LA VICTORIA MÁS INESPERADAMENTE ACLAMADA DE BARCELONA 92: LA DE LOS INDONESIOS SUSI SUSANTI Y ALAN BUDIKUSUMA
Tienen unos nombres harto complicados para nosotros: Alexander Alan Budi Kusuma Wiratama y Lucia Francisca Susi Susanti Haditono. Pocos fuera de su país y su entorno les conocen y nos costará creer que han protagonizado, por separado, una gesta olímpica que les unió y como resultado de la cual fueron recibidos como auténticos héroes nacionales por más de un millón de sus compatriotas en un desfile por las principales calles y plazas de su capital durante dos horas en los que Alan y Susi, subidos a un descapotable, apenas podían moverse. Ambos, indonesios, llevaban en ese momento colgadas al cuello sus respectivas medallas de oro ganadas en sendos torneos individuales de bádminton en los Juegos de Barcelona 92. Sus medallas suponían las primeras de oro para Indonesia en los 50 años de historia del país. El bagaje previo para esta nación de entonces más de 150 millones de habitantes resultaba pírrico, con únicamente un bronce en la edición anterior, la de Seúl 88.
De los Juegos de Barcelona quedaron en la mente y los corazones muchas imágenes: el encendido tan original del pebetero, la creativa ceremonia de inauguración, ejemplo para futuras ediciones, el Dream Team de jugadores de la NBA, por primera vez olímpicos, el oro del local Fermín Cacho en una de las pruebas reinas del atletismo. Esas y muchas más imágenes e historias, pero no ha trascendido –salvo en Asia, cuna del bádminton y donde este deporte es archipopular- que Alan Budikusuma y Susi Susanti (usaremos estos nombres a partir de ahora pues, al fin y al cabo, son los nombres con los que son conocidos en el mundo del deporte) no solo se proclamaron campeones olímpicos de los torneos masculino y femenino del torneo olímpico, sino que fueron –oficiosamente- los Novios de Barcelona 92. Porque por entonces lo eran y hoy en día son un matrimonio que comparte tres hijos y, una vez retirados, dos negocios relacionados con el que ha sido su deporte. Confiesan que los Juegos de Barcelona son especiales para ellos no solo por sus propias medallas de oro, sino porque su pareja también la obtuvo.
Ambos eran considerados poco menos que los “reyes” del bádminton durante los años 90, pues sus éxitos se sucedían. Entre los dos atesoran docenas de medallas en los mejores campeonatos a nivel internacional siendo, lógicamente, sus oros olímpicos en Barcelona 92 su punto culminante. Pero Susi, además, ganó otra medalla olímpica, de bronce, en la siguiente cita, la de Atlanta y, sobre todo, tiene el logro de ser la única mujer que poseyó de manera simultánea los títulos olímpico, mundial y del prestigioso Trofeo All-England. Pese al valor y éxitos de Alan, podemos decir que ha sido Susi la más triunfadora en esta pareja. Su estilo, además, marcó toda una época. Se caracterizaba por largos peloteos repletos de clears (uno de los movimientos claves de este deporte) con un gran porcentaje de acierto sumado a una impenetrable defensa. Solía obligar a sus rivales alejarse al fondo de la pista hasta esperar a que fallasen. Susanti mostraba una gran flexibilidad que le permitía ser muy rápida. Alan, por su parte, también se convirtió en una leyenda para sus compatriotas. Aunque numerosos, sus triunfos fueron algo menos que los de Susi, pero a Budikusuma también le sirvieron las derrotas, como la del All England de 1991, el año preolímpico, que le valió de lección para poder ganar el oro en la cita más importante al año siguiente.
Una vez retirados el matrimonio campeón se sigue dedicando a su deporte. Han creado la empresa ASTEC (siglas de Alan & Susi Technology) que fabrica raquetas de bádminton casi personalizadas según si se trata para un jugador individual o uno de dobles y teniendo en cuenta diferentes estilos de juego, si son más defensivos u ofensivos, etc. Asimismo han creado un club del deporte que tantas alegrías les produjo en el que juegan tanto niños como adultos. El torneo que organizan ha entrado en el calendario de la Federación Mundial de Bádminton. El matrimonio intenta mediante su club elevar el nivel del bádminton indonesio, el cual ha caído muchos enteros desde que ambos se retiraron. Finalmente también Susi se dedica a un centro de fisioterapia deportiva y reflexología del pie. Indonesia entera aún retiene en la memoria aquel día del verano del 92 en el que dos jugadores de bádminton, casualmente pareja en lo personal, produjeron la mayor alegría en décadas al país y lo sacaron a las calles en uno de los recibimientos a campeones olímpicos más grandes que se hayan producido jamás.