LOS FRACASOS DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE RÍO 2016
Si toda edición de unos Juegos Olímpicos tiene sus triunfadores, obligatoriamente tiene que tener decepciones por parte de aquellos que partían como posibles vencedores y que, en algunos casos, se han quedado no ya a las puertas de una medalla, sino muy lejos del podio. Río 2016 no podía ser una excepción.
Entre las estrellas más grandes del universo deportivo profesional que pasaron por Río dos fallaron estrepitosamente y las dos en el mismo deporte: el tenis. Estamos hablando de los números uno del tenis: Novak Djoković y Serena Williams. Mientras el serbio buscaba desesperadamente su primer oro olímpico (“solo” cuenta con un bronce, en Pekín 2008) y así completar su excelente palmarés, la estadounidense iba a por su quinta medalla. Serena sólo conocía el oro en cuanto al torneo olímpico se refiere, habiendo hecho el doblete en la anterior edición, en individual y en dobles, y sumando a esos dos oros los de los dobles de Sídney 2000 y Pekín 2008. En Río fue eliminada a las primeras de cambio en ambos torneos, así como el serbio, con esa imagen de llanto por la derrota que dio la vuelta al mundo.
Los deportes de equipo trajeron disgustos a los aficionados de algunos de los países que partían como grandes favoritos, sobre todo en cuanto se refiere a la selección femenina de fútbol de Estados Unidos. Tras comenzar el torneo con dos victorias su dominio empezó a tambalearse con un empate –ante Colombia- en la primera fase, seguido de una derrota ante Suecia en los cuartos de final que, naturalmente, les impidió ni siquiera luchar por un puesto en el podio. Duro varapalo para las chicas lideradas por la carismática Hope Solo, que se las prometían muy felices antes de llegar a Brasil.
Trayectoria semejante siguió el prestigioso equipo masculino de baloncesto de Lituania. Empezaron con victorias en su fase de grupos ante Brasil, Nigeria y Argentina. En esas que se topan con España y no es que perdieran -ante un equipo al que acababan de ganar en amistosos previos a Río jugados en España-, es que ésta les machacó sin contemplaciones con una histórica diferencia de ¡cincuenta puntos! (109 frente a un pírrico 59) que dudamos se vuelva a repetir. Si le sumamos una posterior derrota ante Croacia y, lo que es peor, la ya insuperable caída libre ante Australia en cuartos (90-64) tenemos el adiós definitivo de una selección que, al menos en principio, tenía posibilidades serias de medalla. Y no es ya las derrotas, sino las formas en que se desarrollaron.
El llamado “deporte rey” de los Juegos, el atletismo, trajo consigo dos desagradables sorpresas para sendos protagonistas, dentro de un concurso general que se puede calificar de ajustado a lo esperado. Los protagonistas de los inesperados malos resultados fueron un decepcionante Miguel Ángel López con un undécimo puesto en la prueba de los 20 kms, viniendo como venía del reciente título mundial, y el abandono en la prueba de los 50 kms. Pero la sorpresa mayúscula vino de la mano del pertiguista francés Renaud Lavillenie. El hasta entonces vigente campeón olímpico parecía no tener rival en la prueba de Río, según iba desarrollándose ésta. Ante la sorpresa de propios y extraños el local Thiago Da Silva no solo superó su marca personal, sino que se alzó con el oro, frente a la impotencia del francés para saltar un supuestamente asequible para él 6.03 (su marca personal y récord mundial está en 6.16) Una plata para Lavillenie que mojó con sus propias lágrimas, como pudimos ver todos en las escenas en el podio.
En el aspecto global, si dijimos que el Team GB sorprendió agradablemente a los seguidores británicos, el contrapunto sin duda lo tuvo la expedición china, muy por debajo de las expectativas, pese a ocupar una honrosa tercera posición en el medallero final con 70 preseas, lejos de las 88 del torneo inmediatamente anterior. China ha flojeado en Río 2016 en deportes que antes dominaba a placer, como los saltos de trampolín (“solo” bronce en los sincronizados masculina de 3 metros, si bien consiguió excelentes resultados en el resto de las pruebas); bádminton (sin ni siquiera medalla en la prueba individual femenina ni dobles femenina y únicamente bronce en los dobles mixtos); en tiro con arco se fueron de Río de vacío tras haber conseguido dos medallas en la edición anterior; en gimnasia artística, donde ellos eran potencia, lograron únicamente dos bronces. La lista podría seguir, pero siempre nos diría que se han empeorado considerablemente los resultados de Londres 2012. ¿Estamos siendo testigos del principio del fin de la gran potencia china?
Aun con todo, el que se puede considerar como mayor perdedor de esta edición es el nadador Ryan Lochte. Independientemente de su participación deportiva el escándalo del que fue protagonista le ha costado bien caro, económicamente pero, fundamentalmente, en cuanto a su prestigio e imagen se refieren. Sin duda el nadador estadounidense, mirando atrás, hubiera preferido no haber ido a Río; le habría salido más a cuenta.