantas. Por eso se tatuó los logos de sus dos primeras actuaciones en Juegos Olímpicos (los de Pekín y Londres) en sendos bíceps. Ya no hay espacio para más ediciones.
Historias de los Juegos habló con el “hombre de moda”, aunque únicamente nos interesan sus experiencias olímpicas, que nos narra una por una: “Las tres ediciones han sido muy diferentes. La de China fue mi primera experiencia y fue espectacular. Tanto el montaje, como la organización, como el estadio, todo fue a lo grande. Tenía 23 años. Para mí el simple hecho de ir ya era una pasada. La verdad es que no contaba con el oro. Muy feliz de haber conseguido el oro en mis primeros Juegos”. En esa edición consiguió el oro en K2 500 metros, batiendo junto a su compañero de entonces Carlos Pérez Rial a los favoritísimos alemanes Ronald Rauhe y Tim Wieskötter por tan solo 91 milésimas. La pareja alemana había permanecido invicta durante seis años, así que el mérito de los españoles fue grande.
La segunda experiencia olímpica del catalán afincado en Asturias le produce una nueva medalla, aunque no pudiera defender el título olímpico al no clasificar en la categoría de K 2 por una inesperada e inoportunísima ola en el preolímpico: “En la clasificación del K2 íbamos primeros y quedaban pocos metros. Tuvimos un desequilibro. Son cosas que pasan en competición. No lo controlamos. Estaba el agua muy movida y pasó lo que pasó”. Así que a Saúl Craviotto no le quedó más “remedio” que acudir a Londres 2012 únicamente en la categoría de K 1 200 m. donde no se fue de vacío: “Conseguir esa plata en Londres fue increíble. No contaba tampoco con ella. Era mi segunda participación olímpica y tenía dos medallas, así que muy contento”.
Llegar a los Juegos de Río tampoco fue un camino de rosas: “Tampoco clasificamos el año antes y tuvimos que ir a la repesca. Como siempre. Yo si no clasifico así parece que no funciono, tiene que ser bajo presión”, confiesa el palista, que exuda una tranquilidad difícil de casar con la emoción que transmite su deporte, de marcas, tiempos y velocidad. En la ciudad brasileña consiguió el oro en, de nuevo, “su” categoría de K 2 200 m. -esta vez junto a Cristian Toro– y el bronce en K 1 también en 200 m.: “La medalla de K2 sí que me la esperaba, porque los tiempos eran muy buenos entrenando y contaba yo con ello pero la de K1 la verdad es que no contaba con ella. Ya todo el mundo contaba con esas medallas y la verdad es que se siente un poco de presión”. De Río 2016 Craviotto confiesa que son sus mejores recuerdos olímpicos: “La verdad es que las tres [ediciones olímpicas] me han parecido espectaculares. En Río quizá el entorno ha sido el más bonito El lago donde estábamos nosotros compitiendo estaba al lado de Copacabana y del Cristo de Corcovado. Era un entorno precioso y me quedo con eso”.
Saúl Craviotto es un deportista eminentemente de equipo, tanto en lo que se refiere a su compañero de turno en K 2 como con el equipo de entrenadores, fisios, médicos, etc. que hay detrás. Sobre éstos declara: “El equipo es también toda la gente que hay detrás. Todos somos un engranaje que ha conseguido llegar hasta donde hemos llegado”. Sobre sus compañeros en el kayak realiza una confesión: “Tengo algo más de cariño a las medallas de equipo, las que conseguí en Pekín y en Río con Toro son las que más cariño le guardo porque en equipo es mucho más bonito lograr un triunfo. Mi modalidad preferida es en equipo, que me motiva más. Estoy muy contento de compartir un triunfo con un amigo”.
No es un futbolista, ni un corredor de Formula 1, ni tan siquiera un jugador de baloncesto, pero Saúl Craviotto ha sabido crecer la importancia de su deporte, en principio “minoritario” –pese a haber dado el mayor número de medallas y diplomas olímpicos en Río 2016 para España-, convirtiéndose en un hombre mediático. De algo le ha servido, al menos para conseguir patrocinadores. “Me beneficia [la notoriedad adquirida] en el sentido de visibilidad, patrocinadores; voy a intentar sacarle el jugo positivo a esa experiencia sin que me descentre de lo mío. Soy un privilegiado que ha conseguido que empresas privadas apuesten por mí, les ha encajado mi imagen para llevar la imagen de su empresa. Yo estoy contento del apoyo privado y público. Nunca me ha faltado de nada, en cuanto a becas se refiere”. Pese a que parezca que Saúl haya podido haber descuidado su preparación de cara a Tokio 2020 nada más lejos de la realidad, así que tranquilidad para los seguidores del piragüismo: “No me afecta para nada a mi preparación de cara a Tokio todo lo que estoy haciendo ahora. El programa de televisión “Masterchef Celebrity” se grabó en julio y yo empecé la pretemporada en octubre. Yo estoy entrenando ya completamente normal, centrado en lo mío y con los pies en el suelo. Al final sé diferenciar ese momento que aproveché de lo que es mi carrera deportiva y profesional, que es la piragua y la Policía y no va a variar”.
Y entre entrenamiento y entrenamiento, Craviotto es galardonado con los mayores premios del deporte que se pueden otorgar, algo que le suponen “una inyección de motivación para seguir los años que me queden, que no son muchos. Estas dosis son necesarias”.
Actualización: Saúl Craviotto sumó otra medalla a su palmarés en los Juegos de Tokio 2020, en este caso la plata en el K4 500.