Momentos Olímpicos Mágicos

MOMENTOS OLÍMPICOS MÁGICOS 38: LA FINAL MÁS ESCANDALOSA DEL HOCKEY HIERBA

Los Juegos de Múnich fueron problemáticos como no los han sido otros. A punto estuvieron de ser cancelados por culpa del secuestro y posterior matanza de miembros de la delegación israelí Superado el terrible momento, los Juegos continuaron, cargados de polémicas en atletismo y, sobre todo, la final masculina del baloncesto. Pero hoy trataremos la controvertida final del hockey masculino, la más polémica hasta el momento.

A ella llegaban los anfitriones, Alemania, y Pakistán. Desde 1928 siempre había salido con el oro olímpico colgado al cuello un equipo de ese país o de sus vecinos, la India. Pakistán, en Múnich 72, afrontaba su quinta final consecutiva. Era imposible que un equipo de su zona asiática perdiera la hegemonía olímpica, cuando además venían de haberse proclamado campeones mundiales el año anterior. Ya en la semifinal superaron su más duro escollo: India. Lo hicieron empleando también táctica psicológica, como cuando hicieron sonar la noche anterior en todo su edificio de la villa olímpica –el mismo que compartían con sus rivales- canciones de la mayor diva nacional, Noor Jehan. Se trataba de canciones patrióticas que hacían referencia a las guerras de 1965 y 1971 entabladas con el país que sería su contrincante al día siguiente. Calentando el ambiente, vamos. Si eso afectó a los hindúes nunca se sabrá, pero lo cierto es que éstos perdieron en un duro partido, lo que provocó una explosión de alegría en las calles paquistaníes.

Pasada la dificultad de la semifinal llega la final contra Alemania. Partido duro, con un público tan caliente o más que los jugadores que lo disputan en el campo. Los árbitros no cesan de enseñar tarjetas. Ambas escuadras ya se habían visto las caras en la fase preliminar y allí el equipo europeo había salido victorioso. A la media hora del partido el equipo asiático marca un gol, pero éste es anulado por fuera de juego, lo que provoca quejas estentóreas de los paquistaníes.

Se acerca el final del encuentro y el marcador sigue a cero. Faltan diez minutos y el árbitro concede penalty-corner al conjunto local. Los jugadores paquistaníes lo protestan con viveza. Uno de los alemanes, Peter Trump, pierde los nervios y es sancionado con cinco minutos fuera de la cancha. Aun así, llega el único tanto, el gol de la polémica. Lo marca el germano Michael Krausse, pero sus rivales se niegan a aceptarlo como válido.

Tras el tanto alemán el partido se vuelve sucio, destacando el mal comportamiento tanto de los jugadores paquistaníes como de sus seguidores. Hasta en dos ocasiones tuvo que ser parado el encuentro por entrada de seguidores al campo, por no hablar de las quejas de los jugadores asiáticos, que no cesaron en todo el resto del partido.

Tras el pitido final –que suponía la derrota de Paquistán- aumentó el grado de desorden y de comportamiento antideportivo. El caos invadió la pista. Hubo aficionados paquistaníes que saltaron de la grada y llegaron a lanzar cubos de agua al presidente de la Federación Internacional de Hockey. Algunos de sus jugadores también estuvieron implicados, además de destrozar el vestuario. Por descontado, el grupo arbitral y la mesa de jueces fue rodeada por la masa de aficionados y jugadores, quienes aún se quejaban de algunas decisiones arbitrales. El seleccionador del equipo asiático llegó a manifestar que todo estaba orquestado desde el inicio para que, de esta manera, por fin ganara un equipo que no fuera Pakistán ni la India.

Las muestras de conducta antideportiva no quedaron ahí. Durante la ceremonia de entrega de medallas los jugadores paquistaníes dieron la espalda a la bandera alemana mientras ésta se izaba y se negaron a aceptar sus medallas de plata. En señal de desprecio las colocaron en sus zapatos o en sus sticks, balanceándolas. Incluso amenazaron al médico que debía realizarles el control anti dopaje. No quedó em eso. El COI les excluyó de por vida. Incluso se sancionó a los comentaristas de la televisión paquistaní por parte de la Federación Internacional. Sólo una excusa formal posterior de la Federación Pakistaní de Hockey redujo la sanción a su equipo a dos años, lo que les permitió competir en la siguiente cita olímpica de Montreal, donde consiguieron medalla.

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