EL MEDIOFONDISTA POLACO ADAM KSZCZOT: “AÚN NO SE HAN HECHO SERIOS MOVIMIENTOS PARA ERRADICAR EL DOPAJE EN EL ATLETISMO”
Adam Kszczot es heredero de la tradición polaca en atletismo, que tan pronto da al mundo campeones en marcha como en lanzamientos, pasando por la media distancia de la que precisamente Kszczot es especialista –en concreto de la carrera de los 800 metros-. Habiendo despuntado en los grandes torneos internacionales junior, se esperaba mucho de él ya en los Juegos de Londres 2012, pero la final se le escapó por un pelo. En el siguiente ciclo olímpico los resultados fueron llegando, sobre todo a nivel europeo y de pista cubierta, aunque en las últimas dos ediciones de los Mundiales al aire libre el mediofondista polaco ya dio la campanada, con sendas platas en Pekín 2015 y la recientísima de Londres 2017. Por ello también extraña que su paso por los Juegos de Río volviera a ser decepcionante, de nuevo escapándosele un puesto en la final. Como él mismo contó en exclusiva a Historias de los Juegos: “Nunca puedes saber qué ocurrirá en carreras como las de 800 metros, mi especialidad. Ocurre muy a menudo que gente que lleva muy buena temporada e incluso consigue medallas en Mundiales y Europeos se quedan fuera de la final olímpica. La carrera de los 800 m. es una distancia en la cual es muy difícil repetir el éxito pasado”. No escurre la autocrítica el atleta europeo, que reconoce haberse decepcionado él mismo de sus actuaciones olímpicas: “Es difícil expresar mi sensación de mis resultados personales en Londres. En Río yo fui a luchar por las medallas, pero me quedé fuera de la final, así que puedo decir que los dos resultados en sendos Juegos resultaron decepcionantes para mí, pero así es el atletismo”.
Aun con todo, Adam Kszczot se declara muy feliz de su paso olímpico en dos experiencias que califica de totalmente diferenciadas una de la otra: “Son dos ciudades muy diferentes (Londres y Río). En mis primeros Juegos estuve realmente muy nervioso. Era entonces un joven que trataba de “existir” en el mundo del atletismo. Por otra parte en Río ya tenía mucha más experiencia; ya era medallista en Mundiales, así que fue otra cosa. Me sentía seguro de mí mismo y traté de hacerlo lo mejor que pude”. También las diferencia desde el punto de vista organizativo: “En cuanto se refiere a la organización los dos Juegos fueron totalmente diferentes. Es como visitar, por ejemplo, digamos Gran Bretaña y España: dos culturas y sitios tan distintos y asimismo gentes muy distintas, así que son muy difíciles de comparar”. Destaca Kszczot de Río 2016 el semi caos organizativo que al menos él sí que padeció: “la organización no fue de las mejores, tengo que reconocer porque, por ejemplo, en la víspera de la carrera desconocíamos cómo serían las cámaras de llamada. Recuerdo que no sé si el día de las semis o de las baterías estuvimos pidiendo durante una hora el horario del orden de llamada, ya en el estadio, y no nos lo decían durante toda esa hora. Eso no es propio de una buena organización. Es más bien lo que ocurre en una reunión pequeña a nivel nacional. Era una situación confusa, que ocurrió principalmente en los primeros días”.
Para Río, como decimos, se esperaba no solo que fuera finalista, sino que subiera al podio. Todo hacía prever ello, entre otras cosas porque, según nos confesó “para mí en Río era mucho mejor atleta porque no estaba tan nervioso. No traté de forzarme a todo coste. Ya sabía que era capaz de luchar por un buen resultado, por eso fue una experiencia bien distinta. En tus segundos Juegos Olímpicos ya sabes dónde están los “puntos de estrés” y, de esta manera, te puedes centrar en las partes más duras, más difíciles. En tu primera experiencia olímpica estás estresado por todo, esa en la mayor diferencia”.
Con medallas en todas las competiciones del mayor nivel pero ninguna en Juegos Olímpicos Adam Kszczot, nacido en 1989, se pone la cita de Tokio 2020 como nuevo reto y tiene una teoría sobre la longevidad de los atletas:“Actualmente hay una tendencia de atletas que llegan a su mejor momento de forma más mayores. Antes no podías ni imaginarte que un atleta corriera al mejor nivel internacional cinco, seis, siete años seguidos, pero ahora eso ya es una realidad y te encuentras con atletas de entre 35 e incluso 39 años que están mejorando sus marcas personales, sin tener que entrenarse como locos como se hacía anteriormente y, sin embargo, están entre los mejores del mundo. Así que espero que sea mi caso (ríe)”.
Este atleta, que le quitó el récord nacional –que ya duraba una década- a su ídolo Pawel Czapiewski (primer polaco en lograr una medalla mundial en 800 metros) y que él define como “un tipo capaz de hacer las cosas más extrañas en una carrera: tan pronto era el último a los 700 m como que adelantaba y acababa primero” nos explicó a qué se deben los éxitos del atletismo polaco: “En Polonia tenemos buena tradición en el atletismo porque tenemos muy buenos entrenadores nacionales. Prácticamente todos nuestros entrenadores son locales. Ellos han empezado a extender sus conocimientos, lo que ayuda a entrenadores más jóvenes, así que supongo que pronto llegarán nuevos y jóvenes buenos entrenadores”.
Finalizamos la charla con el mediofondista polaco tocando un tema peliagudo: el dopaje en su deporte y en esto Kszczot tiene una postura clara: “Mientras no se hagan serios movimientos para erradicar el dopaje es simplemente una pérdida de tiempo hablar del tema. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Federación ya sabían que muchos atletas eran sospechosos. En 2013, creo, ya publicaron el dato del porcentaje, por distancias, de atletas con resultados sospechosos y no es normal que saliera un porcentaje muy alto. Si la IAAF no escucha los resultados de los tests y las recomendaciones de la AMA es inútil para nosotros, los atletas”.
Nos quedamos con ganas ya de ver la actuación de Adam Kszczot en la próxima cita olímpica: será entonces o nunca. Su trayectoria merece auparle a un podio olímpico.